Zahara se reinventa; Galileo se rinde a sus pies. (Madrid, 02.03.2012)

Nada de música. Lo primero que hace cuando aparece sobre el escenario es dar las buenas noches y las gracias. Se acuerda de aquella primera vez en Madrid: 8 personas había en la sala. Han pasado cuatro años y “os habéis multiplicado por un número que no sé calcular”. Sonríe y al lío. Empieza a cantar y primera sorpresa. Un arpegio en la acústica, una letra ‘rara’, que pilla a más de uno desprevenido; no es suya. Sigue leyendo