Para quien escribe estas líneas Nixon y Niños Mutantes son dos grupos de sobra conocidos y cuyos directos había disfrutado hacía relativamente poco tiempo. Con lo cual, alguien podría pensar que el concierto no se planteaba suficientemente atractivo. Nada más lejos de la realidad, la ocasión de escuchar a ambas formaciones en un gran auditorio como el de El Ejido era una oferta más que tentadora. Además, si a eso le añadimos que Nixon se despedía de los escenarios por un tiempo –para grabar nuevo material- y que no teníamos agendada ninguna fecha próxima para ver a los granadinos –que siempre es un placer-, la solución no podía ser otra que comprar entradas e ir dispuesto a darlo todo. Porque seamos realistas, nadie puede esperar que en un concierto de este tipo alguien se vaya a quedar sentado en su butaca. Sigue leyendo
