El pasado 9 de noviembre, la recientemente galardonada con el Premio Nacional de las Músicas Actuales 2024, Miren Iza, más conocida artísticamente como Tulsa, venía a la capital almeriense a presentar Amadora acompañada de su banda, formada por Clara Collantes a la guitarra, Miguel González a la batería y Eduadro Gianello a los teclados.
El concierto estaba anunciado a las 22h, una hora estupenda, compatible con aprovechar el domingo, así que nos pareció una buena inicitativa, aunque cambiamos de opinión al final del concierto y entenderéis el porqué.
Con 15 minutos de concesión para los más rezagados (que fueron una buena parte), los músicos salieron al escenario arropados por los aplausos del público. Comenzó entonces Miren a contar la historia de Amadora, hilo vehícular de la primera parte del repertorio. La propuesta de la guipuzcoana fue desgranando la historia de Amadora, por capítulos, cada capítulo una canción, comenzando por una impactante «SANTAMÁRTIR» en la que marcó inicialmente el ritmo con un bastón de madera, siguiendo con «Una parte de mi».
Tras «Cuando venga el león pálido», Miren presentó a los músicos que la acompañaban, así como a Ángel Luján al sonido y la producción. Después de las presentaciones, volvieron a la retomar Amadora (Gran Sol, 2023) con «Laguna» y «No quiero hacer historia», seguidas, igual que lo están en el disco. Terminado el tema, Miren se dirigió al público de nuevo para comentar que «Todo esto son mensajes de reproche y de amor… o más bien de cuestionamiento, más que reproches».

La noche siguió avanzando, sin prisa pero sin pausa, como requiere una propuesta como ésta, marcada por la delicadeza, las historias y sentimientos que se transmiten en cada tema, así como con las presentaciones que les acompañan. Después de 7 canciones, apareció el primer tema ajeno a Amadora, «Gran fuerza domadora», del anterior largo, Ese éxtasis (Intromúsica, 2021), para después echar la vista unos años más atrás con «Los amantes del puente», de su disco La Calma Chicha (Gran Derby Records, 2015).
El concierto estaba sonando genial, el ambiente era íntimo y cercano, una experiencia que hubiera sido maravillosa, de no ser por ese sector del público que sigue pagando entradas para pasar de los artistas y ponerse allí a comentar a voces sus batallitas. Personalmente, desde que compré unos tapones específicos para conciertos -muy de moda últimamente- que te reducen el nivel de decibelios y te «limpian» el sonido, casi no escucho el murmullo habitual de algunos conciertos. Pero, claro, si en vez de un murmullo son voces «a grito pelao», pues los tapones magia no hacen. Tal estaba siendo la cosa que tras «Destrucción mutua asegurada», Miren lo verbalizó. «Sois pocos, pero habláis mucho», a lo que algunas mujeres de un grupo se rieron a carcajadas y empezaron a señalarse unas a las otras. No sirvió de nada.
El concierto siguió y nosotros seguimos centrados en tratar de disfrutar al máximo la experiencia, con todos nuestros sentidos puestos en lo que los músicos nos estaban ofreciendo desde el escenario. En la presentación de «La boda», Miren comentó que había ido a pocas bodas en su vida, «pero una de ellas es de esta pareja que están viendo el concierto aquí abrazados, y hace muchos años, así que esta canción no va por ellos».
Llegó entonces el turno para el tema que abre y dio nombre a su disco de 2017 (y también uno de nuestros temas favoritos), «Centauros». Cambió después de registro, confesando que le costaba, para volver a Amadora y cantar sobre el suicidio en «024». Después de un tema tan intimista y desgarrador, ocurrió lo que terminó por ser lo que más nos cabreó de la noche: vinieron a decirles que iban mal de tiempo (llevábamos una hora).
Prosiguieron con «Oda al amor efímero», y después Miren volvió a dirigirse al público para contar que «Alguien me ha pedido «Carretera» en redes» -presente- y alguien entre el público gritó entonces «Matxitxako», «pero vamos a tener que negociarlo, porque vamos mal de tiempo y tendría que tocarla yo sola». Retomaron entonces con «Melocotón», otra de nuestras favoritas de toda su discografía, tras lo cual confesó que quedaban 5 minutos para 2 temas, así que prometió volver y que la próxima haría ambas peticiones.
Si yo fuera una señora política generadora de polémicas hubiera gritado «No te lo perdonaré jamás, Berlín», pero no lo soy, así que no lo voy a hacer. Pero lo que no voy a decir es que está estupendo meter prisa en un concierto (algo que otras veces no ha pasado) en sala, no es un festival en el que hay otro artista detrás. Que sí, que estoy agradecido de que incluyesen la actuación de Tulsa en la programación de la sala, pero dar 2 horas para un concierto de esta artista (incluyendo los 15 minutos para rezagados y la recogida del escenario), no es de recibo, y es algo que espero no se repita en ningún otro concierto.
Tras «Yo no soy Penélope» y «LA ESTRELLA», los músicos se despidieron y salieron del escenario. Entonces acudí al puesto de merchan a comprar algunos discos, mientras los músicos recogían sus instrumentos. Nos juntamos unas cuantas personas, así que tocó hacer 5 -10 minutos de cola. Cuando volví con mis amigas, me comentaron que se les había acercado personal de la sala instándoles a abandonarla puesto que había una fiesta a las 0:00h.
Entonces todo cobró sentido. Entiendo que es un negocio, su diversificación y que tiene que ser rentable. Pero la sala también tiene que entender que algunos de los que habitualmente vamos a los conciertos amamos la música y, ese «desprecio» nos sentó muy mal. Ha sido la primera vez que ha pasado esto, y esperamos que no se repita, la verdad. Ahora sólo nos queda esperar que Tulsa vuelva a Almería, o buscar otra fecha de su gira que nos encaje, que no sería la primera vez que tenemos que salir de Almería para disfrutar de un concierto.
Tulsa (Berlin Social Club, 09.11.2024)
- SANTAMÁRTIR
- Una parte de mi
- ¿Amor o transferencia?
- Cuando venga el león pálido
- Laguna
- No quiero hacer historia
- Tacones lejanos
- Gran fuerza domadora
- Los amantes del puente
- Destrucción mutua asegurada
- Autorretrato
- Bilbao
- La boda
- Centauros
- 024
- Oda al amor efímero
- Melocotón
- Yo no soy Penélope
- LA ESTRELLA





