Viernes 30 de Marzo, a las puertas de la Semana Santa, aunque ya no sea siempre sinónimo de vacaciones como cuando éramos críos. Da igual; llegamos al viernes con la firme intención de sacarle el máximo partido al fin de semana y contamos con la inestimable ayuda de unos chavales granadinos que han decidido plantarse en la capital a presentar su último largo. Náufragos, se llama, y ha llegado casi dos años después de aquellas Noches de Insomnio con las que tanto hemos disfrutado. Es ya, además, el séptimo – octavo, si contamos su Grandes éxitos de otros- en una carrera de fondo que dura casi dos décadas. Casi nada.
El tiempo en Madrid acompaña y no cuesta nada salir de casa. Atrás quedan el curro y las obligaciones; toca disfrutar. Cañas y risas en buena compañía y piloto automático para recorrer un camino que conocemos de sobra. Una vez más, la cita es en Joy Eslava que, sin tener la mejor acústica, últimamente nos está brindando auténticos conciertazos. Los chicos de Niños Mutantes estaban -por fin- a punto de sumarse a la lista de éxitos.
Nos colocamos en nuestro rincón habitual, cerca de la barra y con buena visibilidad, y dejamos que los tercios empiecen a caldear el ambiente. La espera no es larga y al poco se empieza a proyectar en las pantallas el videoclip de “Hundir la flota”, el tema que ha servido como carta de presentación del álbum. Lo pasan varias veces, sin sonido, mientras una curiosa mezcla de música suena de fondo. Por fin llega el momento; los de Granada se plantan sobre las tablas y abren la lata, igual que en Náufragos, con “La puerta”. Es la primera canción de un par de docenas en las que buena parte del protagonismo recae sobre el nuevo vástago, pero dejando tiempo de sobra para echar la vista atrás y acordarse también de los inicios.
Tras un arranque con cuatro de las canciones nuevas, el sonido se va asentando y llega la primera concesión. No echan la vista muy atrás, aún no toca; se quedan en el pasado más reciente. Se acuerdan de “Las noches de insomnio” y llegan los primeros coros; la gente en la pista parece que se anima y no se resiste al “Uoo” de Juan Alberto y compañía; tampoco oponen resistencia al ritmo casi marcial de “Días complicados”.
Aunque lo canten, no parece que les falle la memoria. Ni a ellos ni a muchos de los presentes, que responden con ganas cuando Juan Alberto sonríe y nos dice que espera que haya gente que se acuerde de lo que tocaban hace años. “Veneno-Polen” se cuela en la fiesta que es ya la Joy, justo antes de que los cuatro músicos vuelvan a la senda de Náufragos y se marquen momentazos como “Empezar de cero” o “Caerán los bancos”, precedida de un “¡Menudos hijos de puta los bancos!”
Nos van a dar un pequeño respiro; Juan Alberto se queda solo con su acústica, al frente del escenario, y la noche se pone momentáneamente tranquila. No va a ser largo, apenas un par de temas, pero suenan muy bien, así, sin florituras, con una guitarra y listo. Porque a una buena canción no le hacen falta artificios. Suena “Florecer”, en una nueva mirada al pasado y previo agradecimiento a todos los que están ahí desde el principio, y acto seguido Juan Alberto se acuerda de Marcelo mientras un coro de voces le canta una nana a su niño.
Se nos acaba la calma; porque aunque queda aún medio repertorio por delante, ya va a haber poca tregua. Faltan por sonar aún algunas de las nuevas, pero mentiríamos si no contásemos que las mejores reacciones llegan con más viejas conocidas. Ellos lo saben; lo reconocen antes de atacarlas, aunque no habría hecho falta. La reacción de la gente a temas como “Errante” deja patente que ha sido un tema importante en la trayectoria de los mutantes. Sin duda el tema les ha dado mucho, pero nada que no se hayan ganado a pulso a lo largo de un buen puñado de años de trabajo.
La despedida antes de los bises con “Te favorece tanto estar callada” y “La voz” desata la locura. Sobre el escenario hay cuatro músicos que se divierten; a su alrededor, casi un millar de almas que hacen lo propio. Combinación casi perfecta. Para rematarla tiran de más fijas, y con “Manual de autoayuda” y un brindis, cerveza en mano, para presentar al equipo y preguntar al respetable si quiere una versión: llega el habitual –y siempre esperado- guiño a Raphael. Con la descarga de energía que es “Hundir la flota” se vuelven a despedir.
Llegan las dudas; no se encienden las luces pero nadie parece tener muy claro que quede algo más. Tímidos gritos de “¡Otra! ¡Otra!” que enseguida se apagan. Da igual; vuelven a escena y lo hacen con otra versión. Del más grande, dirá Juan Alberto, otra vez entre agradecimientos: a los que lo hacen posible –mánager, discográfica y demás-, a los amigos que –como Guille Mostaza, Julio de la Rosa o sus paisanos de Lori Meyers- hoy no han querido perderse la fiesta… Así que a ritmo de Franco Battiato empieza a acercarse definitivamente el final. Una ración de “Sapos y culebras” es lo que le va poner el broche a esta conexión entre Madrid y la ciudad de la Alhambra.
Fuera, la noche –que sigue siendo igual de primaveral que dos horas antes- invita a continuar, así que otra vez, como tras cada cita en la Joy, ponemos el piloto automático para que nos lleve, como siempre, al mismo bar, a poner nuestro particular punto y seguido.
Niños Mutantes (Sala Joy Eslava, Madrid – 30.03.2012)
- La puerta
- Náufragos
- El infierno
- Querer sin querer
- Las noches de insomnio
- Días complicados
- Mi mala memoria
- Veneno-polen
- El miedo
- Caerán los bancos
- Empezar de cero
- Florecer
- Mi niño no quiere dormir
- Dame tu mano
- Volverás
- No puedo más contigo
- Errante
- Quiéreme como soy
- Te favorece tanto estar callada
- La voz
- Manual de autoayuda
- Como yo te amo
- Hundir la flota
- Summer on a solitary beach
- Sapos y culebras
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