Por segunda noche consecutiva nos citamos con la Joy, en una jornada tan calurosa o más incluso que la anterior. El guión, eso sí, era algo diferente. Esta vez la ocasión prometía rock, el de cuatro músicos que, con un Luis Alberto Segura al frente en aparente estado de gracia, han demostrado en los últimos años –con creces- que son carne de directo. No es que en estudio suenen mal, que va; es que en directo se hacen aún más grandes. Y en Joy tuvieron una de sus mejores noches. Ahí es nada.

Desde que hace unos años se publicase “Heavenly hell” y el mallorquín y su banda se convirtiesen en omnipresentes en festivales de fuera y dentro de nuestras fronteras, su relación con el público no ha hecho sino fortalecerse. Ellos lo dan todo sobre las tablas y el respetable sabe agradecérselo. El viernes en Joy, de entrada agotaron absolutamente todo el papel; ni un hueco libre quedaba en la madrileña sala. Pero antes de que los de las islas ocupasen el escenario, el que supo ganarse el favor del público –en un recinto que iba poco a poco llenándose- fue David T. Ginzo.

El de Tuya fue el encargado de ir calentando motores, acompañado exclusivamente de su guitarra acústica y repasando un buen puñado de canciones de la formación –“me acabo de dar cuenta de que voy en orden cronológico”-. Le puso una buena dosis de revoluciones a temas como “Cake” –incluido en el primer largo de la banda, Waterspot-, nos regaló un tema nuevo, “Sterling and Cooper” – “lo he compuesto esta tarde”, decía, mientras colocaba la letra en un atril- y cerró en bable, con una preciosa “Avientu”.

Sin apenas espacio para movernos estábamos ya cuando algo después llegaron los protagonistas de la velada. Pasaban algunos minutos de las nueve y media y Luis Alberto, Pep, Dimas y Ángel hacían su aparición en escena comenzando por el principio,  igual que su último disco, con “Dualize”. Desde el primer momento se les notó muy metidos, con muchas ganas. Al público también. Difícil saber quién provocaba a quien, pero lo cierto es que unos y otros, sobre las tablas y fuera, se iban creciendo por minutos. Un setlist muy bien elegido en el que se alternaban temas de Heavenly hell, Slntflm y Dualize ayudaba a llevarnos a todos en volandas.

“Perfect combination, “Over and over” y “Older”, que sonaron seguidas, fueron lo mejor del arranque. Tan enérgica empezó la cosa que, terminado el octavo tema de la noche, Luis Alberto propuso relajar la cosa un poco. “Tenemos disco nuevo: Dualize. Hemos hecho que os enterarais dando mucho por culo,” y para bajar un poco de revoluciones nos ofrecía “Oh, why?” antes de mirar al techo y preguntar si había en la sala “Mirrorball”.

Tras un par de temas más de “Dualize” iba a llegar uno de los momentos más grandes de la noche. “Hands” abrió camino pero lo que desató definitivamente la locura en Joy fue la canción que marcó la primera despedida. En una noche en la que, como siempre, la banda mallorquina hizo gala de un sonido espectacular, “Microphones & Medicines” marcó un pico. Locura en la pista, derroche de energía en el escenario. Comunión absoluta.

La primera despedida en falso la rompió Luis Alberto solo. Sonó “Elizabeth” en formato acústico y de la misma forma empezó “Stop the clocks”, que enseguida reunió a toda la banda de nuevo. Se quedó de nuevo el escenario vacío, pero por poco. “Os dije que la noche iba a ser larga”. Quedaban tres más, lo mejor sin duda el apoteósico final con “Outsider”. Hora y media para recordarnos a todos, una vez más, que L.A. ha llegado para quedarse. Y todos nosotros, claro, encantados. Noches como la del 10 de mayo nunca sobran.

 L.A. (Madrid, Joy Eslava – 10.05.2013)

1. Dualize
2. Under radar
3. Perfect combination
4. Close to you
5. Over and over
6. Older
7. Hanging on a wire
8. Crystal clear
9. Oh, why?
10. Mirrorball
11. In the meadow
12. Rebel
13. Hands
14. Microphones & medicines
15. Elizabeth
16. Stop the clocks
17. Leading role
18. So dramatic
19. Outsider