El viernes 9 de noviembre pusimos rumbo una vez más a Madchester Club para disfrutar de una nueva noche de música en directo. En esta ocasión era la formación murciana Nunatak la encargada de hacernos bailar y vibrar con sus canciones y su buen hacer sobre las tablas.
Era la segunda vez que acudían a la sala almeriense, y la tercera que actuaban en la capital, pues estuvieron el pasado mes de agosto en el Escenario Playa de la primera edición de Cooltural Fest, con un resultado más que sobresaliente y una gran acogida. Por ello, esperábamos que se colgase el cartel de «Entradas agotadas», pero lamentablemente no sucedió así. A pesar de ello, el aforo fue considerable y la mayoría de los asistentes disfrutaron del concierto de forma respetuosa (siempre tiene que haber alguien que dé la nota discordante).
Con algunos minutos de retraso, los de Cartagena se subieron a las tablas y comenzaron su actuación con «Nadie nos va a salvar» y «Bestias sedientas», ambos temas pertenecientes a su disco de estudio más reciente, Nunatak y el tiempo de los valientes (Warner Music, 2018). Tras eso, Adrián se dirigió por primera vez al público, recordando su paso el año anterior por el mismo escenario con la mitad de público, y lo bien que lo pasaron en su actuación en Cooltural Fest. Entonces echaron la vista atrás con «Luz en su voz», de su EP homónimo que vio la luz en 2012.
El concierto continúo con temas como «Soy viento, soy fuego» o «El tiempo de los valientes», que dedicaron a todas las mujeres de sus vidas, especialmente a sus madres por echarse a las familias a la espalda. Si musicalmente ya estaban haciendo méritos para conquistar al respetable, con su dedicatoria y la interacción con el público, terminaron de conseguirlo.
Los aplausos se repetían tras cada canción, y aunque según el tema que fuese, lo cantaba más o menos gente, hay que decir que el ambiente de la sala estuvo álgido durante todo el concierto. Tras «El pulso infinito» llegó una de las sorpresas de la noche, y es que los de Cartagena se marcaron una versión de «Total eclipse of the heart» que dejó un gran sabor de boca a los asistentes. Un poco después llegó otro de esos momentos especiales, cuando la banda al completo se bajó entre el público e interpretó a capela y totalmente desenchufados «Solos», haciendo que se nos pusiese el vello de punta. También comenzaron «Nubes» entre el público, pero a mitad de la canción volvieron al escenario y la terminaron en eléctrico, con lo que consiguieron poner al público totalmente arriba.
«El grito» fue la encargada de dar por concluido el concierto, o eso se suponía. Pero como era de esperar, el público no les iba a dejar marchar a las primeras de cambio, así que Adrián y Dumdaka fueron los primeros en volver al escenario y comenzar los bises con «La primera luz», tema al que poco a poco fueron incorporándose el resto de miembros del grupo.
Después de otros dos temas más del último disco, se anunció la despedida definitiva con «Romper el cielo», un broche de oro para una noche brillante en la que este grupo demostró que da igual que sea en un festival o en una sala, ellos siempre lo dan todo sobre las tablas, transmiten emociones y suenan de lujo. A nosotros, desde luego, mientras sigan ofreciendo conciertos como estos, nos tendrán ahí siempre que podamos, porque si no es felicidad lo que se siente en un concierto de Nunatak, se le parece mucho.