Para quien siente y vive la música como algo importante en su vida, cada cita en directo genera unas expectativas. Pero cuando además, llevas tiempo sin ver a uno de tus grupos de cabecera y marcas una fecha en el calendario con muchos meses de antelación, las expectativas crecen de forma exponencial. Las expectativas muchas veces son un problema, pero los que somos conscientes de ello, ponemos de nuestra parte nuestra alma en disfrutarlo lo máximo posible. Si el grupo hace lo mismo, la experiencia es brutal, una experiencia cercana al éxtasis místico, en la que se pierde la conciencia del tiempo y espacio, y eso fue lo que pasó con Viva Suecia en la Industrial Copera de Granada.
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