El sábado 17 de noviembre Koel actuaba por primera vez en Almería (que nosotros sepamos), y lo hacía en Madchester Club, la sala de mayor aforo de la ciudad. Nosotros tenemos que confesar que no conocíamos a la formación antes del concierto, únicamente habíamos escuchado una canción en Spotify cuando vimos el anuncio del concierto.
Hay quien nos mira raro cuando les decimos que vamos a un concierto sin conocer al grupo/artista en cuestión, pero eso es porque no saben lo emocionante que es cuando te llevas una grata sorpresa, como fue el caso de Koel.
Con una afluencia de público similar a la de Texxcoco la noche anterior, la formación granadina salió al escenario entre aplausos para romper el hielo con «Dime que sí», el cuarto corte de su segundo y autoproducido disco de estudio, Brújula (2018). Tenemos que decir que al principio el sonido retumbaba un poco, pero el buen hacer de Miguel Bazán a los mandos de la mesa de sonido resolvió pronto el problema.
Siguieron repasando Brújula durante los siguientes 4 temas del repertorio, entre los que destacamos el que da nombre al disco y «Quiero». Entonces pasaron a un bloque de temas de su primer disco, Superforma (2015), que abrieron con «Efecto bidireccional». Después de haber mantenido desde el inicio un ritmo que incitaba al baile, bajaron revoluciones con «Es todo», un tema más melódico que nos sirvió para tomar aire y ver un nuevo registro del grupo.
Volvieron a subir revoluciones con «Superforma» y poco después nos sorprendieron cuando a mitad de «Animales salvajes» se bajaron entre el público a terminar el tema armados de violín, piano de viento, pandereta, guitarra, maracas y sus voces. También abajo empezaron el siguiente tema, «Sentidos», terminándolo de forma eléctrica de regreso sobre las tablas.
En las múltiples veces que se dirigieron al público durante el concierto dieron las gracias a todos por acudir a su concierto, conociéndolos o no. También aprovecharon para reivindicar algo que nos gustó mucho «Seguir a una banda no es darle a Me gusta en Facebook, es venir a las salas». Con «Bailes, vinos y fricción» abrieron los bises obviando el paripé de bajar del escenario, cerrando finalmente el concierto con «Un día más».
El balance de la noche para nosotros fue muy positivo. Que Koel no tiene una propuesta revolucionaria, vale, ¿y? Que su propuesta a veces tiene algunos tintes de otras formaciones de lo que se ha venido a llamar hoy día «indie», puede ser, pero ¿eso es malo? En nuestra opinión, no; mientras se limite a pequeñas influencias y no se llegue a un nivel que parezca una imitación o que se trata de un grupo «marca blanca» de otro ya existente, no vemos nada que objetar.
A nosotros Koel nos pareció un grupo bastante engrasado en directo, que se entrega en el escenario y que defiende su propuesta con honestidad. El concierto nos pareció muy entretenido, bailamos y disfrutamos de una gran noche de música en directo. De hecho la prueba tangible de que nos gustó de verdad su concierto fue que, quien escribe estas líneas, se compró Brújula antes de poner rumbo de vuelta a casa.
El Erizo Albino 