Normalmente cuando se nos acumulan muchos conciertos y tenemos poco tiempo, acabamos por abandonar la idea de hacer nuestra crónica, sobre todo si ha pasado ya un tiempo considerable. Sin embargo, hay casos en los que nos resistimos a no escribir, máxime cuando se trata de la primera vez que vemos al grupo en cuestión. Bien, todo este rollo es para deciros que no podíamos dejar sin escribir la crónica del paso de León Benavente por Madchester Club.

 Desde la primera escucha de su álbum debut me gustó lo que oí. Después los escuché en Rockola FM, en una entrevista con actuación en acústico con Joaquin Guzmán, algo que aumentó más si cabe las ganas que tenía de verles en vivo. Pero hasta que vinieron a Madchester Club no había tenido esa oportunidad. Para mí la prueba de fuego para que un grupo termine de engancharme es el directo; a veces hay grupos que van arrasando por las salas, pero su “fama” está sobredimensionada respecto a su calidad -al menos en mi opinión-. Sin embargo en el caso de León Benavente, todo lo que digamos se queda corto para describir cómo disfrutamos con su directo.

 A la sala almeriense le faltó poco para alcanzar su aforo completo, algo que nos hizo ilusión, ya que a veces el panorama es desolador. Cuando los cuatro músicos salieron a escena, el Madchester Club casi se viene abajo con la calurosa bienvenida. Abrieron su actuación con una intro instrumental enlazada con «Las ruinas», sonando de lujo y metiéndose al público en el bolsillo desde el primer segundo. La gente se entregaba a bailar y disfrutar con los hipnóticos ritmos de la banda mientras ésta repasaban los temas de su homónimo álbum de debut -del que han vendido todas las copias- y presentaban los temas de su EP Todos contra todos.

 Los temas se iban sucediendo sin apenas dar tregua entre uno y otro, haciendo así que la intensidad de la noche fuese subiendo sin medida. Así fueron sonando «Estado provisional», «Revolución» o . Las pocas palabras que la banda dirigió a los asistentes fueron para agradecer la gran acogida, que al parecer les sorprendió al tratarse de la primera vez que venían a tocar a la ciudad -.

 Estando como estábamos inmersos en sus ritmos y cantando sus letras, cuando anunciaron su despedida con «Ánimo valiente» no nos lo podíamos creer. Claro que si lo pensamos bien, la banda sólo cuenta con un largo y un EP; tampoco tienen discografía como para montar un concierto de dos horas. Sin embargo, volvieron a salir al escenario para interpretar tres temas más. El tema elegido para acabar por todo lo alto el concierto fue «Ser Brigada». Si bien, todos los temas eran bailados y coreados, hay que destacar la ovación en el momento de «…llegaron al desierto de Almería…» en este último tema.

 El balance de la noche fue totalmente positivo. Pudimos comprobar el buen hacer sobre las tablas de estos cuatro grandes músicos. Además, confirmamos la buena sensación que nos había dado al escucharles por primera vez. Como guinda de la noche, una amiga que venía al concierto un tanto escéptica -por no decir con una mala opinión del grupo- salió de la sala almeriense convertida en seguidora total de la banda, y es que no hay nada como un directo brutal para que se obre el milagro de la conversión.

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