Que El Chamán de Los Escullos es un lugar mágico es algo indiscutible. Por eso, siempre que podemos, acudimos a disfrutar de buena música en directo en aquel marco tan singular. El pasado 5 de agosto volvimos a poner rumbo a aquella esquinita del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar para reencontrarnos con Muerdo. Poco después de la media noche Sergio Renovell -aka “El Ninho Trompeta”- e Iker García salían al escenario y, tras ocupar posiciones ,comenzaron a tocar. Tras los primeros acordes de “Claridad”, Pascual Cantero salió a unirse con sus compañeros de batalla entre los aplausos del público.
Con un buen sonido y el beneplácito del público desde el primer tema, Muerdo prosiguió desgranando Viento Sur (Kasba Music, 2016) interpretando temas como “Canto pal que está despierto”, “Sendero de paso lento” o “No me quieras mal”. Pero no sólo de Viento Sur se alimentó el repertorio del murciano, como quedó demostrado con “Vueltas”, tema que Pascual compuso para Amparo Sánchez (incluido en Alma de cantaora) y que le dedicó a su madrina “que es amiga de la casa” -en referencia a la sala-.
Tras el compás de espera, volvió a retomar Viento Sur durante unos cuantos temas más. Antes de “Lejos de la ciudad” compartió con los presentes su admiración por los paisajes de esta tierra apostillando que “la mayoría de gente flipa con los paisajes de Galicia, pero esto también es naturaleza”. Volvió a salirse de Viento Sur interpretando a voz y palmas, acompañado por todos los presentes, un fragmento de “Sembrando flores”, tema del grupo de folclore mejicano Los Cojolites. Fue sin duda un momento íntimo y muy especial, con una total compenetración con los presentes.
Entonces echó la vista atrás a su trayectoria e interpretó “Un mundo nuevo”, “Lo bueno” -haciendo referencia a lo revuelto de sus redes sociales- y “Amor y culpa”. No nos habíamos dado cuenta, pero habíamos entrado en la recta final, que se anunciaba con “La canción de la carretera”. Terminado el tema los músicos abandonaron el escenario entre aplausos y gritos pidiendo más. Tras unos minutos salió Pascual en solitario e interpretó magistralmente a capela la “Tonada de luna llena” de Simón Díaz. Con sus músicos ya de vuelta se lanzaron con “Sonidos” y se despidieron definitivamente con “La Fiesta” de Amparanoia enlazado con el estribillo de “I will survive», tarareado por todos los presentes, sinceramente un gran fin de fiesta.
El balance del concierto, como siempre que hemos acudido a un directo de Muerdo, genial. Si bien durante todo el concierto consigue mantener la sensibilidad a flor de piel, la intensidad y el ritmo van en aumento, poquito a poco, sin darte cuenta, hasta llegar a “La canción de la carretera” que, si bien marca un final, también marca el principio del tramo final que se convierte en una gran fiesta. A nosotros desde luego nos tiene enganchados y repetiremos siempre que podamos.