Domingo de Cooltural Fest: Música de ayer y hoy (18.08.2024)

La jornada del domingo en el Recinto de Conciertos queríamos acudir desde el comienzo, por descubrir en directo a Malmö 040, y, sobre todo, reencontrarnos con El Kanka, pero una pequeña bajada de tensión volviendo a casa tras el concierto de Madbel fue suficiente para hacernos replantearnos nuestro plan y posponer la llegada hasta la hora de Sen Senra.

Cuando llegamos al Escenario Fundación Music For All encontramos un obelisco plateado enorme a un lado del escenario, y los intrumentos (batería, teclados, etc.) en el otro. No había escuchado antes nada de este artista, y no sabía si esa figura tenía algún significado, y con su actuación tampoco lo descubrí, la verdad. Lo que sí me quedó claro es que atesora una fiel legión de seguidores que enloquecieron en cuanto el gallego salió a escena después de hacerlo sus músicos.

En su tiempo de actuación sonaron temas como «No quiero ser un cantante», «Euforia» o «Wu Wu», que la gente cantaba y bailaba, totalmente entregada. Personalmente, la propuesta no terminó de convencerme a primera escucha. Seguimos viendo como Sen Senra y sus músicos intrepretaban su repertorio ante un público que respondía positivamente ante cada nuevo tema. En el tramo final sonaron «Nada y nadie» y «Aroma», tras lo cual nos trasladamos al Escenario Estrella de Levante para encontrarnos con Pignoise.

A la formación madrileña no la habíamos visto nunca y pensábamos que no conocíamos casi nada de su repertorio. El tema elegido para abrir su turno de actuación fue «Nada podrá salvarte», obteniendo una calurosa respuesta por parte del público que se entregó a los frenéticos ritmos que marcaban los músicos. Siguieron sonando temas como «Mentiras», «Cama vacía» o «Quiero», y entonces nos dimos cuenta de que, en realidad, conocíamos bastantes de los temas más antiguos del grupo.

Guardaron para la traca final dos de sus temas más conocidos «Nada que perder» (popularizado por una serie de televisión) y»Estoy enfermo». Su concierto fue una fiesta, con un punto de nostalgia para los que ya tenemos una edad, pero muy divertida y con una gran dosis de energía emanando de las cuerdas, batería y voz. Aunque el grupo hace unos años jugó un poco al despieste con su posible disolución, actualmente se encuentran celebrando sus 20 años de carrera y, viendo su directo, se diría que tienen energía para rato.

Concluido el concierto de Pignoise, nos volvimos a cambiar de escenario para reencontrarnos con un grupo que es querido y odiado a partes iguales, a veces incluso por la misma persona. Y es que Los Planetas, ese grupo referencia de lo que se vino a etiquetar como «indi» patrio (nosotros ya sabéis que no somos muy de etiquetas), son capaces de despertar los quereres y las antipatías más viscerales en lo que a panorama musical patrio se refiere. Por eso, para algunos de los presentes, el concierto de Los Planetas era «el concierto del día» y para otros, la hora de cenar.

A quien escribe estas líneas hay temas de Los Planetas que le flipan, otros menos, la verdad. El problema surge en el directo. Es cierto que los músicos no son robots y pueden tener días mejores o peores, pero es que con Los Planetas no hay medias tintas; la noche que suenan bien, es la gloria, pero la noche que suenan mal… (ay aquel Extratonauta de 2010, que se lo pregunten a Sidonie). Así que las veces que les hemos visto, nos sentíamos como si lanzásemos una moneda al aire. Por suerte, en Cooltural Fest nos sonrió la fortuna y toco disfrutar de la gloria.

La actuación estaba enmarcada en la gira celebración del 30 aniversario de Super 8 (RCA, 1994), así que el repertorio repasó primero todos los temas del disco en el mismo orden en que aparecen en el LP. Sonaban realmente bien y el público estaba cantando cada tema a pleno pulmón, bailando además algunas como «Qué puedo hacer» o «Brigitte».

Después de terminar el repertorio «Super 8», compartieron algunos de sus temas más conocidos de otros trabajos como «Segundo premio» o «Un buen día», que fueron cantados al unísono por todo el público allí congregado. Terminada su actuación, volvimos a cambiar de escenario para ver por primera vez en directo a Two Door Cinema Club.

El concierto de la formación norirlandesa fue, sin lugar a dudas, no sólo uno de los mejores de esta edición, sino que podría decirse sin temor a equivocarse que se colaría rápidamente en el top de todas las ediciones. El buen sonido, las visuales y luces, el buen ambiente creado y la energía que flotaba en el ambient,… remaba todo a favor de la grata experiencia.

A priori, podría parecer que la mayoría de gente solo conocería los temás «más pinchados y radiados», pero, si era así, desde luego no lo parecía. La elegida para romper el hielo fue «This is the life», subiendo de revoluciones rápidamente con «I can talk». El público bailando y cantando cada tema, dándolo todo, con caras de felicidad; momentos así son los que quieres atesorar y volver a recordar.

Two Door Cinema Club siguió compartiendo temas de toda su trayectoria como «Sleep alone», «Sure enough» o «Changing of the seasons». Más de una vez, Alex Trimble se dirigió al público para preguntar si lo estaban disfrutando y dar las gracias por la acogida. Para la traca final dejaron dos de sus temas más conocidos y más bailados, «Sun» y «What you know», terminando el concierto por todo lo alto y dejándonos un poco agotados, la verdad. Aún así, no teníamos intención de irnos, todavía teníamos citas que no queríamos perdernos, así que volvimos a dirigirnos al Escenario Fundación Music For All para presenciar el concierto de Ginebras.

Con Ginebras tenía otra espinita clavada, porque no pude asistir a su concierto en sala aquí en Almería, así que era el momento de poder quitármela. Aquí empezamos a notar que parte del público ya había abandonado el recinto, pero, claro, al día siguiente era laborable y era comprensible que hubiera gente que marcase la retirada (no por falta de ganas, seguro).

La formación madrileña abrió su tiempo de actuación con «Alex Turner», consiguiendo desde el minuto uno que el público se transformase en un inmenso karaoke. Siguieron haciéndonos bailar y cantar con «Crystal Fighters» y «Billie Max». Con confeti, mucho buen rollo y sonando realmente bien, las chicas dejaron claro que sus conciertos son una fiesta en la que diviertirte, cantando y bailando los ritmos que ellas marcan.

A mitad del concierto hicimos una escapada al Cooltural Club, patrocinado por Tanqueray 0,0, para ver cómo se las estaba gastando Don Flúor, porque aquí a Don Flúor se le valora y se le quiere, así que por lo menos queríamos acercanos a disfrutar de su sesión un rato (ojalá el don de la ubicuidad). Al llegar a la zona pudimos comprobar que se había congregado mucho público y que todo el mundo estaba disfrutando con su sesión. Nos alegramos mucho por él, porque a esas horas de un domingo, era todo un reto, la verdad.

Después de un rato en la sesión de Don Flúor, volvimos para el tramo final del concierto de Ginebras, donde pudimos disfrutar «Rapapá», «Paco y Carmela» y «La típica canción». Concluido el directo de Ginebras, nos quedaban pocas energías, la verdad, pero no queríamos irnos del recinto sin presenciar al menos unas cuantas canciones de Sexy Zebras, ya que, además, en las ediciones de 2018 y 2022 no llegamos a verles, y queríamos romper esa «maldición».

Durante el rato que les vimos, pudimos escuchar temas como «Bailaremos», «El semental» o «Una canción para resucitar». Como otras veces que les hemos visto, su actuación es un torbellino contra el que es imposible luchar, te arrastra y te engulle, llevándote por sendas donde las cuerdas rugen y las percusiones marcan los latidos. Mientras sonaba «Jaleo» nos dimos cuenta de que, aunque nuestras ganas eran grandes, no eran suficientes para compensar la falta de energía, así que pusimos rumbo al aparcamiento del ferial. De camino, parada obligatoria (única tradición que tengo en la feria) en Marimar Gofres, para coger un gofre de chocolate que desapareció antes de llegar al coche y poner ya sí rumbo a casa.

Había terminado otra edición en el recinto, pero todavía quedaba el resto de la semana la Ruta Gastromusical y la Fiesta de Clausura en el Escenario Playa. Pero si tenemos que hacer balance de estos días en el Recinto de Conciertos, tenemos que decir que, si había algún miedo por la ampliación del mismo (y por tanto del aforo), se comprobó que no había que preocuparse; Cooltural Fest sigue siendo un festival cómodo, donde se disfruta de buena música y un ambiente genial. Contando los días para el año que viene.

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