Hace años entendimos que hay ocasiones que no se deben dejar pasar, que si se tiene una oportunidad de disfrutar, hay que aprovecharla. Así que cuando nuestra amiga Cavandhi nos contó que iba a celebrarse un concierto acústico de McEnroe un domingo por la mañana en el Café Teatro Central de Baeza, y que no teníamos nada que nos impidiera acercarnos, lo tomamos como una señal cósmica y rápidamente le dijimos que contase con nosotros.
Quien escribe estas letras, a McEnroe les escucha hace años y atesora algunos discos, pero únicamente había logrado verles en un festival años atrás. Así que ver su propuesta en acústico (con lo que disfrutamos en este blog ese formato), en un sitio tan especial como el Café Teatro Central, en el que tantos conciertos maravillosos hemos vivido, y además, hacerlo en compañía de grandes amigos, era una situación en la que todo remaba a favor.
Contamos cada día y rezábamos para que no surgiera ninguna causa de fuerza mayor que nos impidiera asisitir. Cuando por fin llegó el domingo 9 de febrero, nos levantamos temprano y pusimos rumbo a Baeza. Allí nos encontramos con nuestra amiga, que nos llevó a tomar algo a un local cercano a la sala (Cafetería Méndez) donde un segundo café y una caña de chocolate nos sirvieron para reponer fuerzas antes del concierto.
Entramos a la sala pocos minutos antes de la hora anunciada de comienzo, pero pudimos coger un buen sitio en un lateral. Allí esperamos charlando hasta que, pasados 7 minutos de la una de la tarde, salió Ricardo Lezón al escenario, recibido con aplausos y vítores, que dieron paso a un respetuoso silencio (casi orgásmica esta sensación tan poco habitual en otras salas). Mientras se sentaba y acomodaba su guitarra se dirigió al público. «Hola soy vasco, muy soso… No, es que estoy nervioso,» a lo que la gente volvió a aplaudir todavía más fuerte que antes, dejando claro que era lugar seguro y que podía relajarse.
Sin embargo, cuando enchufó su guitarra empezaron a sonar algunos acoples que asustaron a más de uno, a lo que rápidamente Ricardo refirió «Para que veáis que es en directo, no es playback«. Solucionados los problemas, empezó a sonar «Mundaka», y todo el mundo mostró un respetuoso silencio, centrando toda su atención en Ricardo y su guitarra (casi nos emocionamos con esto, ya que pensamos que debería ser lo normal, pero rara vez lo es últimamente). Su voz y la guitarra sonaban claras y con potencia, permitiendo un disfrute total del buen hacer del vizcaíno en el escenario. En cuanto terminó el tema, sonaron los aplausos, enérgicos y calurosos, por parte del público, dejando clara su opinión respecto a lo que estábamos presenciando. Cuando cesaron los aplausos, se dirigió al público para decir que la ciudad es muy bonita y mostrar su agradecimiento por cómo le estaban tratando.
Después de haber empezado con un tema del largo de 2012, Las Orillas, saltó al 2016 con «Por fin los ciervos», del primer largo que hizo con The New Raemon, recibido con el mismo respeto y obteniendo por respuesta los mismos aplausos. Anunció entonces que «voy con el único hit que tengo. Sí, lo voy a quemar ya» (provocando una risa generalizada del público), que recibió «Gracia» con la misma ilusión. Podría decirse que para los presentes todos los temas eran hits.
El concierto siguió avanzando, presentando cada canción que iba a sonar con algún comentario o curiosidad asociada a la misma, algo que parece que satisfizo de forma unánime a los presentes. Tras «Arena y romero», Ricardo confesó que «Hoy me sale hablar, que normalmente no hablo tanto», explicando a su vez que el siguiente tema en realidad lo compuso para Helicon, un proyecto paralelo a McEnroe, pero al final se incluyó en el último disco junto a The New Raemon, arrancándose entonces a tocar «Nuevos bosques».
Casi sin darnos cuenta, nos plantamos en la décima canción, «Lobos», de su disco en solitario, tras la cual anunció que unos pocos temas más y se iban de tapeo, a lo que el público contestó con un sonoro no (por lo de ir acabando, obviamente, no por lo del tapeo). Aprovechó para presentar a Juan, que «está rodando un documental y me ha tenido que aguantar desde el jueves». Se acercaba el final y para ese tramo Ricardo eligió «La electricidad», «Rugen las flores», cerrando con un tema que presentó diciendo «No está mi hija, con ella sale mejor, pero si os atrevéis a cantar..», lanzándose con «Un rayo de luz» acompañado por el público cantando al unísono.
Aunque se levantó e inició la retirada, la gente siguió pidiendo más, así que volvió a colocarse delante del micrófono y contestó «Pero ahora ya sólo me quedan las lentas», cosechando risas por parte del público. Los temas elegidos para los bises fueron «Los valientes», «Asfalto» y algo que no hizo especial ilusión, un tema inédito. Explicó que «Todavía no está grabada, pero en cuanto vuelva la grabo» y acto seguido reflexionó en voz alta -«No sé si es buena idea cerrar con esto o preferís otra»-, aunque la respuesta el público era bastante predecible -«Las dos»-. Finalmente la canción inédita puso el broche de oro a un concierto en el que la calidad, el respeto y las emociones fueron la tónica.
Si la cita a priori contaba con todo a favor, tenemos que confesar que el resultado no superó las expectativas, sino que las arrasó, colándose, por un sin fin de motivos que no sabríamos explicar con palabras, en la lista de los mejores conciertos que hemos vivido, una experiencia inolvidable, palabra de erizo.
McEnroe (Cafe Teatro Central, 09.02.2025)
- Mundaka
- Por fin los ciervos
- Gracia
- Cae la noche
- Tormentas
- La cara noroeste
- Arena y romero
- Nuevos bosques
- Las mareas
- Lobos
- La electricidad
- Rugen las flores
- Un rayo de luz
- Los valientes
- Asfalto
- Canción inédita




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