Sábado 6 de Junio. Sol de justicia y más de 30 grados en el termómetro. La opción más prudente era seguramente pasar las horas de más calor a resguardo, pero el plan era demasiado tentador. Se celebraba en el Matadero una nueva edición del “Festibal con B de Bici” y entre las muchas actividades previstas y repartidas entre el viernes y el sábado, estaba un concierto acústico de La Bien Querida. A las 15.00. Al sol.
Más justos de lo que suele ser costumbre en nosotros, llegamos al Matadero unos minutos después de las tres y Ana y David ya estaban sobre el escenario. Sonaba “Queridos tamarindos” y, si fueron fieles al plan, antes debían de haberlo hecho “Piensa como yo” –de nuestras favoritas; definitivamente no se puede llegar tarde- y “El origen del mundo”.
Intentamos arañar un poquito de sombra en las inmediaciones del escenario, desde donde escuchaba atento un grupo de grandes y pequeños, mientras, detrás, sobre una alfombra de césped artificial, se colocaban unos pocos valientes y el resto permanecía más alejado de las tablas, aprovechando las pocas sombras que ofrecía el recinto.
El festival, que se plantea como un evento familiar, brindaba a más de uno la primera oportunidad para disfrutar en directo de las canciones de La Bien Querida, como algún padre le iba a contar después del concierto a Ana en una de esas eternas quejas en la capital. “Lleva años queriendo ir a veros,” decía mirando al lado a su niña, “pero siempre que tocáis en Madrid es en salas que no permiten la entrada a menores de 18”.
Si en marzo en el Teatro Lara, cuando Ana, David y Frank Rudow presentaron en directo “Premeditación, nocturnidad y alevosía”, muchas de las canciones de discos anteriores habían pasado por un lavado de imagen para acercarse al sonido del nuevo largo y el ambiente y la puesta en escena tenían un claro espíritu ochentero, en el Matadero la propuesta estaba en el extremo contrario: canciones desnudas, directas; voz y dos guitarras, que al final es la mejor forma de demostrar que las canciones se sostienen solas.
Otra de las cosas buenas es que, una vez pasada la puesta de largo, en el set acústico las recién llegadas cedían algo de su protagonismo a sus hermanas mayores y se iban alternando las canciones de los cuatro discos publicados hasta la fecha. El siguiente en coger turno era Ceremonia, con “Los Picos de Europa”, para que, justo después, con “Corpus Christi” llegásemos al principio, a un Romancero que, curiosamente, terminaría siendo el más representado de los cuatro.
La gente aplaudía y a veces incluso se atrevía con tímidos coros, mientras Ana y David seguían a lo suyo, ella con su guitarra acústica y encaramada a un taburete alto, él a su derecha, agarrado a su telecaster y en claro segundo plano. Llegaban así “Carnaval”, “Bendita” o “Sentido común” mientras nosotros –que ya hemos declarado hasta el aburrimiento que somos muy fans de los acústicos- disfrutábamos, de ellos y de observar a los más pequeños, quietos, con los ojos bien abiertos y sin perder detalle de lo que pasaba sobre las tablas.
Los mejores momentos estaban por llegar, para nosotros y para más de uno a nuestro alrededor a juzgar por las reacciones, y tras “Arenas movedizas”, unos cuantos se atrevían a cantar algo más en “Hoy” y a muchos se nos escapaba una sonrisa instantánea al reconocer en la siguiente esa pequeña joya que es “9.6”.
Confesaremos que “Muero de amor” no está ni cerca de nuestro cuadro de honor de La Bien Querida, pero para compensar sonaban encadenadas justo después dos de las que sí. Y “De momento Abril” –que puestos a confesar diremos que en el Teatro Lara no nos convenció… nada- no sólo nos sacaba a nosotros las mejores reacciones, sino que hacía que el respetable –medio derretido ya- se arrancase con sus famosas palmas. “A veces ni eso” remataba la faena, mientras Ana iba anunciando que la cosa se acababa.
Evitando las huidas y los paripés, Ana y David siguieron tocando y para cerrar se dejaron tres temas. Dos propios más, “Poderes extraños” y “7 medidas de seguridad”, y una versión, eligiendo “La veleta” de Los Planetas para despedirse de grandes y chicos cuando el reloj ya casi daba las cuatro.
Después de una vuelta por el recinto, nos marchábamos -el sábado estaba cargado de planes- notablemente acalorados pero convencidos de que lo único malo de la primera parada del día había sido nuestro retraso.
Álbum de Fotos
La Bien Querida (Matadero de Madrid, FestiBal con B de Bici – 06.06.2015)
- Piensa como yo
- El origen del mundo
- Queridos tamarindos
- Los Picos de Europa
- Corpus Christi
- Carnaval
- Bendita
- Sentido común
- Arenas movedizas
- Hoy
- 9.6
- Muero de amor
- De momento Abril
- A veces ni eso
- Poderes extraños
- 7 medidas de seguridad
- La veleta