Hay veces en la vida no siempre se puede tener lo que uno quiere cuando uno quiere. Cuando descubrí a Boza en 2011 a través de YouTube lo primero que hice fue comprobar si tenía algún disco o EP editado. Lo tenía, Lapislázuli, pero única y exclusivamente de venta en sus directos. Así que tocaba esperar a que viniera a Almería –todavía seguimos esperando- o a que cuadrase una fecha en un sitio más o menos cercano. En 2012 anunciaba conciertos en el Sur, pero teniendo que trabajar el lunes era arriesgado trasponer hasta Málaga para acudir a verla en vivo el domingo. Sin embargo, gracias a una amiga que sí acudió al concierto, conseguí uno de mis deseos, tener el formato “físico” de Lapislázuli (y además dedicado). Desde entonces, esperaba los anuncios de fechas de Boza anhelando una que me permitiera verla por fin en vivo y en directo. Pero nada.
Luego vino una desaparición voluntaria de la artista, seguida por el lanzamiento de la campaña de crowdfunding que le permitió grabar un disco que es una joya por continente y contenido. Pero “LA FECHA” seguía sin aparecer. Hasta que al fin, ¡casi cuatro años después!, se anunciaba concierto de Boza en Murcia, un sábado, a 2 horas de coche. La cita era ineludible.
El concierto de Boza no era un concierto de su gira como tal, sino que se enmarcaba dentro del festival Microsonidos de la capital murciana. Así que no tocaba sola, antes de ella actuaba la banda Temas Incómodos.
Cuando llegamos a la Sala 12&medio las puertas ya estaban abiertas y había bastante gente esperando. Con puntualidad la banda murciana Temas Incómodos hacía su aparición sobre el escenario para tocar en acústico, un formato que para la banda no es el habitual. No había tenido tiempo de escuchar nada suyo, así que su actuación era mi primera toma de contacto con su trabajo. Abrieron con “Fénix”, sonando técnicamente bien, pero con un ritmo algo monótono que no terminó de engancharme. Además, tengo que confesar que la forma de cantar de Xema Ros, exagerando la pronunciación en los finales de los versos, no me gustó nada, así que eso no ayudaba a que me atrapase lo que estaba escuchando. Se sucedieron temas como “Nunca te supe despedir”, “La tormenta perfecta” o “Jack Rabbit Slim’s” (en homenaje al bar de Pulp Fiction), que sonaban bien, con unas percusiones interesantes –quizás abusando un poco de la pandereta- pero que no lograron hacer que me metiera en el concierto. Alguien podría pensar que es que yo iba a ver a Boza, y es verdad, pero eso no quita para que fuese receptivo para descubrir un nuevo grupo, como ha ocurrido en tantas otras ocasiones. Con “Teoría de cuerdas” se despidieron del público y abandonaron el escenario entre aplausos.
Tras unos pocos minutos en los que se realizaron algunos reajustes, Boza saltó al escenario. El tema elegido para abrir su turno sobre las tablas de la Sala 12&Medio fue el mismo que abre su disco y le da nombre “La mansión de los espejos”. Sonando realmente bien –como era de esperar llevando una banda formada por músicos de la talla de Toni Brunet, Jacob Reguilón y Alex Riquelme- la gaditana enganchó a todos los presentes desde el primer acorde. Siguiendo el orden del disco, continuaron con “Culpa y castigo”. Parecía que iba tocar todo el disco en orden, pero no, porque entonces sonó “El mayordomo”. A nosotros, que acudíamos con tantas expectativas, nos sobrepasó su fuerza y su dominio encima del escenario. Interpretaron tres temas más y después de “Desconocidos”, Boza y Toni Brunet se quedaron solos sobre las tablas para hacer un set a guitarra y voz, recordando así la época de cuando ella iba sola con su guitarra. En ese momento se acordó de Road Ramos –con la que compartió el proyecto de gira y EP, Carretera y Mantras- y aclaró “…que no está aquí hoy porque está en Andorra tocando”.
El set acústico comenzó con “Salpicadura”, que no está recogida en La mansión de los espejos. Después vino otra “rareza”, un tema que hacía mucho que no cantaba, “Restos de mi verano”, que sí está incluido en el álbum acústico exclusivo para los mecenas del crowdfunding (los que eligieran esa recompensa, claro). Terminada la canción se dirigió al público para explicar que “a mi cuando me pasan cosas lo paso mal hasta que hago una canción y me olvido, y yo os lo cuento para que no os pase a vosotros o para que la catarsis sea más rápida”. Entonces se lanzó con “Disparate”, un tema en el que la voz de Boza y los arpegios de su guitarra pusieron el vello de punta a los presentes.
Concluido el tema volvió el resto de la banda al escenario para continuar con el concierto a banda completa con “Nana noir”. Entonces el ritmo se fue acelerando, sucediéndose temas como “De lirios y de éxtasis”, “Amante religiosa” o “Fin”. Tras “Mi do menor” anunció la despedida, dando gracias a la sala, al técnico de sonido, a Temas Incómodos y a todos los que habían acudido al concierto “Espero que os haya merecido la pena” concluyó la gaditana. Dicho lo cual se lanzó con “Fieras”, presentando a los componentes de la banda en mitad de la canción y saliendo del escenario una vez terminada.
El público gritaba pidiendo más, y no es que hubieran sido pocas, pero es que estaba siendo tan brutal y quedaban tantos temas en el tintero, que ninguno éramos capaz de aceptar la despedida. Tardaron poco en volver los músicos al escenario y Boza se acercó al micro “¿En qué mes estamos?” preguntó picaruela la artista, a lo que añadió “Esta canción la podemos llamar como queráis, es para que la disfrutéis: Octubre”. Y con “Octubre” como único bis y broche de oro, Boza y su banda cerraron una actuación que nos entusiasmó, nos emocionó y nos hizo salir de la Sala 12&Medio con una sonrisa de oreja a oreja, esperando que no tengan que pasar otros cuatro años para volver a disfrutar de otra noche tan bonita como ésta.
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