He empezado a escribir en mi cabeza unas cuantas veces ya distintas versiones de este texto. Primero eran sobre Ignis; después, sobre la gira que estaba por venir. Con el paso de los días y la llegada de los conciertos, justo sobre eso -lo más habitual en este pequeño rincón virtual-.

Ahora, una semana después del paso de Vega por la Sala But, me doy cuenta de que, por encima de todo, siempre eran, en realidad, sobre ella. Sobre lo que hace especial su carrera, su forma de enfrentarse a la música, a la industria y a la gente que, en muchos casos desde esos inicios hace 22 años, la acompaña. Sobre la magia que hace cuidando cada detalle de las ediciones físicas o la cantidad de emociones que logra transmitir en las canciones pero, sobre todo, cada vez que se sube a un escenario, en el formato que sea.

Que llevamos siguiendo el camino de la cordobesa durante buena parte de esos 22 años no es ningún secreto y muy posiblemente le reste algo de fuerza a nuestras palabras. Pero, si alguien se toma la molestia de leer apenas un puñado de reseñas recientes, tanto de Ignis como de la gira de presentación del disco, tardará poco en comprobar que no somos los únicos que valoramos la singularidad de Vega y que, a cada paso que va dando en su carrera, se sigue sumando gente. Gente que le da por primera vez una escucha a sus canciones o se acerca a una sala a comprobar cómo suenan en directo y sale con esa misma sensación de haber vivido algo especial que llevamos sintiendo nosotros cerca de dos décadas.

Podríamos contaros lo que sentimos en Murcia, nuestro primer contacto con la gira de presentación de Ignis, o hablaros de la cantidad de momentos especiales que vivimos en Madrid hace unos días. Pero, además de haber ya muchos medios y compañeros que se han hecho eco de una forma a nuestro entender realmente fiel, creemos que no conseguiríamos hacerle justicia. Así que, en lugar de eso, lo que os diremos es que, por encima de todo, nos ha encantado encontrarnos con una Vega realmente enérgica y disfrutona, que ha hecho de cada concierto una experiencia especial para el público pero también para ella y su banda -bandaza, que esto merecería mínimo una reseña aparte-. Y que nos ha vuelto a sorprender, porque por enérgico y emotivo que nos haya podido parecer un concierto suyo en el pasado, sigue siendo capaz de superarlo. Y cualquiera que estuviera el sábado 22 de marzo en la sala But podrá (re)confirmarlo.

Así que desde aquí sólo podemos decir que confiamos en que este nuevo principio sea justo eso, un nuevo principio que continúe trayendo canciones, conciertos y momentos para el recuerdo. Porque no hay tantas propuestas como la suya en nuestro país y tener que renunciar a ello, a ella, no debería ser una opción. Por nosotros. Y, sobre todo, por ella.

Un salve a la Reina Pez.