Era la tercera vez que Texxcoco visitaba Madchester Club, sin embargo, se trataba de la primera vez que nosotros podíamos acudir a verles, ya que en anteriores ocasiones no pudimos hacerlo por no tener el don de la ubicuidad ni del teletransporte.
Cuando llegamos a Madchester Club tenemos que confesar que el panorama era desolador, con mucha menos afluencia de la que esperábamos. Dice Amaral en una canción que no entienden al mundo, nosotros tampoco, y tampoco entendemos esta ciudad, ni la desidia de sus habitantes para muchas cosas, entre ellas el apoyo a la música en directo.
Un poco más tarde llegó el personal de Jägermeister, con chupitos gratis y regalos para los asistentes, que para ese entonces éramos un buen puñado más, aunque todavía lejos del aforo máximo de la sala. Después de otros cuantos minutos, Texxcoco subió al escenario de Madchester Club y con «No Control» dieron el pistoletazo de salida a una hora y algo de ritmos frenéticos que invitaban al baile y a dejarse llevar. Siguieron el concierto con otros temas de Disorder (Subterfuge Records, 2018), como «Lucifernando» o «Velvet love».
Cuando se dirigieron al público, lo primero que hicieron fue dedicar el concierto a Laureano, de su primera discográfica -Clifford Records-, para posteriormente dar las gracias al público por su asistencia. Pudimos comprobar que Adriana (voz y guitarra) estaba bastante acatarrada, pero a pesar de la tos que la atacaba entre tema y tema, tenemos que decir que la grancanaria puso todo de su parte para que no afectase a las canciones.
En el segundo tramo del concierto, además de repasar más temas de Disorder, hicieron aparición temas de sus trabajos anteriores como «I wanna let you down» o «Sunset eyes». Cuando se despidieron y bajaron del escenario, tras algo más de una hora de concierto, el público pidió más, como era de esperar, por lo que el grupo volvió rápidamente a las tablas para regalarnos dos temas nuevos que formarán parte del próximo disco pero de los que no haremos «spoiler», sólamente diremos que nos dejaron muy buen sabor de boca.
Quien escribe esta crónica da las gracias a Texxcoco por venir a Almería y por el directo que se marcaron; seguramente muchos almerienses que no fueron a verles se pegarán tortas después por verles en primera fila en algún festival de verano en otra ciudad, pero sus motivos tendrán, aunque yo no logre comprenderlos. La parte buena de que no se llenase la sala es que los que fuimos, realmente fuimos a disfrutar del concierto, así que no tuvimos que aguantar a nadie hablando a gritos ni esas cosas de mala educación que ahora se estilan tanto.
El Erizo Albino 