El sábado 18 de mayo acudimos una vez más a Madchester Club para disfrutar de una buena dosis de música en directo. Esta vez, además, con unas altas expectativas, pues íbamos a ver a La Habitación Roja por fin en una sala. Sí, había visto al grupo en festivales y en Live The Roof, pero en sala es diferente y estaba ansioso por ello. Por ese motivo, llegamos un poco antes de la hora señalada como apertura de puertas. Entonces comprobamos que había bastante gente esperando también, cosa que no suele ser habitual.

A pesar de que había algo de gente delante de nosotros en la cola, pudimos entrar rápido y pillar nuestro sitio habitual (primeras filas nuestra obsesión, que cantan otros). Pasaban quince minutos de la medianoche, cuando los componentes de La Habitación Roja salían al escenario, siendo recibidos por el público con un sonoro aplauso.

“Nuevos románticos” fue el tema elegido para romper el hielo, un hielo que se derritió rápidamente. El público, totalmente entregado, cantaba por igual temas de discos anteriores -“La segunda oportunidad”- como los más recientes -“Estrella herida de muerte”-.

Tras el tercer tema de la noche se dirigieron al público para hacer una declaración de intenciones en voz de Jorge Martí, “Estamos predeterminados a que este sea el mejor concierto de nuestra vida”. Algo que el público recibió con euforia, pero que quien haya visto anteriormente a la formación valenciana en directo ya se podía imaginar, pues su entrega sobre las tablas siempre es total.

La noche siguió avanzando, sin prisa, pero sin pausa, con un buen puñado de temas de los más melódicos de su discografía. En una de las pausas, el grupo también quiso señalar que “Hacía tiempo que no hacíamos un concierto con el público así tan cerca, nos gusta mucho” dijo Pau Roca, tras lo cual procedió a presentar al nuevo teclista, Endika Martín. En el repertorio también hubo hueco para recuperar temas de un pasado algo más lejano, como “Cuando te hablen de mí”, de su disco de 2003, titulado 4, y que fue especialmente bien recibida por los seguidores más veteranos.

Después de una primera mitad cargada de emotividad, “El eje del mal” supuso un cambio de rumbo, en el que la intensidad fue el eje central, provocando una revolución entre el público con temas como “La moneda en el aire” o “Indestructibles”, una de nuestras favoritas. El tema que da nombre a su EP más reciente, “Madrid”, sirvió de colofón para esta parte del repertorio y posteriormente la salida de escena por parte del grupo. Había pasado casi hora y media, pero como era de esperar el público empezó a pedir más antes si quiera de que desapareciesen por completo de las tablas.

Un par de minutos más tarde, La Habitación Roja volvía al escenario, y con su regreso, una parte del público comenzó a pedir “Dices que no”, a lo que los valencianos contestaron que no estaba en el setlist, pero que la iban a hacer. Sinceramente, nos hizo muy felices que el grupo complaciese a sus seguidores y que realizase un bis de verdad, de los que no están por escrito.

En este último tramo, explicaron que era la

tercera vez en la capital, haciendo alusión a su primer concierto allá por 1997 junto a otro grupo en un pub, y que estaban muy agradecidos por la acogida, por eso habían preparado un repertorio tan extenso. La recta final siguió siendo enérgica y sonaron temas como “Scandinavia” o “Mi habitación”. El cierre definitivo vino de la mano de “Ayer”, con una locura generalizada por parte del público, que mostró así su agradecimiento y disfrute con más de 2 horas de concierto y 24 temas.

La sensación global de la noche es que para nosotros fue redonda, tanto musicalmente como por el ambiente, sin gente que molestase hablando a gritos ni grabando todo el concierto. Todo el público que acudió se entregó completamente, al igual que el grupo, y de esa sinergia resultó uno de los mejores conciertos que hemos tenido ocasión de disfrutar en Madchester Club en esta temporada. Esperemos que no tengamos que esperar otros 7 años para volver a tenerles por aquí.

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