Almería se deja llevar a «La Deriva» (Palacio de los Juegos Mediterráneos, 23.08.2014)

El reloj marca las 2:17AM del 24 de agosto cuando empiezo a escribir esta crónica. No es que tenga insomnio, es que no quiero irme a la cama sin tratar de plasmar en palabras lo vivido esta noche en el Palacio de los Juegos Mediterráneos con Vetusta Morla.

Para ponernos en antecedentes, debo contar que me VM_05cabreé bastante cuando anunciaron que el concierto de Vetusta Morla reemplazaba al Maldito Sol Festival en la programación de la Feria de Almería. No porque Vetusta Morla no me parezca un buen grupo, sino porque he sido fiel asistente al Festival durante sus 5 ediciones y su desaparición era una mala noticia. Pasado el berrinche inicial, opté por asumir la situación y acudir a disfrutar de la banda madrileña, que siempre es un placer.

Llegamos al recinto una media hora antes de la hora anunciada como apertura de puertas y comprobamos que hay una cola considerable. Primer logro de Vetusta Morla, conseguir que en Almería se haga una cola y se respete. Una vez dentro, a falta de 15 minutos para la hora de inicio del concierto el aforo ronda la mitad, pero sigue entrando gente de forma continuada. A 10 minutos de las 11 se apagan las luces y entre gritos sale Pucho solo y empieza a tocar los tambores, entonces sale el resto de la banda.

VM_02Abren la noche con el tema que da nombre a su último disco de estudio “La Deriva”. Sonando francamente bien (quizá un poco fuertes los graves, siendo algo quisquillosos), los de Tres Cantos consiguen hacer que La Deriva nos arrastre a todos, llevándonos a su terreno. Con la caída de un telón blanco -detrás del escenario- muy bien acompasada con la música, la gente enloquece. Para nosotros es como si ese telón fuese un velo mágico que nos ha cubierto y nos ha hecho olvidarnos del resto del mundo. Ahora sólo estamos Vetusta Morla y nosotros, el público, totalmente entregados a disfrutar con el espectáculo que nos están ofreciendo.

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Sin respiro, siguen con “Fuego” y “Golpe maestro”, también de su último álbum. La energía que desprenden los de Tres Cantos llega al público que responde con fuerza a cada gesto y cada giro durante los temas. Si el sonido está bien, las luces no se quedan atrás. Tras dos giras en las que las luces han ocultado bastante a la banda, nos sorprende gratamente el juego de luces del escenario, esperamos que las fotos hagan justicia a la belleza de iluminación que disfrutamos en directo.

Terminado el tercer tema de la noche VM_08Pucho saluda a los asistentes y agradece su presencia en una noche con tanto donde elegir (además del concierto y la Feria, también hay partido de futbol justo al lado). Siguen con temas del mismo disco “La mosca en tu pared” y “Pirómanos” que son cantados y coreados por el público como si de los antiguos se tratase (normalmente los temas nuevos suelen tener una acogida un poco más fría). Con “Lo que te hace grande” empiezan a echar la vista atrás que continúa con “Un día en el mundo”. Vuelven a lo nuevo con “Cuarteles de invierno”, dejando caer el telón al suelo, una maniobra muy efectista que hace que el público responda con gritos.

Siguen alternando nuevo con antiguo. Pero hay que decir que los temas antiguos han sido “revisitados”, algunos con más acierto que otros (en mi opinión, “La cuadratura del círculo” no termina de cuadrarme en esta nueva versión, me parece que pierde demasiada garra). Tras “Fiesta mayor”VM_09 se despiden y abandonan el escenario. Es evidente que todavía es pronto para que sea una despedida definitiva, pero aun así la gente se desgañita pidiendo más. Pasan unos pocos minutos y la banda vuelve a tomar posiciones, retomando el rumbo y guiándonos en esta travesía por La Deriva con “Una sonata fantasma”. Siguen con “Sálvese quien pueda”, sin bajar el ritmo ni flaquear, ofreciendo un espectáculo que los asistentes disfrutamos como si no hubiera un mañana. Finalizado el tema se apagan las luces y vuelven a encenderse a la vez que Pucho, Jorge González y Juanma Latorre arrancan “El hombre del saco” haciendo percusión con las claves, desatando una oleada de gritos y vítores entre el público. En la recta final del tema, Pucho presenta a todo el equipo y una vez terminado, vuelven a despedirse y abandonan el escenario. Ahora el regreso ya no está tan claro, pero la gente pide más y algunos gritan “Los días raros”. Para regocijo de los presentes, la banda vuelve a escena e interpreta “Los días raros”, poniendo el punto final a una velada mágica que, si por los asistentes hubiera sido, se hubiera estirado un poco más. Esperemos que no tarden otros tres años en volver por esta tierra.

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