Siguiendo su línea de ofrecer una agenda de conciertos de primera línea y a un precio más que asequible, los amigos de Madchester Club nos prepararon una gran cita festivalera como fin de Feria (y de verano, porque aquí pasar la Feria y terminar el verano es todo uno). El menú de la noche -más que apetecible- corría a cargo de Monogay, Napoleón Sólo, Varry Brava y Second DJs.
Es habitual ver a Monogay en las tablas del MAD Club, y hay quien podría pensar que incluso demasiado, pero nada más lejos de la realidad; siempre que los hemos visto han estrenado algún tema o versión nueva y además su directo nos ha hecho disfrutar y bailar de principio a fin. La banda almeriense estaba de enhorabuena porque acababa de confirmar su presencia en la edición de este año del festival Monkey Week junto a grupos como The Poises o Guadalupe Plata. Desde El Erizo Albino esperamos que se siga expandiendo su sonido procedente del planeta Monogaxxx por todo el territorio español.
Después de los locales y rondando la medianoche, subieron al escenario unos chicos arjonilleros afincados en Granada, los integrantes de Napoleón Sólo. Con algo más de público, la banda ofreció un gran concierto, basado en sus solventes canciones y un sonido contundente. Alonso -guitarra y voz- se mostró mucho más resuelto con el público que en otras ocasiones y contó bastantes anécdotas para introducir los temas. Recordó, por ejemplo, que la Sala Madchester fue el primer lugar en el que presentaron su segundo y más reciente largo, Chica disco. También hubo dedicatoria especial para las chicas de la sala, en concreto para las que tuvieran por nombre Mar, ya que era el día de su santo, y les dedicaron “Ramira”. Si las canciones de Chica disco como “Antes de que ocurriera” o “Sospecho” fueron bien recibidas, las de su primer largo causaron furor, temas como “Perdiendo el tiempo”, “Hola, qué tal” o “Tiene que acabar” hicieron al público saltar, bailar y cantar a pleno pulmón. La apoteosis, como suele ocurrir, sobrevino cuando “Lolaila Carmona” hizo su aparición. Ofreciendo conciertos como éste auguramos una trayectoria meteórica a las primeras líneas de esto que llaman el “indie” patrio.
Tras la subida de pulsaciones y temperatura corporal, el calentamiento y la primera fase de entrenamiento estaban hechos; estábamos listos para el sprint final y que mejor que con Varry Brava. Los de Orihuela venían por primera vez a la capital almeriense y lo hacían dispuestos a grabar su nombre a fuego en el escenario del MAD Club. El directo Varry Brava es ante todo un no parar de bailar; sus canciones vitales y desenfadaas te obligan a saltar y corear tema a tema. Con Varry Brava muchos amigos nos decían “fiesta asegurada” y podemos dar fe de ello. La entrega de los chicos fue total y nos hicieron disfrutar tanto con sus propios temas (“No te conozco”, “Despeinados”,… ) como con grandes versiones (“La fiesta de los maniquíes”,…). Mención especial el extenuante final compuesto por “Radiactivo” y “No gires”, dos de sus temas más conocidos y pegadizos que supusieron un broche de oro a las actuaciones en directo de esta primera -esperamos que de muchas- edición del Festiferia en Madchester Club.
Estábamos agotados pero la noche seguía y nos resistíamos a irnos, sobre todo porque Javi Vox (Second DJs) se estaba marcando una pinchada que no nos había dado tregua desde que los chicos de Varry Brava abandonaran el escenario. Sin embargo, casi una hora después, el cansancio (el de los tres días previos y el propio de esa noche) se sobrepuso a nuestras ganas de fiesta, así que abandonamos la sala Madchester Club prácticamente arrastrándonos pero contentos por haber vivido la gran noche de fiesta que fue el primer Festiferia.