Normalmente cuando acudo a un concierto de bandas que no conozco mucho, trato de escuchar sus discos en alguna plataforma de Internet. Sin embargo, el viernes pasado acudí a Madchester Club prácticamente sin haber escuchado nada -excepto algún tema en la radio- de Izal ni Cyan. Como mucha gente me los había recomendado, compré las entradas sin saber muy bien lo que me iba a encontrar. Sigue leyendo
