Hace ya tiempo que descubrí que no te puedes fiar del algoritmo y que, seguir a un grupo o perfil cultural, no es un seguro para mantenerte fielmente informado de las citas culturales que te interesan, por ello, dedico siempre un rato una vez a la semana para hacer búsquedas por internet sobre conciertos y teatros. En uno de esos ratos, me encontré con que Carmen Boza regresaba a Almería capital, rápidamente compartí la información y pregunté cuántas entradas teníamos que comprar.
La última vez que vimos a Carmen en sala en Almería fue allá por 2019 en el desaparecido Madchester Club, aunque su visita más reciente fue en noviembre de 2020 como protagonista de uno de los Secret Show de Cooltural Live. En esta ocasión, Carmen Boza no venía a presentar un disco nuevo, sino con una propuesta diferente que ha venido a bautizar como «la gira LAB». En esta gira, aunque toca algunos temas de los que ya conocemos, pero con una nueva vuelta de tuerca, lo que en realidad hace es compartir temas que están «en construcción», y que, como la misma Carmen dijo en la presentación, «son cosas que normalmente están ocultas a ustedes, a sus oídos, y que no sé si llegarán a término después de esta gira».
Pero vayamos en orden, para nosotros era la primera vez en la sala de la Escuela Municipal de Música y Artes de Almería (EMMA) y quedamos gratamente sorprendidos por la buena acústica, no tanto así por la comodidad de los asientos (si mides 190 cm tienes 3 opciones: postura sirenita, manspreading o hincar las rodillas en el respaldo de delante; yo opté por esta última).

Cuando Carmen Boza salió al escenario, después de dar las buenas noches, comentó que era la primera vez que tocaba en una escuela de música, y que le hacía especial ilusión. También dio las gracias a todos los presentes por acudir a la llamada de «artistas pequeños» como ella, y que gracias a eso puedan seguir tocando en directo. Con el deseo de «que les emocione y les haga sentir que están en otro sitio», se lanzó a tocar.
Tengo que confesar que tomé nota de los títulos de las canciones nuevas y sus temáticas, pero finalmente he decidido que no voy a compartir dicha información para no «hacer spoiler» y que, si alguien lee esto antes de ir a algún concierto de la gira LAB, pueda disfrutarlo con plenitud, sin saber de antemano a lo que va, como hizo quien escribe estas líneas. Lo que sí puedo hacer es compartir mis impresiones y algunas anécdotas que hubo durante el concierto. En lo que respecta a mis impresiones, creo que se pueden resumir en que «de artista pequeña, nada». Lo que hizo Carmen, ella sóla en el escenario, con guitarra, teclado, pedales y varios elementos electrónicos (PC, caja de ritmos, etc.) demostró que su evolución como música fluye como un caudoloso río, recorriendo nuevos rincones que no se encontraban presentes en aquel primer EP Lapislázuli. Si se convertirán en su cauce principal, afluentes o morirán en una laguna, sólo el tiempo lo dirá.
Pero no sólo evoluciona Carmen Boza, la artista; el paso del tiempo y las experiencias vividas hacen que también evolucione la persona, lo que se refleja en las letras de la canciones y las temáticas que abarcan. El paso del tiempo, las cuestiones sobre nuestra vida que todos nos podemos plantear en algunos momentos,… son temáticas que aborda Boza en estos nuevos temas (mierda, esto no lo quería contar… bueno, es sólo un minispoiler).
Entre las anécdotas de la noche, una fue especialmente divertida; durante una de las presentaciones de los temas nuevos, Carmen dijo que le surgen dudas que le hacen preguntarse «¿Quién soy? ¿Qué me gusta?¿Cuáles son mis miedos? ¿A ustedes les pasa lo mismo?», a lo que un chico respondió alto y claro «A mí sí». Carmen, sorprendida y con una ronrisa cómplice, contestó «Era una pregunta retórica, tampoco voy a pedir aquí a nadie que se abra las carnes si no quiere, que aquí la que se expone soy yo». Para continuar diciendo que «Las canciones a veces me ayudan a responder estás preguntas, y otras, si bien no las responden, me ayudan a sobrellevarlas».
El anuncio de la despedida, tras 10 temas, vino de la mano de «Gran Hermano» y la recomendación de la novela de George Orwell que la inspiró, «1984». También aprovechó para dar las gracias a todos los que habían hecho posible el concierto: técnicos de luces, sonido, etc. Y volvió a dar las gracias al público por «haber elegido estar aquí en vez de en cualquier otro lugar y apoyarme con su tiempo, su atención y su dinero».

Obviamente, hubo un bis, para terminar así un setlist de 12 temas de un concierto que pudimos disfrutar sin prisa, con una Carmen Boza que presentaba sus canciones y explicaba motivos y anécdotas de las mismas, ante un público respetuoso que atendía en silencio a todo lo que sucedía sobre el escenario. De verdad, ojalá el público de los conciertos fuera siempre así. Ahora sólo queda esperar a que Carmen vuelva por Almería, con nuevo trabajo, o una nueva entrega de la gira LAB, da igual; salvo causa de fuerza mayor, allí estaremos, porque propuestas como la suya son las que nos hacen estar enamorados de la música.
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