El pasado viernes 09 de febrero pusimos rumbo una vez más a Madchester Club, para reencontrarnos con una formación que venía a presentar su último largo de estudio: Toulouse era la banda y Montemarte (La Máquina de Helados, 2017), su disco.

El concierto arrancó poco antes de la media noche, después de haber dejado unos cuantos minutos de cortesía tras la hora de inicio anunciada, por si faltaba algún rezagado. Ante una sala con bastante aforo, los granadinos salieron al escenario y abrieron su repertorio con «Sierra Nevada», tema incuido en Montemarte.

Encadenaron dos temas más y, tras «Sir Isaac Newton», la primera de las canciones de discos anteriores en aparecer, se dirigieron a los presentes para saludar y dar las gracias por la acogida. Suponemos que no lo dirían solo por el aforo alcanzado, que también, sino por la calidad del público, uno de esos que te gustaría que se repitiera siempre, sin gente hablando, que se sabían las canciones y las cantaban sin molestar, que bailaban sin empujar. Nosotros firmábamos por que siempre fuera así, de verdad.

Si al buen ambiente le añades que Toulouse sonó mejor que nunca antes, que los nuevos temas siguen la senda marcada con los anteriores, pero mostrando una evolución sin perder esa esencia que les hace diferentes, obtienes la formula para la noche perfecta, que fue lo que nos ofreció Toulouse.

Mientras la noche avanzaba y los temas se sucedían, los componentes del grupo se mostraban cada vez más a gusto en el escenario, y eso se notaba en cómo Jose Enrique (voz y guitarra) iba presentando algunos temas. Los temas de Montemarte como «El ocaso del fracaso» o «El amor, a veces miedo» se iban alternando con otros antiguos como «La isla» o «A oscuras».

Con «Ceniza» anunciaron despedida y desaparecieron del escenario entre aplausos. Tras unos escasos minutos en los que la gente no dejó de gritar pidiendo más, volvieron a la carga para terminar la noche con tres de los temas que más nos hicieron bailar: «El capitán», «Todo
cambia» y «Despedida de casado», lo que se tradujo en terminar la noche, como se suele decir, en todo lo alto.

Después de acudir a este concierto sólo podemos pensar una cosa, ¿cuándo volvemos a ver a Toulouse?

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