Canta Sabina, modificando un poco los versos de Félix Grande, que «Al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver». No es por llevarles la contraria, pero esa aseveración que puede ser real en términos generales, tiene excepciones, y el Café Teatro Central de Baeza es una de ellas. Cada vez que hemos acudido allí a un concierto, nuestra felicidad ha sido plena, así que ¿por qué no volver cada vez que se pueda? Y con esa filosofía, tras asistir al concierto a la hora del vermut con McEnroe, dudamos poco en decidir que volveríamos para reencontrarnos con uno de nuestros artistas de cabecera.
Hay quien no entiende que nos hagamos 440 km en un día para pasar 5 horas en Baeza, pero es que la combinación de factores (concierto en el Central, seguido de comida y café con amigos en Burladero y Méndez respectivamente), para nosotros es sinónimo de felicidad. Hace años que sabemos que la vida pasa en un suspiro y que hay que disfrutar de lo que se pueda con la gente que quieres. Si para ello hay que conducir 5 horas, pues es un peaje barato que pagamos con gusto.
A Depedro le seguimos desde los inicios de su carrera en solitario, antes de que naciese este blog; le hemos visto en teatros, en salas, en festivales, en un parque natural,… Pero teníamos la espinita de habérnoslo perdido en uno de nuestros sitios favoritos, el Café Teatro Central de Baeza. Gracias a esta nueva iniciativa de los conciertos a la hora del vermut, pudimos quitarnos esa espinita.
Dado que se trataba de un «sold out«, llegamos un poco antes de la apertura, para pillar buen sitio. Sin embargo, una vez dentro y con todo el público ya en el local, pudimos comprobar que, a pesar del «no hay billetes», se estaba bien, sin estrecheces, cosa que es de agradecer, porque no en todos sitios es así. Rozando la media hora de retraso sobre la hora anunciada (quizá el cambio de hora hizo que parte del público se retrasase), Jairo Zavala hizo aparición sobre las tablas, recibido con un caluroso aplauso.
Antes de empezar a tocar, saludó y dio las gracias a todos, presentó el tema que iba a tocar hablando de la importancia del estar aquí y de poner el foco en la comunidad, dicho lo cual se lanzó con «Lo que va pasando», un tema de su disco más reciente. Aunque fue bien recibido, se notó el cambio en el público cuando empezó a sonar «Como el viento», transformándose el recinto en un karaoke multitudinario, del principio al fin de la canción, lo que le valió a Jairo para decirle al público «la banda hoy me ha dejado sólo, han seguido para Madrid, así que hoy la banda sois vosotros».
El concierto prosiguió con la misma tónica, alternar los temas nuevos y de discos anteriores. Llamativo el momento de «Nubes de papel«, en el que pasa lo mismo que en los conciertos de Amaral con «Cómo hablar», y es que, a pesar de ser canciones de sobra conocidas, el público se equivoca. Jairo incluso llegó a pararse y hacer comentario al respecto, «Iba a decir 15, pero son algunos años más tocando esto», dijo con algo de guasa después de explicar los coros y retomó la canción.
Sonaron seguidas «Hombre bueno», «Déjalo ir» y «Te sigo soñando», una tríada emotiva, que en el formato acústico y con la cercanía que permite la sala, pusieron las púas de este Erizo de punta (y puede que una lagrimita se escapase en «Déjalo ir»). Después de un bloque de «joyas de la corona» que diría Raphael, volvió otro bloque de las nuevas, además, modificando el orden que marcaba la hoja que había a sus pies, y es que, en sus propias palabras «Me he venido a arriba con el disco nuevo, y voy a hacer otra en la que le pido a lo más poderoso del mundo», tras lo cual se lanzó con «Ojalá el amor nos salve».
Volvió de nuevo la vista atrás con «De cómo empezamos», de cuando le cantaba sólo al camarero, reflexionando que «Eso puede volver a pasar, pero ahora dejadme disfrutar de este momento, en que vuelvo y estáis aquí cantando». Prosiguió con «Noche oscura», otro de esos temas que te estremecen, reflexionando sobre la incoherencia entre lo que queremos y lo que estamos dispuestos a hacer; un grito de desesperanza que ojalá remueva conciencias a quién lo escucha. Con «Panamericana», Jairo anunciaba que se le habían terminado los temas, pero la gente empezó a gritar pidiendo «Diciembre», a lo que respondió «Pero si ya no estamos en invierno» mientras comenzaban a sonar los acordes de la petición.
Terminado el tema pidió un aplauso para «Pablo Baselga al sonido, conmigo desde el milenio pasado, a Álvaro García Vilches, que siempre tiene razón. Gracias al Central por traerme y a vosotros, por venir a reencontrarnos». Entre aplausos, Jairo abondonó el escenario, y algunos empezaron a prepararse para marcar retirada, mientras otros pedíamos más, pues habían sido poco más de tres cuartos de hora de concierto y seguíamos teniendo ganas de más. Así que tras un par de minutos, Jairo volvió a escena, haciendo que los que estaban empezando a salir volviesen raudos a sus posiciones, mientras él anunciaba «una canción muy pequeña y muy bonita, de un tipo que se llama Miguelito».
Después del tema, anunció su despedida definitiva «Después de hablar de noches oscuras y demás, porque después de la tempestad llega la calma, la mañanita». Y así, con el público al completo cantando «Mañanita», terminó el concierto.
El balance de la cita, como siempre que hemos visto a Depedro, fue positivo. Que fue un concierto corto, sí. Que quedaron fuera temas míticos, también, pero es que esto con la trayectoria que tiene ya Depedro, es complicado que no pase. Pero el sonido fue excelente, el ambiente muy agradable y se sentía una energía muy bonita durante el concierto, Jairo estuvo a gusto (o eso nos pareció) y nosotros también. Que nos hubiera gustado un poquito más largo, pues también, pero preferimos centrarnos en lo que pudimos disfrutar de esa hora mágica en el Café Teatro Central de Baeza.
Depedro (Café Teatro Central – Baeza, 30.03.2025)
- Lo que va pasando
- Como el viento
- Lugar perfecto
- Nubes de papel
- Hombre bueno
- Déjalo ir
- Te sigo soñando
- Fábula de la diferencia
- La siembra
- Ojalá el amor nos salve
- De cómo empezamos
- Noche oscura
- Panamericana
- Diciembre
- Miguelito
- Mañanita
El Erizo Albino 