Sí, otra vez hemos acudido a un concierto de Zahara y sí, otra vez os lo volvemos a contar. ¿Era necesario? Puede que para muchos no, pero para nosotros sí, y por varios motivos. El primero, con la marcha de los componentes de Mucho a su propia gira, la banda que acompaña a la de Úbeda se remodelaba casi al completo, manteniéndose únicamente Ramiro Nieto a la batería, así que había que comprobar cómo sonaba la nueva banda. El segundo, que Granada es un lugar especial para Zahara, donde vivió muchos años y siempre guarda alguna sorpresa en citas como ésta. Y tercero, porque nos gusta y nos apetecía, sí, como suena, porque nuestra “línea editorial” no se basa en lo que nos va a reportar más visiticas o nos va a granjear más amistades, se basa en lo que nos apetece y podemos hacer en cada momento.

En esta ocasión la cita granadina era en una sala que hasta ese momento no habíamos visitado nunca, la Industrial Copera. Sí, está muy lejos del centro de la ciudad, pero la sala compensa dicho inconveniente con un buen sonido, una gran iluminación y sobre todo un equipo humano muy amable (desde el personal de puerta hasta los camareros). Con una apertura de puertas puntual, la gente fue entrando a buen ritmo y adoptando posiciones. Nos sorprendió la altura del escenario, más alto incluso que algunos escenarios de festivales en los que hemos estado.

Siguiendo con la puntualidad de apertura, Zahara salió en solitario al escenario a la hora indicada para dirigirse a los presentes, saludar e introducir el tema que iba a interpretar. El elegido para dar el pistoletazo de salida fue “un tema de ruptura” definición que para sorpresa de la artista suscitó algunos gritos de alegría. Así que armada con su guitarra se lanzó a interpretar “Interior noche”, el tema que cierra Santa (G.O.Z.Z. Records, 2015).

Concluido el tema salió al escenario el resto de la banda: Edu Martínez a los teclados, Ramiro Nieto a la batería, Iván González al bajo y la colaboración especial de Sergio Sastre, ocupándose de las guitarras y programaciones. Ya con la banda al completo interpretaron “La Gracia”, sonando de forma realmente contundente, algo más “duro” que la última vez que acudimos a un concierto suyo. No, no son cosas nuestras, se aprecian diferencias significativas  y, sin desmerecer la etapa anterior, seguro que esta banda también va a funcionar muy bien.

En el setlist a priori parecía que había pocas sorpresas, cediendo el protagonismo a Santa, con algunas concesiones a trabajos anteriores como “Leñador y la mujer américa”, que en esta ocasión incluyó un fragmento de “Te debo un baile” de Nueva Vulcano. La noche prosiguió alternando temas intensos como “Camino a L.A.” con otros más movidos como “Crash”.

Tras “El lugar donde viene a morir el amor” llegó la sorpresa de la noche, que se materializó en forma de colaboración. Zahara invitó al escenario a una elegantísima Anni B Sweet, vestida de negro como su anfitriona, y junto a ella y su banda interpretaron “Funeral”, que con las voces de ambas quedó maravillosa y terminado con “Historia Universal” de Xoel López. Un momento que los que somos seguidores de ambas artistas recordaremos por muchos años.

Con “El Deshielo” anunciaron despedida (en falso y avisada) y terminado el tema abandonaron el escenario. Pocos segundos después Zahara volvía sola a escena ataviada con la chaqueta inspirada en la imagen de Santa y se dirigía a los presentes para introducir “Caída libre”, con una versión reducida del “monólogo” que habíamos escuchado en otras ocasiones –y ojo, que no nos cansamos de escuchar-. En esta ocasión, en vez de limitarse a bailar el tema pinchado, optó por interpretarlo con toda la banda, alargando el tema con una parte instrumental para bajar a bailar entre el público. Pusieron el punto final con “Tú me llevas”, dejando un buen sabor de boca en los presentes, pero todavía con ganas de más a juzgar por los gritos pidiendo más. Los músicos se dispusieron en fila para saludar a modo teatro para después abandonar el escenario bailando a ritmo de “Torturas en los bares” de Trepàt.

Parecía que todo había acabado pero el público se negaba a aceptarlo. Nada más lejos de la realidad, a la de Úbeda le quedaba un cartucho por quemar. Asomándose con timidez fingida a un lateral del escenario, con todo el público en estallido de alegría, Zahara se colocó desenchufada y sin micro al borde del escenario e interpretó deliciosamente un mix de “Me lo merezco”, “Pregúntale al polvo”, “No puedo vivir sin ti” y “Creep”, poniendo ya sí el broche final a una gran actuación.

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