Desde hace camino de una década, el final del verano trae a la alcalaína Huerta del Obispo, dentro del recinto amurallado del Palacio Arzobispal, el ciclo de de los Conciertos de la Muralla. Un ciclo que, entre otras cosas, se caracteriza por su diversidad y por acercar a esta orilla del Henares propuestas que muchas veces sólo es posible ver en la capital.
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