Si en la edición anterior de Sonorama Ribera, los primeros abonos salieron a la venta poco tiempo después de celebrarse el festival, en esta ocasión las primeras confirmaciones y los primeros abonos vinieron de la mano, y los sonoritos tuvieron que esperar para ello hasta la presentación oficial del festival que tuvo lugar el pasado 30 de noviembre en la madrileña sala Joy Slava.

El primer cupo de entradas se agotó rapidamente, igual que las primeras entradas VIPs. A pesar de que este año ha subido el precio del abono, después de muchos años sin hacerlo, el precio sigue siendo bastante bajo si se compara con todo lo que se ofrece en esos días de agosto en Aranda de Duero, lo que sigue haciendo que sea uno de los festivales más atractivos del panorama patrio.

En la pasada edición ya hubo algunas novedades, como nuevos escenarios repartidos por otros barrios, para descongestionar un poco el centro y a la vez hacer extensible la experiencia sonorámica al resto de barrios de Aranda. También se reorganizó el recinto, reubicando la zona de restauración y tiendas, en lo que nos pareció todo un acierto. Este año se anunció un aumento del recinto, que a algunas personas puede echarles para atrás por el miedo a un crecimiento excesivo del festival, pero nosotros somos de los que creemos que hay que otorgar el beneficio de la duda y asistir para comprobar como se suceden los acontecimientos.

De los nombres desvelados hasta ahora del cartel, podemos comprobar como repiten artistas que ya han pasado por el festival como Amatria, Ángel Stanich, L.A., La M.O.D.A., Viva Suecia o Xoel López, a la vez que se incorporan nombres que se estrenan por primera vez en el escenario arandino, como Rozalén, Camilo VII o Ladilla Rusa. La última gran confirmación ha sido la de Bunbury, que ha suscitado cierta controversia en redes, algo parecido a lo que pasó cuando se desveló que el grupo sorpresa de la pasada edición se trataba de Los Planetas. Sinceramente no entendemos esas posturas, sus estilos pueden gustar o no, pero no cabe lugar a duda de que se trata de artistas de dilatada trayectoria y cuya presencia en el festival no requiere de justificación. Es totalmente comprensible que del cartel de un festival no te gusten el 100% de los nombres que aparecen, lo que no es normal es la queja o incluso el desprecio. Mentiríamos si dijésemos que Bunbury es nuestro artista de cabecera, pero no faltaremos a la cita para disfrutar con la puesta en directo de Expectativas (Warner Music, 2017) y esperamos que el repaso a algunos éxitos anteriores como «Lady Blue», uno de nuestros temas favoritos del zaragozano.

Si todavía no tenéis vuestro abono, podéis haceros con el pinchando en este enlace o acudiendo a tu oficina de Correos más cercana.