Último sábado de primavera en Madrid. 21 de Junio, Día de la Música. Y toca seguir celebrando con la familia Subterfuge estos veinticinco años de historia musical.
El día está soleadísimo y tras acumular un número razonable de horas de sueño, volvemos a poner rumbo al Matadero. Los Pantones son nuestro primer objetivo y llegamos justo a tiempo de oírles guitarrear sobre las tablas. Suenan frescos, enérgicos, desenfadados, mientras nos van lanzando algunos de los temas de su primer largo; canciones como “Minifalda”, “Ya no puedo esperar” y “¿Quién quiere primavera?”, y una sorprendente aproximación punk a “The Sign”, de Ace of Base. Muy buenas sensaciones las que genera el trío. Imposible, por cierto, no reparar en las baquetas rosas de su batería.
Si la jornada del viernes ya sonó bien, el sábado va a ir un poco más allá. Lo notamos con los Pantones y lo confirmamos según se van sucediendo las bandas sobre el escenario. El sonido es hoy mejor aún y esa es la primera gran noticia de la tarde. Ellos, los leoneses que están a punto de unirse a la fiesta, la segunda. Aunque a estas alturas, poca sorpresa es ya. Nos cautivaron en el Sol hace poco más de un año y cada vez que disfrutamos de su directo lo tenemos más claro. A Madrid, The Bright llega con toda la artillería; banda completa y ganas de aprovechar sus minutos sobre las tablas. Traen canciones conocidas, como “Private Garden” y “Ela”, que abren, pero también un par de pinceladas de lo que está por venir. Primero, con “Piedras”, y, después, para cerrar su participación en el Día de la Música 2014 y tras una gran versión de Hexágonos, con “Fuego Abierto”. Y nosotros, de nuevo, con ganas de más. Pero habrá que esperar al Sonorama.
Con la misma agilidad que ya marcó la tarde del viernes, en escasos diez minutos está listo el siguiente invitado. Lleva –nos cuentan al presentarle- más de 50 conciertos en el último año y al Matadero llega para presentar en formato trío los mejores temas de Bravo Fisher!, una propuesta muy bailable, que sirve para ir entonando al personal. Poco a poco parece que todos nos olvidamos del solazo y el calor y vamos sucumbiendo a canciones como “Corriendo a ciegas», «Miradas» o «39», mientras Guillermo va alternando la guitarra y el teclado. Al final, para despedirse, se saca de la manga una invitada y en escena aparece Vega, armada con su guitarra acústica. Juntos le brindan al público del Matadero una “Tras el cristal” que suena muy muy bien. La tarde va sobre ruedas y aún no hemos llegado a los platos fuertes.
El día nos va a seguir deparando sorpresas y, como dirá en breve Nawja, también primicias. Porque el tándem que Nimri forma con Carlos Jean está a punto de regalarle al público madrileño algo que ningún escenario ha visto hasta ahora. Camino de dos décadas después de su publicación, el álbum “No blood” va a ser el gran protagonista de la actuación de NawjaJean. «Hace 20 años hicimos este disco y nunca lo hemos tocado en directo,» nos dice Nawja, que ha irrumpido en escena completamente de negro, protegida por una cazadora y una gorro, y corriendo -con una pose muy Rocky- al ritmo de unos acordes muy reconocibles. Suena “Dead for you”, la canción que desde hace años sirve de cabecera a Versión Española y que hoy para lo que sirve es para meterse al público en el bolsillo desde el primer momento. Sonidos hipnóticos en canciones como “Mind your head”, “No blood”, “Human monkeys” o una “Crime” que, a piano y voz, hace las delicias de más de uno.
Para no repetir alguno de nuestros errores del viernes, tras NawjaJean nos damos un respiro y aprovechamos para cenar antes de las grandes avalanchas en los puestos de comida. Un acierto desde el punto de vista logístico, que tiene como punto negativo que hace que sólo intuyamos a Dr Explosión en la distancia.
Con las pilas y los estómagos cargados, volvemos a reengancharnos a la fiesta con una de las actuaciones más vistosas y divertidas de este DDM 2014. Barbas, lentejuelas y cañones de confeti para acompañar a unas canciones desenfadadas, de pop sencillo; los ingredientes perfectos para que el personal congregado frente a ellos se divierta. Y así los chicos de L-Kan nos cantan cosas como “Todo por placer” o “Aburrida de estar salida”, pero se guardan para el final lo mejor, un “Yo ya no” que se convierte en una sucesión de cosas que hacían en su época en Subterfuge –“Yo ya no… hago tonterías en el despacho de Carlos”-. Lo pasamos bien. Y al fin y al cabo, de eso se trata, ¿no?
Son casi las nueve y media de la noche y en el ambiente se nota que está a punto de saltar a escena uno de los auténticos platos fuertes, con uno de los hits por excelencia de la historia del sello madrileño. Cuando aparece, la reacción refleja esa expectación y en las primeras filas vemos a muchos cantando entregados a las melodías pop y esas letras centradas en el amor que fueron la base del éxito de Los Fresones Rebeldes en los 90. “Medio drogados”, “Bola de cristal”, “Déjame en paz”, “La inocente”… suenan bastantes mientras el ambiente se caldea y se acerca uno de esos momentos que estaban en todas las quinielas de los más esperados. Con “¿Por qué me tengo yo que enamorar?” siguen subiendo las revoluciones y se empiezan a oír fuertes los coros del público. Y entonces llega, y suena “Al amanecer”, y nos atreveríamos a decir que –en un ranking del festival- está entre las 3 canciones que provocan las mejores reacciones. Sorprendentemente, no es la elegida por Los Fresones Rebeldes para despedirse, ya que justo después dejan como punto y final su guiño a The Undertones. “Por si alguien lo duda, venimos de aquí,” dice Felipe justo antes de que empiece a sonar “Teenage kicks”.
El último respiro antes de la traca final nos lo va a dar Pauline en la playa. Mar y Alicia traen una propuesta más dulce, más pausada, que permite coger algo de aire. No convierten su actuación en un guiño continuo a Undershakers, y eligen canciones como “Un monstruo”, “Tormenta de Ranas”, “Nada como el hogar” o una de las mejor recibidas, “Titubeas”. Para el adiós, eso sí, desaparece el resto de la banda y las dos solas se acuerda de su anterior formación con “Sola”.
Aunque a la noche le quedan todavía unas cuantas balas, a nosotros la logística nos va a hacer tener que abandonar antes de tiempo y, llegados a este punto, sólo nos quedan dos grupos de los que disfrutar. El primero, el retorno de Javi Vielba y el Sr. Marrón que, después de su primera incursión con Corizonas, asaltan al respetable con las canciones de Arizona Baby. Y nosotros, que no nos cansamos ni de decirlo ni de comprobarlo, volvemos a alucinar con la presencia de Vielba sobre las tablas, con su barba, su pose, sus consejos… con ese aire de gran predicador escudado tras una guitarra acústica. Y caen cosas como “If I could” o una gran “Polea Jones”, pero si nos tenemos que quedar sólo con una, el honor se lo reservamos a una “Shiralee” que, como siempre, suena enorme.
Como las retiradas siempre saben mejor cuando uno se va en todo lo alto, nosotros vamos a poner nuestro punto y final particular al Día de la Música 2014 a lo grande. Porque grande es lo que sucede sobre las tablas con otra de las reuniones más esperadas, la de Australian Blonde, con el incombustible Fran Fernández, con un desatado Paco el Loco y con la masa congregada frente al escenario deseosa por verles rememorar la época dorada de Subterfuge. Y la cosa suena francamente bien. Y la respuesta del público está sin duda a la altura. Y entre “Sebastopol”, “Black” o “Cool dive”, se cuelan la que no podía faltar y en medio de ese “Chup chup” que fue todo un himno en los ’90, llega la apoteosis al Matadero y el recinto se llena de caras sonrientes. Y son tan buenos, que ni siquiera necesitan guardársela para el final. Porque después, ellos siguen a lo suyo y el público, con ellos.
Cuando por fin termina, sensaciones encontradas. Pena, porque para nosotros esto ya se acaba y han sido dos jornadas intensas que repetiríamos en dudar. Y es eso, la cantidad de grandes momentos que nos llevamos de recuerdo lo que hace que se imponga la alegría. De haberlo vivido, de haber estado para cantarle a Subterfuge el cumpleaños feliz, y de haber visto como ellos agradecían 25 años de fidelidad con un festival como dios manda y una organización de diez. Que alguien nos diga dónde hay que firmar para que no tengan que pasar otros 25 años más para la próxima.
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