Quien nos conoce -y, seguramente, también aquellos que nos leéis- sabe muchas cosas ya de nosotros. De lo que nos gusta mucho y de lo que menos; de los artistas por los que sentimos debilidad y de aquellos que no entendemos; de las cosas que nos gusta contar y el cómo y de aquello en lo que no solemos entrar. Nos causa mucho pudor y nos parece todo un atrevimiento valorar si algo es bueno o malo, pero si nos gusta, solemos tener muy claro por qué nos gusta y tendemos a no tener reparo en expresarlo alto y claro. Sigue leyendo
