La mañana del domingo nos costó arrancar la maquinaria, así que cuando llegamos al Escenario Playa, ya se estaba despidiendo Mireia Vilar. La verdad es que teníamos mucho interés por conocer su propuesta, pues nos habían hablado muy bien de ella; esperamos tener pronto otra nueva oportunidad.
Tras saludar a algunos amigos, adoptamos posiciones en un lateral en primera fila y fuimos comprobando como iba llegando cada vez más gente. Si la semana anterior la actuación de Neuman en el Sonorama nos había dejado algo tibios, tenemos que decir que su participación en Cooltural Fest fue breve pero intensa. Para el formato acústico, Paco acudió en solitario, pero tocando guitarra, percusión y hasta metales, demostrando ser todo un hombre orquesta.
Además de por el buen sonido, la actuación de Neuman se caracterizó por la cercanía de Paco con el público, tanto en los interludios en los que comentaba curiosidades de las canciones, como durante las mismas, puesto que la interpretación de ese domingo de agosto nos pareció estar hecha con las emociones a flor de piel, o al menos así lo sentimos nosotros.
Temas como «Badlands», «Boystar» o «Tell you» nos pusieron el vello de punta, y disfrutamos viendo además como la respuesta del público era unánime cuando se dehacían a aplaudir tras cada tema. También tenemos que decir que ya hubiera sido apoteósico si hubieramos podido disfrutarlo sin el murmullo de fondo que suelen producir los que no van allí por la música o por el grupo en concreto que está tocando y no se saben comportar.
Paco eligió «Turn it» como broche de oro de una actuación que, si bien fue breve (8 temas en poco más de media hora), el tema a pesar de ser en acústico, provocó que todo el mundo se arrancase a cantar y bailar, coreando el pegadizo «oh-oh-oh» como si no hubiera un mañana.
Tras Paco Neuman, llegó el turno de un grupo
que grabó con éste su primer y homónimo EP, Viva Suecia. Estábamos ansiosos por comprobar cómo se las gastaban los murcianos en formato acústico, pues hasta ese momento sólo les habíamos visto en eléctrico. No sabemos si lo que presenciamos fue un acústico, en el sentido estrico del término, pero lo que sí que fue es un concierto memorable.
Quien escribe estas líneas distingue tres niveles de «disfrute», si lo queréis llamar así, durante un concierto. El nivel 1 es el normal, te gusta lo que oyes y lo disfrutas, pero no llega a provocarte ninguna reacción fisiológica. En el nivel 2 están esas mariposillas en el estómago y el vello de punta, eso quiere decir que lo que estás escuchando ha atravesado alguna barrera y por eso lo sientes más cercano. En el nivel 3, que es el más alto y pasa en contadas ocasiones, es en el que se te escapa la lágrima y cuando intentas cantar, ves que no te sale la voz, porque ese tema o ese momento, te ha calado hondo.
Pues en este concierto de Viva Suecia, estuve durante 3 temas en el nivel 3 («panzá» de llorar sin pretenderlo) y el resto en el nivel 2. Y es que no sé explicar el porqué, pero Viva Suecia, sus letras y sus melodías, tienen algo que les hace especiales, al menos para mí.
Viva Suecia ofreció un repertorio por el que viajaron por toda su discografía, revisando los temas -en mayor o menor medida- para este formato especial, siendo lo más llamativo la versión «techno» de «Palos y piedras», que Rafa Val declaró como «Nuestro pequeño homenaje a la Ruta del Bacalao». Se podría decir que, aunque el concierto ya empezó con un buen nivel de energía y el público entregado, fue creciendo por momentos, llegando a niveles estratosféricos en el tramo final, en el que sonaron temas como «Hemos ganado tiempo» -donde el público de Cooltural Fest no falló a la hora de cantar la letra-, «Amar el conflicto» o «Permiso o perdón». El cierre a su actuación vino de la mano de «Bien por ti», tema con el que se despidieron de los presentes. Visto el resultado, tanto musical como de respuesta del público, esperemos que el año que viene Viva Suecia vuelva a Cooltural Fest, pero esta vez al recinto y como cabeza de cartel.
Aunque la mezcla del calor con nuestra entrega total en los conciertos de Neuman y Viva Suecia hacía mella en nuestras fuerzas, al ser el último día, decidimos echar el resto y poner rumbo al centro para reencontrarnos con Dinero en el Escenario Ciudad. Cuando llegamos al Paseo de Almería, estaba justamente subiendo la formación al escenario. A pesar de la hora y el calor, Dinero congregó a una gran cantidad de gente, que además de la calzada, ocupaba también parte de las aceras.
El directo de Dinero fue potente, con garra (puede que hasta con algo de enfado por -como confesó Sean- no haber tenido demasiado tiempo para probar sonido) y el público respondió con euforia. En el repertorio sonaron temas de toda su trayectoria como «Nada», «Duelo de titanes» o «Mentiras». Aunque todo el concierto el ritmo fue frenético, tenemos que confesar que el final con el tandem «En invierno» y «Una noche más» nos pareció apoteósico, la mejor traca fin de fiesta para Cooltural Fest.
Con Dinero las energías ya nos abandonaron por completo, pero en vez de irnos a casa, optamos por irnos a Macla, donde nuestra idea era tomar algo fresquito sentados mientras disfrutábamos de la sesión de Don Flúor. Sin embargo, al llegar al local y escuchar lo que estaba sonando, nuestros pies tomaron vida propia y no nos permitieron
sentarnos, así que tuvimos que entregarnos a bailar al son que marcaba Don Flúor, hasta que tras un par de horas, nos fuimos, casi arrastrándonos para llegar a casa y acostarnos. Menos mal que quien escribe estas líneas fue previsor y se cogió el lunes libre, si no no sé como habría podido ir a trabajar.
A la mañana siguiente, haciendo repaso a todo lo vivido, el balance de esta primera edición de Cooltural Fest nos pareció positivo. Que sí, que hay cosas que se pueden mejorar para el año que viene (la entrega de pulseras, los tiempos de cambios de instrumentos, la distribución de barras y aseos,…), pero para ser una primera edición, en lo que realmente importa, que es la música y el sonido de la misma, fue todo de una excelente calidad, así que, en nuestra opinión, solo hay que pulir unas cuantas cosas para que la segunda edición sea otro éxito.