Que Cooltural Fest haya podido cometer errores a lo largo de sus ediciones, es algo normal, «nobody is perfect», pero si por algo que se caracteriza este festival es por tratar de mejorar. Prueba de ello fue la implementación de conciertos inclusivos y la posterior creación de la Fundación Music For All. Este año, donde se ha vuelto a suceder las críticas a diversos festivales por hacer carteles que eran, dicho llanamente «un campo de nabos», Cooltural Fest ha optado por una configuración en la que 3 de las 7 formaciones que se podían disfrutar en el Escenario Estrella de Levante (el principal), eran proyectos liderados por mujeres (Alice Wonder, Amaia y Cariño), y 1 de ellos co-liderado (Fangoria). Y visto el resultado, se pudo comprobar que esto no fue asunto de cuotas, ni de políticas, sino de dar hueco a proyectos sólidos e interesantes, con mucho que ofrecer.

Pero antes de valorar la jornada en su conjunto, vamos a ir desgranando cronológicamente lo que dio de sí la jornada del viernes. Aunque hubo conciertos ya por la mañana en el Escenario Playa, nosotros ya tenemos una edad y optamos por guardar energías para la noche, que se presumía intensa. A pesar de que todo el grupo que acudíamos juntos teníamos nuestras pulseras puestas, acudimos con suficiente antelación al recinto para no perdernos nada de la actuación de Alice Wonder. Quien nos conoce, o quien siga este blog, sabrá de nuestra devoción por esta artista madrileña, que tanto en formato banda como en solitario (todavía tenemos las púas de punta recordando el Secret Show), nos ha conquistado siempre que nuestros caminos se han cruzado. Y por lo que pudimos ver a las puertas del recinto, nuestro sentimiento era compartido. A pesar del calor y el sol, mucha gente se congregaba y hacía cola para entrar a tiempo de no perderse nada del concierto de Alice Wonder.
Así, con unos minutos de retraso, y ante una multitud considerable para la hora que era, Alice Wonder hizo aparición sobre el escenario acompañada de 2 músicos, Carlos Coronado y Sergio Lázaro, para inaugurar juntos el recinto de esta edición con «Corazón mármol». Bastaron pocos segundos para comprobar que la comunión entre público y artista se había logrado de forma exitosa; el público iba cantando de principio a fin cada una de las canciones que se iban desgranando como «Sueño raro», «Por si apareces» o «Yo quisiera», tema con el que partició en Benidorm Fest y tras el cual se dirigó al público «Gracias por venir, haced lo que os haga felices y que se joda todo lo demás» dicho lo cual procedió con el tema que se titula como el final de su locución. También hubo espacio para un tema nuevo, «La droga más suave del mundo», bien recibido por el público.
Lamentablemente, tras «¿Quién soy?», Alice Wonder pretendía seguir con un tema más, pero parece ser que ya había consumido su tiempo y le cortaron el sonido. No es bonito, pero es comprensible cuando hay que cumplir un horario, porque si no, los últimos seguramente no tengan tiempo de tocar (sino que se lo digan a Sidonie en el Extratonauta, que a penas pudieron tocar). Del concierto de Alice Wonder pudimos comprobar como es capaz de adaptar su propuesta a un formato festival, imbuyendo a sus temas de nuevas sonoridades, con efectos en la voz, nuevos arreglos, etc. Tenemos claro que Alice Wonder es una todoterreno y una artista a la que seguir la pista de cerca, por eso ya tenemos nuestras entradas para disfrutar de su concierto en la almeriense Sala Berlín el próximo 6 de octubre (entradas).
Cuando nos disponíamos a cambiar de escenario para descubrir la propuesta de Ultraligera, nos encontramos con varios amigos que hacía mucho tiempo que no veíamos, y que nos hizo mucha ilusión, por lo que se nos pasó el tiempo de su actuación poniéndonos al día. Esperamos poder tener otra ocasión pronto. Llegó el turno entonces de Amaia.

Siendo sinceros, no habíamos escuchado completo ningún disco de esta artista. Obviamente, la conocíamos y habíamos escuchado algunos temas y colaboraciones, pero no habíamos nadado en su discografía. Quizá por eso el tema con el que abrió el concierto, que también abre su largo Cuando no sé quien soy (Universal Music Spain, 2022), «Bienvenidos al show», nos impactó tanto. Un tema que empieza de forma frágil, incluso con un aire cándido, al más puro estilo de «Soy rebelde» de Jeanette, pero que a mitad de canción cambia de registro y se tranforma en un pegadizo himno pop fácil de bailar y cantar. Que de vez en cuando nos encontramos todavía tarareando esa melodía, es prueba más que suficiente del impacto.
También pudimos comprobar como mucha de la gente era seguidora de Amaia, muchos se sabían las canciones. Por si había alguna duda del encaje de esta artista en el cartel, el público lo dejo claro: ninguna. La pamplonesa y sus músicos, Paula Vegas (piano, sintetizadores), Miquel Sospedra (bajo), Aleix Bou (batería) y Amaia Miranda (guitarra y coros), ofrecieron un concierto en el que demostraron un engranaje bien engrasado (no en vano algunos llevan años girando juntos), defendiendo un repertorio que, si bien se basó principalmente en el largo mencionado anteriormente, también tuvo hueco para temas anteriores como «El encuentro» o «El relámpago», así como versiones de otros artistas como «Fiebre» de Bad Gyal o «Santos que yo te pinté» de Los Planetas. Uno de los temas que más nos sorprendió fue «Yamaguchi», esa suerte de jota, que nos dejó impactados y que demostró que no hace falta «electricidad» para captar la atención del respetable. En el tramo final del repertorio hubo también espacio para novedades como «Sexo en la playa», tema que comparte con Alizzz, y otro tema compartido con Rigoberta Bandini, «Así bailaba».
No queremos terminar el repaso de su actuación sin hacer mención especial a la escenografía y vestuario, que dan siempre ese plus más a la experiencia musical y que no siempre se valoran lo suficiente. En este caso, los círculos de luz del escenario, los avalorios de la indumentaria de Amaia y la homogeneidad de colores de la indumentaria de sus músicos, marcaron la diferencia.

Terminado el tiempo de actuación de Amaia, pudimos por fin acercarnos al Escenario Tanquerai para descubrir como suena en directo uno de los grupos a los que más ganas les teníamos en esta edición, Morreo. La propuesta pop de Morreo nos enganchó desde la primera escucha de su «Pesadilla pop» hace un par de años, así que teníamos muchas ganas de ver cómo se las gastaba en directo el duo formado por Germán Marchena y Jose Carlos Luna. En esta ocasión venían acompañados de Jaime Jimeno (batería) y Antonio Henares (bajo).
Para abrir su turno de actuación eligieron «Pansequito», tema de su segundo largo que en estudio cuenta con la colaboración de Soleá Morente (ojala ver esto en directo alguna vez). Siguieron con «un tema que hicimos en contra de la gentrificación que está matando las ciudades y el turismo», entonces se lanzaron con «Los turistas», una de nuestras favoritas de este disco.
A pesar de que venían a presentar el segundo largo y obviamente sonaron varios cortes del mismo como «Alegría» o «Sol y Sombra», también hubo concesiones a sus anteriores trabajos como «Pesadilla pop» o su reciente lanzamiento «Las 12», versión del tema de Ana Mena y Belinda. El balance de la actuación de Morreo en Cooltural Fest se puede calificar como un éxito total; aunque el sonido no siempre fuese el mejor, las melodías y las letras del grupo conquistaron al respetable, convirtiendo su actuación en una gran fiesta de la que todo el mundo salió encantado, igual que nosotros. Ojalá repetir pronto; de momento, nosotros ya nos hemos hecho con nuestro vinilo de Alegría, que no nos pase como con Fiesta Nacional, que ya no hay quien lo encuentre (ojalá una reedición).
Cuando tratamos de volver al Escenario Estrella de Levante para el concierto de Fangoria, vimos que lo de movernos de un sitio a otro se estaba complicando, y no todo el mundo te deja pasar de buen grado, aunque vayas con una cámara y acreditación, así que tomamos la determinación de no volver a movernos de escenario el resto de la noche.

Hemos visto muchas veces a Fangoria, tanto en festivales como en conciertos propios, y el resultado que hemos vivido ha sido siempre el mismo, un espectáculo que engloba canciones, coreografías, luces y vestuario, que se transforma en un multitudinario karaoke donde el baile y el buen rollo se respira en cada rincón. Obviamente, en Cooltural Fest no iba a ser diferente.
El tema elegido para romper el hielo fue «Fiesta en el infierno», y no es que rompiese el hielo, es que lo sublimó. Conscientes del tiempo de actuación, el repertorio se centró en recuperar algunos de los temas más bailables y conocidos de su dilatada trayectoria como «Iluminados», «Ni tu ni nadie» o «Electricistas», tema que cuenta ya con 24 años y que jóvenes y no tan jóvenes conocían y disfrutaron por igual.

Pero esto no quiere decir que no hubiera hueco para algunos temas nuevos. De su última etapa, caracterizada por la publicación de varios EP en vez de un disco largo, sonaron temas como «Mi burbuja vital» o «Un poco todo». Estos temas fueron recibidos por parte del público con la misma euforia que el resto.
Para nosotros Fangoria es el ejemplo perfecto de que las etiquetas sirven para poco. Un grupo que se ha movido desde el acid house al pop, a la electrónica, al techno, y capaz de hacer una rareza como Pianíssimo, y que nada chirríe en su discografía. Tampoco nos importan mucho las etiquetas de «indie» y «comercial», creemos que estas etiquetas generan más prejuicios que otra cosa y que son más una barrera para «justificar» no dar la oportunidad de escuchar algo que quizá te pueda gustar si te liberas del prejuicio. Habrá quien diga que lo que pasa es que no tenemos criterio; puede ser, pero no creemos hacerle daño a nadie siendo así.
Volviendo al concierto de Fangoria (perdón por la divagación), quizá se podría decir que 3 cambios de vestuario completos -para un concierto de poco más de una hora- son excesivos, y que quitando algún cambio, se podría haber metido algún tema más. Pero la realidad es que los cambios de vestuario eran tan rápidos que sumando todos no sabemos si llegaría a la duración de un tema completo. El balance del concierto de Fangoria, como ya hemos mencionado, resultó lo que esperábamos; un disfrute general, constatando que lo de Fangoria es una apuesta segura (al menos las veces que nosotros les hemos visto).

Después de Fangoria llegó el turno de Lori Meyers, otros que podríamos considerar una apuesta segura del panorama patrio. Abrieron su turno de actuación con «Seres de luz», de su último largo, para rápidamente echar la vista atrás con «Luces de neón», desatando la locura generalizada, pues nadie esperaba tan pronto uno de sus éxitos más coreados. Pero entonces vimos que ésa iba a ser la tónica de la noche, alternar lo que Raphael denomina en su discografía como «las joyas de la corona», con temas más recientes.
Así, sonaron «Luciérnagas y mariposas» seguida de «Primaveras» o «Siempre brilla el sol», seguida de «Hacerte volar». También hubo sorpresa sobre el escenario con la colaboración de Kora en «No me merecía la pena», el último lanzamiento de la formación, surgida en la XI Residencia de Radio 3 en los Estudios Mans de La Coruña (ay, Carmona, lo que te vamos a echar de menos).
El final del concierto se desató totalmente con una traca final compuesta de «¿A-ha han vuelto?», «Mi realidad» y «Alta fidelidad». Terminando tanto público como la formación empapados en sudor, no ya por el calor ambiental, sino por lo que nos hicieron bailar y saltar. Lo dicho, otra apuesta segura.

Los siguientes en aparecer sobre el Escenario Estrella de Levante fueron los componentes del grupo que más rápido está creciendo estos últimos años, Arde Bogotá. La primera vez que les vimos en Almería fue junto a Carlos Sadness en 2020, pero, claro, sentados y todavía con muchas restricciones. Esta vez, el panorama era diferente y los murcianos con su concierto demostraron que su éxito tiene más de trabajo y talento que de márketing.
Fue comenzar el concierto con «Los perros» y ya la locura se desató desde el primer momento. Siguieron con «Abajo», manteniendo al público arriba, para dar un pequeño respiro después con «Besos y animales». Se dirigieron entonces al público. «Hemos venido a hacer una fiesta, y es imprescindible que ésta la cante todo el festival». Dicho y hecho, «Que vida tan dura» fue un karaoke multitudinario.
Siguieron desgranando temas de su corta trayectoria como «Millennial» o «Cowboys de la A3», obteniendo siempre una respuesta positiva y enérgica por parte del público. Llevaban 10 temas cuando, volviendo a dirigirse al público, adelantaron la despedida. «Gracias a todos por venir; es la última, una canción de esperanza», y se lanzaron con «Exoplaneta» mientras la gente pedía más. Obviamente, todavía quedaban algunos cartuchos por quemar, y así sonaron «Antiaéreo» y «Cariño». Ahora nos surge una duda: dado el palpable éxito de la formación, ¿podremos verles alguna vez en una sala almeriense? Ojalá que sí, más pronto que tarde.

Rondaban las 3 de la mañana y nuestras fuerzas comenzaban a flaquear, pero no queríamos irnos sin ver al menos un rato del concierto de Cariño. Sin embargo, el comienzo no pudo ser más decepcionante, abriendo con «Año de mierda», el sonido les jugó una mala pasada, la voz principal no se escuchaba nada, tal como gritaban desde las primeras filas, y los instrumentos sonaban a medio gas. Ellas se percataron y trataron de arreglarlo. La cosa mejoró algo con «Mierda seca», pero aún así distaba mucho de sonar bien. Siguieron con «Modo avión» y «Llorando en la limo», consiguiendo que, a pesar del sonido, el público disfrutase del concierto. A nosotros nos pudo el cansancio y optamos por retirarnos (quien escribe era el conductor y el resto estaban esperando por mí), esperando tener pronto otra ocasión en la que poder disfrutar del directo de este grupo sin problemas técnicos de por medio; un mal día lo tiene cualquiera.
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