Granada es una ciudad con magia, con encanto. Con calles por las que da gusto perderse. Con una vida cultural, en general, y musical, en particular, bastante rica y un buen puñado de bandas que han sido, son y probablemente serán referentes en el panorama patrio. Pero, además, en Granada es casi imposible no toparse con alguien empuñando una guitarra. En una plaza, en una terraza… En el Albaicín, en el Paseo de los tristes o en la Plaza Nueva. Es así como, entre las cañas y los cafés, nos topamos con Alex Tysen. Le oímos primero de pasada, mientras buscamos un hueco en una terraza. Suena «Lemmon tree», de Fools Garden. Cuatro o cinco temas, paseo con el plato entre las mesas y cambio de tercio.
Se quedaría en anecdótico si su ruta por las calles de Granada no le llevase un rato después a pararse junto a nuestra mesa. Incluso ahí, en ese caso, no pasaría de la curiosidad, si no fuese porque el clamor popular le obliga a encadenar tema tras tema hasta pasar de la decena. Un bonito concierto improvisado, un público alrededor del joven músico que –entre terraza y transeúntes- ronda la centena y –para terminar de rematar la jugada- un par de despedidas de solter@ que acaban de animar el cotarro. Nuestro café, del que apenas quedan los posos cuando Alex planta micro y ampli y se arranca con L.O.V.E, se va a alargar.
Y mientras, se sigue acumulando gente. Y cuando Alex cambia de tercio y empieza a cantar ‘I got a woman’, una de las amigas de la novia decide sumarse también a la fiesta.
Y entre la banda sonora y el sol de la tarde granadina, no hay ganas de abandonar la terraza. Así que nuestra sobremesa y nuestro café se alargan irremediablemente. ¿Quién tiene prisa?