En esta edición de Cooltural Fest, dos de las novedades eran la ampliación del recinto y la incorporación de un nuevo escenario. Al llegar al recinto, lo primero que hicimos fue recargar la pulsera, por si luego había muchas colas, así que cuando llegamos al escenario Puerto de Indias que abría No Procede, ya llevaban un tiempo de actuación y estaban interpretando “El karma de los gatos”. El grupo, ganador del concurso de bandas de Cooltural Fest, es de corte más rockero que el resto del cartel pero eso no supuso un escollo para congregar a bastante público, que además demostró disfrutar con temas como “De mecha corta” o “Miedo al miedo”, con el que cerraron su actuación.
Uno de los platos fuertes del viernes, para nosotros, y creemos que para muchos más, era Zahara. Acompañada, como viene siendo habitual en esta gira, por ese elenco de grandes nombres del panorama patrio, salieron a escena para demostrar que no hacen falta confeti ni fuegos artificiales para hacer un espectáculo de gran altura y altamente disfrutable. Con un repertorio principalmente basado en Astronauta, su último largo de estudio, la de Úbeda tardó pocos segundos en meterse al público en el bolsillo.
Ya con las primeras notas de “David Duchovny” el público se vino arriba y se entregó completamente a lo que Zahara y sus músicos fueron compartiendo, convirtiendo el concierto en un gran karaoke, también con temas de discos anteriores como “El deshielo”. A pesar de tratarse de un festival y por ello no disponer de demasiado tiempo, tuvieron a bien incorporar al repertorio una parte más intimista, con temas como “Guerra y paz” o “El frío”.
El balance de su participación, como suele ser
habitual, fue sobresaliente, se mostraron entregados y al menos parecían pasarlo ellos también bien sobre las tablas. La única pega que se le puede poner, pero creo que eso va en cuestión de gustos, es que a veces los sintes suenan demasiado potentes y se comen al resto de instrumentos, algo que es común a muchos otros grupos de la escena actual.
Tras Zahara, llegó el turno de Carolina Durante, grupo que había cosechado gran éxito en su anterior visita a Madchester Club de la mano de Almería Noise, aunque para nosotros fuese una experiencia agridulce. Que es un grupo de éxito, no cabe duda, ya que el público entró en estado de euforia con temas como “Necromántico”, “La noche de los muertos vivientes” o “El himno titular”. Pero sinceramente, entrar directamente al “prime time” de un escenario principal, no sé si me parece excesivo.
Dudas existenciales aparte, los de Madrid dejaron para el final, como era de esperar, el tema con el que se dieron a conocer, “Cayetano”, que en esta ocasión vino precedido por el inicio de “Al amanecer” de Los Fresones Rebeldes, lo que terminó de desatar la locura entre el público.
Concluido el turno de Carolina Durante, su relevo en el escenario “grande” vino de la mano de uno de esos grupos que son una apuesta segura para un festival, Dorian. Su pop electrónico de tintes oscuros tiene tantos apoyos como detractores, pero si por algo se caracterizan es por no dejar indiferente a nadie. Tampoco se puede obviar que los de Barcelona atesoran en su discografía algunos de los himnos independientes del panorama patrio, que no pueden faltar en su repertorio como “Verte amanecer” o “La tormenta de arena”.
Por eso mismo, porque tienen un repertorio que funciona y que saben defender, no entendemos la “necesidad” de tanto confeti y tanto chorro de humo. Quitando el exceso de ornamentos externos, el concierto fue, para quien escribe estas líneas, esa mezcla de euforia y pena, que al fin y al cabo es como la vida, en la que cantas a pleno pulmón al desengaño, amoroso o amistoso, con temas como “Duele” o “Los amigos que perdí”.
Poco antes de que terminase la actuación
de Dorian, decidimos batirnos en retirada al escenario Johnnie Walker, para coger sitio para otra de las citas que esperábamos ansiosos, el concierto de Nunatak, y al llegar comprobamos que no éramos los únicos.
Cuando terminó el concierto de Dorian, bastante gente se movió para reencontrarse con Nunatak, que el año anterior había ofrecido un concierto inolvidable en el Escenario Playa. Los murcianos abrieron su actuación con “Nadie nos va a salvar”, consiguiendo que el público entrase rápidamente en su resplandeciente universo. El público cantaba a voz en grito estribillos e incluso estrofas completas de temas como “Bestias sedientas” o “Disonancia perfecta”, y tras “El grito”, comenzaron los gritos pidiendo “Escenario principal” para el año que viene. Una vez más, Nunatak nos embriagó con su buen directo y esa sensación como de mantenerse a flote ante la tempestad.
De vuelta al Escenario Principal, nos reencontramos con Miss Caffeina, que por fin recalaban en Almería con su trabajo más reciente, Oh Long Johnson. Por el recibimiento del público, podemos afirmar que no éramos los únicos que les estábamos esperando con ansia. Abrieron con el tema que da nombre al disco y a partir de ahí el repertorio fue intercalando temas de sus 3 últimos largos, como “Desierto”, “Venimos” o “Merlí”.
Con “Ácido” comenzó un tramo muy bailable, que se despidió con “Mira cómo vuelo”. Pero estaba claro que era muy pronto para la despedida a pesar de la desaparición del grupo al completo del escenario. Llegó entonces el momento de la rave, que nos trasladó al fin de gira de La Riviera. Para este gran final eligieron “Bitácora”, su versión del “Freed from desire” y “Cola de pez- Fuego”, con el que la banda puso el broche de oro a una actuación que, a pesar del buen sabor de boca, nos dejó a muchos con ganas de más.
Rápidamente volvimos a cambiar de escenario
para no perdernos la actuación de Kuve, la formación capitaneada por Maryan Frutos. Como suele ser habitual, los miembros de Kuve hicieron gala de derroche de energía y buen rollo sobre el escenario, que se transmitió rápidamente al público. Además de éxitos anteriores como “Choque” o “3.0”, tuvieron a bien presentar los temas de su trabajo más reciente como “Castillos de fuego” o “Bailar en la tormenta”, con la que Maryan se bajó a bailar entre el público. Cada vez que vemos a Kuve pensamos dos cosas, que se cuelan pocos temas de su debut en el repertorio y que no entendemos que no tengan una mayor repercusión, pues a nosotros la combinación de buenos temas y la gran capacidad vocal de Maryan nos parecen ingredientes más que suficientes para conquistar al público. Al menos a nosotros nos tienen ganados.
Poco antes del final del concierto de Kuve, y en previsión de que nos fuese complicado llegar al foso para el concierto de Viva Suecia, decidimos regresar al escenario principal. Tenemos que confesar que estábamos un poco preocupados por la operación de la mano de Rafa Val y la posible cancelación de su concierto. Entonces le vimos salir, con una mano vendada y en la otra, copa y cigarro. La preocupación se esfumó.
Con un público eufórico, los de Murcia, con las incorporaciones de Rodrigo Cominero y Jesús Cobarro, abrieron su actuación con “Piedad” para proseguir con “El nudo y la esperanza”, igual que en el disco. Cada tema era coreado por el público, pero el broche de oro de “Bien por ti” seguido de “Amar el conflicto” fue espectacular.
Sin embargo, tenemos que confesar que, por primera vez desde que seguimos a Viva Suecia, no se nos puso el vello de punta ni nos emocionamos con su concierto. No sabemos si es por la hora, un poco tarde en nuestra opinión, o porque Rafa no estuviera al cien por cien. Pero desde luego, esperamos no tener que esperar mucho para comprobar si ese cosquilleo que nos provocaba Viva Suecia sigue ahí.
Terminado el concierto de Viva Suecia, decidimos retirarnos, pues ya era bastante tarde. Y si hasta entonces alguien pensaba que las colas en las barras del festival eran largas, seguro que cambió de opinión al ver las de los taxis y autobuses.