Cuando a principios de julio anunciaron en el Hotel Cortijo El Paraíso su programación de actividades para el mes, tenemos que confesar que no habíamos escuchado ningún tema de El Niño de la Hipoteca. Para nosotros no es raro acudir a un concierto sin haber escuchado antes nada del artista en cuestión, pero el caso es que cuando ya teníamos las entradas compradas y se acercaba la fecha del concierto, comenzamos a escuchar sus discos en Spotify y tenemos que decir que nos engancharon, mucho. Entonces comenzamos a sentir la impaciencia por comprobar cómo defendía su propuesta en directo, además un formato que nos encanta, en acústico.

Al llegar al Hotel Cortijo El Paraíso estaba atardeciendo y los últimos rayos de sol se despedían por el horizonte, dando paso a un cielo de tonos rojizos que fueron tornando a azul oscuro a medida que pasaban los minutos. Era ya de noche cuando El Niño de la Hipoteca hizo su aparición sobre el escenario. Armado únicamente con una guitarra «pequeñica», sobre la que luego hizo algunos comentarios, arrancó su actuación con «Luz batida». Con un sonido limpio, los acordes y la voz de este delicado tema fueron embriagando al público, que rápidamente se dejó llevar a su terreno.

Sin embargo, tras el segundo tema «Alma de cartón», El Niño de la Hipoteca abrió una puerta que cambió las tornas de la noche, porque si ya nos tenía a su merced, cedió ese poder al respetable al poner su guitarra y su voz a merced de las peticiones del público -con el único requisito de que fueran suyas-. Así, a pesar de que se tratase de temas nuevos, antiguos o menos conocidos, El Niño de la Hipoteca respondió con gusto, a veces con algo de reticencia previa, a cada una de las peticiones, menos algunas que dijo que prefería guardar para la recta final.

Durante casi hora y media pudimos disfrutar del desparpajo de este singular artista (ahora entendemos que lo hayan programado en el Escenario Humor de Sonorama Ribera) mientras hilaba con comentarios temas como «A un palmo de la gloria» (con cambios de letra improvisada), «Cum laude» o «Los cuentos». La última terna comenzó con «Que te vaya bien», hilada con un popurrí de temas populares tanto de música española y de dibujos animados, para después lanzarse con una versión de «Va a escampar», de La Vela Peurca. La apoteósis final se hizo efectiva con «Alquitrán y carmín», desenchufado y con El Niño de la Hipoteca caminando entre el público, al que antes de bajarse del escenario, pidió silencio absoluto para que todo el mundo pudiese escuchar bien. Un momento de los que nos gusta vivir y que recordaremos siempre con las púas de punta.

Para ver más fotos pincha la imagen inferior