Como en el fondo somos seres de costumbres, el sábado cumplimos religiosamente con otras de nuestras tradiciones: las catas. Porque oír a Flequi hablar de vino, sexo y música se ha convertido en parte casi imprescindible en nuestro paso por el Sonorama. Eso hace que el sábado madruguemos un poquito más que el resto de días, para asegurarnos un hueco, y que lleguemos a la Plaza del Trigo justo a tiempo para ver a Maryland y Ricardo Vicente probando sonido.

Mientras una parte del Erizo se va a las catas, otra parte acude a Le Club para asistir al showcase de Correos de la mano de Meetinarts. Salen al pequeño escenario Fermín Bouza y Mikel Antero, adelantando que van a presentarnos dos canciones del próximo disco. Así, sólo con guitarras y voz interpretan las novedades que tienen por título “El fin del mundo” y “Jóvenes”. Si el día anterior nos gustaban en la Plaza del Trigo, hoy en las distancias cortas terminan de conquistarnos. Tras “Jóvenes” se unen Asier Mozo y Luis del Campo, batería y bajo respectivamente, mientras Mikel bromea con el público. “La anterior no la han querido tocar porque les parece una horterada”. El público disfruta pero se mantiene algo alejado del escenario, hasta que Mikel les invita a que se acerquen. Con la banda al completo vuelven a tocar algunos temas que ya sonaron el día anterior como “Canción de cuna” o “Aspirantes”. La banda suena bien y el ambiente es inmejorable, mucha complicidad con el público, hasta incluso llegando al punto de que un “¡No hay huevos!” gritado desde el público hace que Fermín se lance con un fragmento de “La chica ye-ye”. En la recta final interpretan “Marte” y Fermín se dirige al público “Ayer no estaba El Drogas ni hoy tampoco, pero con la voz que tengo puedo hacer un homenaje”. En resumen, un gran concierto que nos gusta bastante por la versatilidad de la banda y el buen rollo con el público.

Nuestro turno en las catas se solapa con el concierto de Ricardo Vicente, así que nos lo perdemos, pero sí vamos a llegar a tiempo de ver a los vigueses Maryland. Rompen el hielo con un puñado de temas de su tercer disco, Los años muertos, y suenan cosas como el tema que da nombre al disco, “Días de reinado” o “Al cielo en ascensor”, pero no se olvidan de echar la vista atrás. Saben sin duda aprovechar su tiempo sobre el escenario y los sonoritos se lo recompensan pronto; apenas un par de canciones hacen falta para que lleguen los tradicionales gritos de “¡Escenario principal!”.

Tras el showcase de Correos, nos mudamos al autobús de Red Bull para encontrarnos con The Chinese Birdwatchers. El grupo que ya nos conquistó en la carpa Future Stars la pasada edición, repite en esta ocasión con concierto en el pueblo. Desde lo alto del autobús la banda despliega sus melodías, conquistando a los presentes con su buen hacer y elegancia sobre el escenario. Para muchos de los presentes en la Plaza La Sal es la primera vez que escuchan a The Chinese Birdwatchers y se repiten muchos comentarios positivos y de sorpresa por no haberles escuchado antes. Durante su tiempo de actuación alternan temas de su primer trabajo homónimo como “Speak to me” o “Underwater lovers” -uno de nuestros preferidos- con los temas de su último trabajo de estudio El Duelo (Warner, 2014) como “Rubber ball”. Tenemos que decir que escogen a la perfección el setlist, optando mayoritariamente por temas con ritmo rápido, que es lo que se espera en un festival. Sin duda su concierto es uno de los que más disfrutamos. Esperemos que se cumpla el refrán y que cómo “no hay dos sin tres”, el año que viene podamos ver a esta banda en la Plaza del Trigo o en uno de los escenarios grandes del recinto.

Terminada la actuación de The Chinese Birdwatchers ponemos la directa para llegar a la Plaza del Trigo y ver a otra banda que también nos sorprendió el año pasado en la carpa Future Stars, Sexy Zebras. Con un poco de trabajo llegamos a colocarnos en un lateral; la plaza está abarrotada para ver a los madrileños. El trío sale al escenario dejando claro que han venido a comérselo y a hacernos bailar y sudar como posesos. Aprovechan su tiempo al máximo y, sin apenas dejarnos descanso para tomar aire, se van sucediendo temas como “Libres”, “Vagabundos” o “Hasta el amanecer”. Cuando se dirigen al público para dar las gracias “al mejor festival de España por hacer de esto un lugar mágico para la música,” los presentes responden con gritos de “¡Escenario principal!”. El concierto prosigue sin perder un ápice de ritmo o energía, con temas como “Caníbales”, canción sobre “los que gobiernan sin sentido el mundo”. Se despiden con “TNT” dejando a una Plaza del Trigo cercana al punto de ebullición y pidiendo a gritos un escenario principal para el trío madrileño.

Supuestamente la jornada matinal terminaba con Sexy Zebras, pero hoy también hay sorpresa. Así que sale Javier Ajenjo para preguntar si queremos más. Evidentemente la respuesta es sí y todo el mundo responde con vítores y aplausos. Ajenjo rememora las primeras ediciones del festival, organizadas con pocos medios y acogiendo a grupos como el que viene a continuación en las propias casas de los organizadores. Señala entonces un balcón y se puede ver a Second en él asomado. “Tenéis que hacerles un pasillo ahora para que puedan venir a tocar,” grita Ajenjo al público. El público obedece y hace lo que puede por permitir el paso de los murcianos hasta el escenario.

Los chicos de Second suben a las tablas dispuestos a hacernos bailar con temas movidos como “Autodestructivos” o “Las serpientes”. Pero también hay sitio para temas más tranquilos, porque Sean se dirige al público “¿Lo sabéis verdad? Este es el puto mejor festival del mundo y teníamos muchas ganas de tocar esto aquí” y entonces se arrancan con “Rincón exquisito”. El público enloquece y la Plaza del Trigo se convierte en un karaoke. El tiempo pasa volando y cuando queremos darnos cuenta la banda ya se está despidiendo con “Rodamos”, haciendo que todo el público agote las pocas fuerzas que ya van quedando en bailar y saltar como posesos. Terminada la actuación sorpresa ponemos rumbo a nuestro alojamiento para descansar algo antes de acudir al recinto.

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