Que rápido pasan los años… Ya hace nada más y nada menos que diez años de que Manuel Cabezalí fundara junto con su amigo Charlie Bautista una banda llamada Havalina Blue. Primero cantaban en inglés; luego, como en la evolución natural de cualquier banda, llegó un ligero cambio de nombre, a Havalina, y el salto al castellano, consiguiendo hacerse un hueco en la escena española. Junio, Imperfección y Las Hojas Secas son sus trabajos. Y celebran su 10º Aniversario con una edición especial consistente en una caja que contiene sus 3 últimos discos de estudio hasta la fecha, el DVD Tan Deprisa Tan Despacio y, además, el CD de versiones de Havalina con Julio de la Rosa, Vetusta Morla, Boat beam etc.
Con este título, Diez años, tres noches, tres discos, los Havalina conmemoraron su larga -o corta, según se mire- vida musical los pasados 30 de noviembre, 1 y 2 de diciembre en la sala madrileña Siroco. Y, como no podía ser de otra manera, para los erizos era cita obligada, aunque fuera sólo por un día. Así que fue el jueves 1, tras una larga jornada laboral, cuando decidimos acudir a la cita con Imperfección.
Llegamos con la hora pegada, pero a tiempo, y nos sorprendió ver que el local estaba hasta los topes; indudablemente la sala se les había quedado pequeña. Todos o casi todos sus incondicionales estaban allí. Pasadas las 21.30 el primer tema y título del segundo álbum, «Imperfección», abrió el concierto, con un sonido impecable que desde un principio sumergió al público en una atmósfera maravillosa de sonidos agudos y rasgados, junto con la suave voz de Manuel. Repasando uno a uno todos los temas de éste álbum y haciendo inevitable el recuerdo de bandas como Smashing Pumpkins o Interpol, y todo ello ejecutado con pasión, sobre todo en temas como «Lejos de tu cama» o «Sueños de Esquimal”. Una ejecución perfecta siempre, con cualquiera de los bajos y guitarras que fueron intercambiando. Cabezalí y los suyos mostraron un rock puro y limpio, pleno de pinceladas psicodélicas, mostrando dicho encanto en temas tan gustosos como “Vida Maquinal» o en el tan fantástico y grandioso «Sórdido».
Los chicos de Havalina hacen gala de una gran profesionalidad y un gran directo y el comentario más significativo que pudimos escuchar fue «¡Increíbles! ¡Cómo pueden tener este directo siendo sólo tres!» El público disfrutó de lo lindo, con la visceralidad de guitarras y la intensidad de la voz de Manuel, que trasportaba a un estado de alienación y excitación constante. Cerraron con algún tema de Las hojas secas como aperitivo, animando al público, y logrando enfervorizarlo con un último y nuevo tema, que el respetable aplaudió y coreó a pleno pulmón.
Otra gran noche para la música, otra gran noche en la capital llena buenos momentos.