Desde la desaparición del Maldito Sol Festival, la capital almeriense adoleció durante años -una racha rota por el BB El Cabo Festival, de única edición- de la falta de un evento musical de estas características. Sí, ha habido conciertos en los distintos programas culturales, y sobre todo en la Feria de Almería, pero nada cercano a un festival orientado a estilos de música, de lo que ha venido a englobarse estos últimos años, como «indi nacional» (aunque nosotros no seamos de etiquetas).

Siempre pasa lo mismo. Una nueva edición de Sonorama Ribera echa el telón y te queda una especie de sensación de vacío cuando recoges tus cosas y comienzas el camino de vuelta a casa pensando en los días que quedan para volver. Coges un poco de distancia, física, mental y hasta temporal y, con los recuerdos empezando a asentarse, te enfrentas a la hoja en blanco. Y te planteas cómo contar lo que ha pasado en Aranda durante esos cuatro días de agosto.