Uno de los motivos por los que nació este blog fue porque, después de acudir a conciertos, leíamos cosas que nos hacían enfadar sobremanera, citando canciones que no habían sonado en el repertorio, castigando a formaciones por un mal sonido, diciendo que el público estaba totalmente desencantado,… montones de cosas que no se ajustaban a la realidad que habíamos vivido nosotros y que no entendíamos cómo se habían descrito así.
Partiendo del hecho objetivo de que nosotros no somos periodistas, intentamos, primero, reflejar la realidad de la forma más fiel posible, y lo segundo, hacerlo escribiéndolo de la mejor forma posible que seamos capaces. Obviamente, no todo siempre es perfecto, y aunque -sobre todo quien escribe estas líneas- tenemos un amplio y variado gusto musical, no todo nos gusta. Cuando eso ocurre, tratamos de señalar o poner en valor lo positivo, y criticamos lo negativo, siempre desde el respeto. Esta forma de actuar, a veces nos ha traído alguna polémica, por no tener la misma vara de medir para todo el mundo, por ejemplo, por no valorar igual, ante una misma dificultad técnica, la actitud pasiva de una persona con 20 años de trayectoria, que la actitud luchadora de otra persona con apenas unos años sobre las tablas.
Desde que se publicó el nuevo disco de Viva Suecia, El amor de la clase que sea (Universal, 2022), he leído en redes muchos comentarios, tanto positivos como negativos. Partiendo del hecho de que, como decía Clint Eastwood en Harry el Sucio (1971), «Las opiniones son como el agujero del culo, todos tenemos una y pensamos que el de los demás apesta», no tenemos problema en que algo guste, no guste, parezca bueno o malo, porque, como ocurre en todos los ámbitos artísticos, no hay ecuaciones matemáticas ni fórmulas mágicas para que algo te guste. A veces, con los mismos ingredientes, o incluso con peores, algo te toca la fibra, te pone la piel de gallina, y otras veces, no sólo no se consigue eso, sino todo lo contrario, te puede hasta provocar aversión.
El problema viene cuando, en realidad, de soslayo, se intuye que lo que se critica no es el trabajo musical en sí, sino el éxito que proporciona el mismo. Como esa gente que, cuando un grupo del que son seguidores y está circunscrito a un entorno cercano, casi local, reniegan de ellos por el simple hecho de que hayan dado el paso a ser más conocidos (sin haber sacado nuevo material aún). He llegado a leer críticas a Viva Suecia por no invitar a la fiesta de presentación del disco a blogs pequeños que les apoyaron en sus comienzos. Y ya eso me ha parecido incomprensible.
No sé las motivaciones del resto de blogs, pero aquí normalmente se hacen las crónicas y reseñas desde la libertad, porque te nace o te apetece, no por esperar una contraprestación futura; de hecho, no tenemos publicidad ni monetizamos el contenido, porque no es nuestro trabajo, no es una revista ni un portal, es un blog. Aquí lo hacemos así porque es nuestra filosofía, nos comportamos como en nuestra vida real; cuando hacemos algo por alguien, no lo hacemos pensando un «me debes una». En este blog, de hecho, asistimos a uno de los primeros conciertos de Viva Suecia y les hemos seguido de cerca, disfrutando de su directo cada vez que hemos podido, y, desde luego, que no hemos tenido ese sentimiento de enfado ni la sensación de que nos deban algo.
Quien escribe estas líneas, el único enfado que ha tenido con Viva Suecia, ha sido desde el punto de vista de consumidor de formato físico, el mismo que he tenido con otras formaciones, por hacer re-ediciones con pocos temas extra, un año después, o incluso menos, desde el lanzamiento del álbum original. Al menos, Viva Suecia, sacó un EP con esas canciones extra, otros ni eso.
Pero desde luego, musicalmente, no me siento para nada decepcionado, ni con sus letras ni con su sonido. Que ahora suena más limpio, pues mejor, a mí, personalmente, me gusta más. Respecto a las críticas de las colaboraciones, me parecen surrealistas. De los 3 artistas en cuestión, me declaro fan incondicional de Luz (y no entiendo que a alguien no le pueda gustar en alguna de sus múltiples facetas), pero Leiva no me motiva especialmente y a Dani Fernández no le conocía. Sin embargo, me parece que las 3 colaboraciones funcionan bien; de hecho, el tema con Leiva me lo puse en bucle cuando salió y puedo cantarlo a pleno pulmón y llorarlo a la vez. De igual manera que la colaboración de Leiva con Depedro, me parece que encaja, que aporta, que cuadra en la canción, y que no sea uno de mis artistas de cabecera no es óbice para disfrutarlo en esos temas como si fuera parte del grupo que estoy escuchando.
Bueno, me estoy enrollando más de lo que quería, y dudo que nadie haya llegado hasta el final, pero si alguien lo ha hecho, todo esto se resume en: disfrutad lo que podáis, centraros en lo bueno y, haced el amor y el bien, porque lo sintaís, no porque esperéis recompensas, veréis que seréis más felices, y ésa es la verdadera recompensa, que la vida son dos días y hay que aprovecharlos.