Ha llegado septiembre, pero en la capital parece más verano que nunca. Luce el sol y la temperatura es aún alta. Afortunadamente, el jueves Victoria y Gigntik vuelven a ofrecernos un plan refrescante que, durante un buen rato, va a hacer que nos olvidemos del calor y el asfalto madrileños. A este nuevo asalto de los Victoria Summer Acoustic Concerts llegamos pronto, porque no queremos perder la oportunidad de charlar un rato con sus protagonistas. Ana Muñoz, primero, y Jacobo Serra, después, nos van a contar un poco más de todo; de ellos, de su música y de todo lo que va surgiendo en la conversación según pasan los minutos. Minutos que a nosotros se nos hacen cortos y que esperamos no sean los últimos –y de los que prometemos que en muy breve daremos buena cuenta por aquí-.
Poco a poco va llegando la gente y en el Espacio Invernadero, que luce realmente bien para la ocasión, va creciendo la expectación. El ciclo de conciertos está dejando muy buenas sensaciones y en esta ocasión no va a ser menos. Poco después de las siete, Ana Muñoz va a ser la primera en salir, luciendo vestido rojo, taconazos y con su Telecaster bien agarrada. Así de primeras, entrando tan despacito y con tanta calma, da una sensación de timidez que parece confirmarse cuando empieza a cantar, tan suave, tan dulce, y con los ojos cerrados. Pero en cuanto empieza a compartir anécdotas y bromas entre canciones, nos tira la teoría un poco por tierra y descubrimos a una Ana simpática, cercana y que nos va a dejar con muchas ganas de más. Porque van a ser apenas 5 canciones las que comparta con nosotros en esta tarde de septiembre y casi no nos va a dar tiempo a darnos cuenta de su paso por el escenario. Nos va a cautivar, eso sí, el sonido que le saca a su guitarra desde el momento en que empieza con “Quijote” y según van cayendo “Complejo Sideral”, “Generosa” –que gana en las distancias cortas- y “Alejando”. Y hasta en el final, cuando se va a bajar del escenario y nos va a pedir que estamos “super callados” –“pero, vamos, como hasta ahora”- para tocar, desenchufada, una “UK” que resulta ser un gran final.
Las ventajas de los acústicos es que hacen los cambios bastante rápidos y son muy pocos minutos los que pasan desde que termina Ana hasta que Jacobo Serra ocupa su lugar en el escenario. Sale solo, acompañado únicamente de su guitarra, y no es hasta la segunda canción, “Don’t give up”, cuando aparece Nacho para acompañarle a la percusión. Jacobo nos engancha con el primera acorde, pero en cuanto se une Nacho dejan claro que forman un tándem muy efectivo y les va a costar muy poco conseguir que estemos todos muy atentos, pendientes de cada nota, mientras hacen un repaso al primer largo de Jacobo y se acuerdan, también, de algún tema de su anterior EP. Tras “26” y “On & on”, toca echar la vista un poco más atrás y acordarse de ese “The Word I never say”, que le sirvió a Jacobo como carta de presentación, y de “All around”, también incluida en aquel EP. Entre medias se ha quedado “What I was told”, que Jacobo aprovecha para dedicarle a Nacho “porque es un valiente”.
Aunque se nos está pasando en un suspiro, a la tarde le van quedando pocos cartuchos ya y después de “Never gone y “Long ago”, Jacobo va a anunciar la última. “No way” suena a despedida y al acabar, los dos músicos abandonan el escenario. Pero el público no parece muy dispuesto a dejar que la cosa quede ahí y se oyen unos cuantos gritos de ‘¡Otra!’. Poco se hace de rogar Jacobo, que enseguida regresa al escenario, ya sin Nacho, y con su guitarra nos deja un tema más como despedida. Y es que “Fly away”, ya sí, pone punto y final a una tarde que se nos ha hecho muy corta. Habrá que repetir pronto.
Pingback: 2014: Nuestros diez conciertos imprescindibles (2) | El Erizo Albino
Pingback: Celebrando el centenario de Zapatillas Victoria: Victoria Acoustic Concerts 2015 | El Erizo Albino
Pingback: Jacobo Serra: “Intento hacer canciones bonitas y que le gusten a todo el mundo” | El Erizo Albino