Despues de más de un mes sin pisar Madchester Club, algo que se nos hace raro, pero que a veces pasa, por fin volvimos a disfrutar de una buena noche de música en directo. En esta ocasión los encargados de poner banda sonora a nuestra noche de viernes eran el grupo cartagenero Nunatak, acompañado para la ocasión por la formación local The Real Me.
Llegamos 10 minutos antes de las 23h -hora anunciada de apertura- y el panorama no era muy alentador. Sin embargo, cuando abrieron las puertas puntualmente, empezó a llegar gente, hasta que la sala alcanzó un aforo considerable. Dada la cantidad de saludos en que se prodigaron los miembros de The Real Me al llegar a la sala, estaba claro que buena parte del público había venido por ellos, validando la buena idea de la combinación de ambos grupos.
A falta de veinte minutos para la medianoche, los componentes de The Real Me salieron a escena. Durante casi una hora deleitaron a los presentes con un buen sonido, defendiendo tanto temas de su anterior trabajo -«Schizophrenic Love», «Orpheus Jones» o «Soul on fire», tema que daba nombre al disco- como de su nuevo lanzamiento con la escudería de Clifford Records: 12 Songs About Love & Stuff (2016) -«Oh Jen» o «Rivers of wine».
Les hemos visto bastantes veces, y casi siempre han sonado muy bien, pero tenemos que decir que en esta ocasión lo hicieron especialmente bien. Además, era la primera vez que les veíamos después de que saliera el último disco, y podemos decir que temas nuevos y antiguos compactaron a la perfección.
Las agujas del reloj marcaban la una menos veinte de la noche cuando Nunatak saltaba sobre las tablas. Los chicos de Cartagena eligieron abrir su actuación con el tema que también abre su Nunatak y el pulso infinito (Son Buenos, 2016), «No volveré a verte». Era la primera vez que les veíamos en una sala y tenemos que reconocer que, si bien el subidón de energía en los festivales es mayor, la calidad del sonido, la cercanía y la belleza de sus melodías y letras, hacen que Nunatak se crezca en las distancias cortas.
De hecho, cuando anunciaron «un bloque más tranquilo, de temas más intimos que estamos haciendo en esta gira GPS» nos terminaron de conquistar totalmente. En este bloque sonaron temas como «El pulso infinito» o «Más al norte», que nos encantaron, pero que hubiéramos disfrutado muchísimo más ¡SI LA GENTE SE HUBIESE CALLADO! (sí estoy gritando, porque esta situación tan reiterativa -la de la mala educación en los conciertos, me refiero- me saca de mis casillas).
A pesar del murmullo, Nunatak no se amedrentó, todo lo contrario, contraatacaron bajándose entre el público a tocar y cantar desenchufados «El camino», callando a todo el mundo y poniendo el vello de punta con un momento mágico. Ya en la recta final, con todo el público en el bolsillo, sonaron temas como «Nubes» -el primer tema que compusieron»- o «El grito», tema con el que cerraron por todo lo alto su gran actuación.
Desde este humilde blog voy a hacer una petición que a lo mejor no es muy popular: por favor, para hablar y beber, hay una cosa que se llaman bares y pubs, donde podéis ir sin tener que molestar a gente que está intentando disfrutar de un concierto. Porque hay veces en las que, ante la complejidad de escuchar bien el concierto por el volumen que se gastan algunas personas, dan ganas de versar la crónica sobre las historias que se cuentan alrededor de uno, que, creánme, dan para unas cuantas líneas, lo que pasa es que no me importan; yo sólo quiero disfrutar del concierto al que he ido, ¡¿es mucho pedir?!
Album de fotos completo (pinchando en la imagen inferior)
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