Marlango: Calidez y clase sobre las tablas del Teatro Lara (Madrid, 25.10.2012)

Casi nos lo perdemos. Y nos habríamos arrepentido seguro. La noche del 25 de octubre en la capital venía cargada de tanta música, tan variada y tan apetecible toda, que la indecisión casi nos deja en casa. Afortunadamente llegaron los chicos de Coca Cola Light a salvar el día y terminamos viendo a una banda por la que más de un erizo siente cierta debilidad. En lo personal, además, quien escribe se pudo sacar una espinita que llevaba clavada ya un par de años, desde la última vez que los chicos de Marlango se citaron con un teatro de la capital, un miércoles de septiembre de 2010, en el que  –con la entrada comprada con bastante antelación- una inoportuna gripe me dejó en casa.

Vaya por delante una recomendación: si alguna vez una banda que os gusta toca en el Teatro Lara, no os lo perdáis. El sitio es muy chulo; acogedor, recogido y –a juzgar por lo de visto el pasado jueves- tiene una acústica francamente buena.

Sobre un escenario tenuemente iluminado y presidido por una pancarta con el nombre de la banda -que más tarde contarían que les pintó un amigo y que por los problemas que conlleva transportarla no han podido utilizar nada más que en los dos conciertos que han dado en la capital- Óscar Ybarra, Alejandro Pelayo y Toni Brunet aparecían poco después de las diez y media y tomaban posiciones sobre las tablas. Escasos segundos después hacia lo propio Leonor Watling y abrían la velada con “You won’t have me”, incluida en su anterior largo Life in the treehouse. Un arranque que suponía toda una declaración de intenciones para una velada en la que el protagonismo se lo iban a llevar el piano y la voz, muy bien acompañados de una trompeta y una guitarra que iban a poner ritmo y arreglos elegantes, pero  sin más envoltorio del estrictamente necesario. Canciones reducidas a los elementos fundamentales, acompañadas por luces suaves y una aforo reducido, y en algunos casos con un tempo más pausado del habitual, dejando claro que cuando algo funciona no hace falta adornarlo demasiado.

A la mezcla sólo le faltaba un último elemento para conseguir que la cosa no resultase demasiado sería y garantizar un espectáculo cercano. Y de eso se iba a encargar el tándem Pelayo-Watling con presentaciones, anécdotas y algún divertido pique.

Aunque el principal protagonista del repertorio era su último disco, Un día extraordinario, en la hora y media que estuvieron sobre el escenario hicieron un recorrido por los cinco álbumes de estudio de la banda, con paradas esporádicas en versiones que han hecho ya tan suyas y han sabido llevar tan bien a su terreno, que encajan a la perfección entre los temas propios del repertorio. Así, de la inicial “You won’t have me” me pasaron a “Bocas prestadas” y a “Un día sin ti”. Alejandro ponía la base con el piano, Toni marcaba el ritmo con la guitarra y Óscar le daba al tema los adornos justos, mientras Leonor tan pronto era suave susurro como pura energía.

Resultó sencillo meterse de lleno en un concierto que fue ágil, pero en el que los músicos no escatimaron a la hora de interactuar con el público. A veces era el propio Alejandro el que frenaba la reacción del respetable –“Que si no podemos estar aquí hasta las 3 de la mañana”-.

 

Pronto empezaron a echar la vista atrás. Bien atrás. Y llegaron un par de temas de su debut, aquel Marlango que vio la luz en el año 2004. Sonaron así de primeras “Madness” y una “Maybe” en la que Leonor se movía entre la dulzura y la insinuación. Tras pasar por “The electrical morning” y dejarlo plasmado con “Hold me tight” y “Shiny fish”, llegó –tempranera- la primera versión de la noche, “El sitio de mi recreo”, un tema que grabaron  hace un par de años  para un homenaje a Antonio Vega y que desde entonces no es extraño oírsela tocar en directo; uno de los momentos, además, en el que más presente estuvo la voz de Toni.

Siguieron cayendo las canciones y entre medias más de un momento divertido. Difícil nos resultó a la mayoría disfrutar de “Pequeño Vals” sin que la imagen de Bob Esponja se confundiese con un Alejandro Pelayo que contaba, justo antes de empezar el tema, que se habían dado cuenta del sorprendente parecido de la música de los créditos del amarillo dibujo con el tema que grabaron para Automatic Imperfection. Dudaban de sí eso les hacía ricos o les llevaba al borde de la ilegalidad. Superadas las risas, el público les ayudo a poner silbido a su vals.

No iba a ser la única vez que las pequeñas charlas de Alejandro y Leonor llevasen al personal a ver algunas canciones de otra forma. Un rato después, cuando le llegó el turno a “Vete”, descubrimos que el trío es el nexo de unión, la bisagra, que nos lleva de Los Amaya a Rufus Wainwright. “Quería ser una mujer objeto,” decía Leonor, “no sabía cuál. Ahora sí sé cual: una bisagra”. Bisagra o lo que sea, oír la fantástica versión de “Vete” que el trío ya incluyó en la edición especial de “Automatic Imperfection” fue una auténtica delicia y uno de los mejores ejemplos que se nos ocurren de cómo llevar con maestría una canción a otro terreno hasta hacerla casi irreconocible.

El tema que compartieron en su día con Rufus, por cierto, se iba a colar poco después entre un puñado de temas de “Un día extraordinario”, encabezado por «Gira» y que iba a terminar con “Todo es tan importante”, dando paso a la tercera versión. Dudas sobre el nombre de la autora y la explicación de que la canción habla de alguien que tiene uno patines nuevos y otro alguien que tiene una llave nueva y se proponen juntarlo. “Sí, se lo que estáis pensando; yo pensé lo mismo que vosotros. Pero no, parece que la canción habla sólo de eso: de unos patines y una llave”. Con todo y con eso, resultó difícil no reírse cada vez que Leonor cantaba “I got a brand new pair of rollerskates; you got a brand new key”. Ella, que lo sabía, se encargó de dar mucho juego y terminó siendo de las canciones más divertidas de la noche.

 

Nos acercábamos ya a la veintena de canciones y Alejandro estaba a punto de anunciar la despedida. La elegida para el paripé de “nos vamos” fue “Lo que sueñas vuela”, segundo single de “Un día extraordinario” y cuyo videoclip –concebido como tráiler de una película que, en realidad, no existe- fue estrenado hace un par de semanas en el Festival de San Sebastián. No tardaron mucho en volver, aunque en un primer momento, igual que sucediese al principio, sólo aparecieron los tres chicos. Mientras Alejandro hacía fotos del público – “es una costumbre que hemos cogido en esta gira”- se podía oír de fondo a Toni y Óscar improvisando una versión de “Mr. Sandman”.

Cuando por fin reapareció también Leonor, siguieron tirando de préstamo, aunque una vez más se trataba de una versión habitual. El guiño era en esta ocasión para Radio Futura y su “Semilla negra”, el último ya en una noche a la que apenas le quedaban un par de cartuchos. Para el final se habían reservado dos de las canciones que aparentemente más juego le dan a Leonor. Gesticula, susurra, grita, zapatea… Son “It’s all right” y “Shake the moon”, dos temas que funcionan a las mil maravillas en directo y a los que ellos, además, se encargan de ir dándoles pequeñas vueltas que hacen que nunca parezcan la misma canción.

Ahí sí que ya había llegado el final, pero no queremos acabar la crónica sin un par de reflexiones finales. La primera, en forma de necesario reconocimiento. Porque aunque los miembros de Marlango son tres, merece mención especial el cuarto músico de la partida. Descubrimos a Toni Brunet hace unos años cuando acompañaba a Los Peces en sus directos; vimos de verdad su clase, la personalidad de sus guitarras y lo mucho que podía aportar a las canciones cuando los zaragozanos redujeron la banda y empezaron a tocar en formato trío, voz, teclado y guitarra.  A veces usa las seis cuerdas para marcar el ritmo; otras es un rasgueo de acompañamiento; muchas son sencillos arreglos o riffs que ayudan a vestir las canciones. Y siempre destila mucha clase. Es un grande, sin duda, y el complemento perfecto para esta propuesta más intimista y minimalista de Marlango.

La segunda reflexión es en forma de pequeño pero. Decía Leonor –que estuvo enorme, a pesar de algún problemilla de salud que había intentado poner en jaque el concierto- que es curioso como con el paso del tiempo uno se va olvidando de algunas canciones. Y quizá justo ahí podría estar la única pega; porque el pasado musical de Marlango da mucho más de sí, pero, igual que les sucede a muchas otras bandas, parece que cuando se detienen en discos anteriores las que acaban saliendo a escena son casi siempre las mismas canciones. Nosotros por nuestra parte, que le tenemos especial cariño a Automatic Imperfection, disfrutaríamos mucho si se animasen a recuperar temas como el que daba nombre al disco, Beautiful Mess o Twisted and sick.

En cualquier caso, tenemos la teoría de que la mejor forma de valorar un concierto es a través de la expresión con la que te levantas del asiento. Y nosotros lo hicimos con una enorme sonrisa. Poco más se puede decir.

Nota: tenemos la firme creencia de que los chicos de Marlango llevan setlist porque queda bonito pegado en el suelo. Decía Alejandro Pelayo que se proponen seguirlo, pero que no suelen tener demasiado éxito. No fuimos conscientes de exactamente cómo de poco hasta que después lo miramos con calma. En la foto, lo que habían previsto. Debajo, lo que en realidad fue.

Marlango – Teatro Lara (Madrid, 25.10.2012)

  1. You won’t have me
  2. Bocas prestadas
  3. Un día sin ti
  4. Madness
  5. Maybe
  6. Shiny fish
  7. Hold me tight
  8. El sitio de mi recreo
  9. Gira
  10. Pequeño Vals
  11. Exquisita
  12. Vete
  13. Dame la razón
  14. The answer
  15. Si yo fuera otra
  16. Todo es tan importante
  17. Brand new key
  18. Dance, dance
  19. Lo que sueñas vuela
  20. Semilla Negra
  21. It’s alright
  22. Shake the moon
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