Cuando en agosto, mientras actuaba en el festival 100% mujer, la banda Morgan anunciaba una cita en el almeriense Teatro Apolo, nos embriagó la emoción y rápidamente avisamos a varios amigos para que reservasen esa fecha que parecía lejana. Pero antes de darnos cuenta, llegó el día de la cita, que además sirvió de excusa para otra cumbre eriza, por fin en Almería, después de muchos años.
Tras disfrutar de un soleado día en Cabo de Gata y una buena cena (gracias, Marta y Rober), pusimos rumbo al Teatro Apolo y nos sentamos en nuestras butacas, esperando el inicio del concierto. Tras apagarse las luces del patio de butacas, la formación al completo salió al escenario, pero 3 de sus componentes, Carolina de Juan, Paco López y Alejandro Ovejero, se aproximaron al borde del escenario y a capela interpretaron “Honey” de la banda americana de folk The Head and The Heart, lo que supuso un inicio cálido y cercano para romper el hielo.
Concluido el tema, los músicos se replegaron a las posiciones que mantendrían durante casi el resto de la noche, hecho lo cual la banda al completo se lanzó a interpretar “Cold”, tema incluido en su primer largo North (Autoeditado, 2016). Sin apenas pausa y, mientras daban las gracias entre los sonoros aplausos, prosiguieron con “Cheesecake”. Desde el primer tema hicieron gala de un sonido espectacular y demostraron una gran compenetración, recibiendo siempre por parte del público la unánime entrega en vítores y aplausos tras cada canción.
Terminado el tercer tema de la velada, por fin Nina se dirigió a los presentes para presentar al grupo y volver a mostrar su agradecimiento por la gran acogida (se agotaron las entradas semanas antes de la fecha), demostrando mucha más soltura hablando que en los primeros conciertos de la formación.
La velada siguió, sin prisa pero sin pausa, repasando temas del disco debut, como “Goodbye”, “Work” o “Volver”, con el que invitaron a cantar y tras el cual se comprometieron a volver; nosotros desde luego le tomamos la palabra. Tras “Home”, Nina abandonó el piano y se puso en pie para cantar “Thank you”, dando por concluido el tramo de repertorio dedicado a North. El tema elegido para marcar la transición fue “Unknown legend” de Neil Young, con Paco López a la voz, que vino acompañado de la caída del telón y que posteriormente contaron que era el tema que se ponían antes de salir al escenario en esta gira.
El primer tema de Air (2018) en sonar fue el mismo que abre el disco, “Planet Earth”. Prosiguió el concierto con temas como “Blue eyes” o “Flying peacefully”, con el que Nina volvió a levantarse del piano y se movió por el escenario mientras iba cantando el tema. Tras “Oh Oh” se anunció que la despedida se estaba acercando, algo que recibió un sonoro no como respuesta, entonado unánimemente por parte del público con un tono entre la sorpresa y la pena. Además de anunciar lo próximo de la despedida, Nina, al igual que con “Volver”, invitó a los presentes a cantar con ella, dentro de unos límites, claro está, si es que nos conocíamos la letra. Se lanzaron entonces con “Sargento de hierro”, en uno de los momentos más mágicos de la noche, y es que la mezcla de la delicadeza instrumental del tema, la letra, esos coros tan bien colocados y la desgarrada voz de Nina, son un combo explosivo que, si ya en disco te pone las púas de punta, en directo, inevitablemente hizo brotar las lágrimas de quién escribe.
Volvieron al inglés con “The Child” y, concluido el tema anunciaron que se retiran a descansar y componer sin fecha definida de vuelta, pero pidiéndonos que no nos olvidásemos de ellos, algo imposible para el público en general, pero mucho más para los asistentes a tan mágica noche. Ya sí que sí, la despedida se hacía efectiva con “Another road”, que terminaba con el público en pie y deshaciéndose en aplausos. Aplausos que se mantuvieron desde que el grupo abandonó el escenario hasta que volvieron a salir.
Un único tema sonó en los bises, en acústico y sin micro, “Marry me”, demostrando varias cosas; la primera, que el público almeriense es capaz de guardar un silencio sepulcral; la segunda, que ese mismo público está totalmente entregado a Morgan; y la tercera, que ya sea en acústico o con micro, a plena luz o en penumbra, en un teatro o en un festival, Morgan tiene algo especial que le hace brillar y conectar con las almas de quien escucha.
Con esta fantástica noche en el recuerdo, ahora sólo nos queda esperar pacientemente su regreso y pedir a Dios, el Universo o quién nos quiera escuchar que, por favor, cuando Morgan vuelva a Almería, lo haga de nuevo al Teatro Apolo, que como ya hemos dicho muchas veces, tiene algo especial que tampoco sabemos explicar con palabras.