Cuando se publicaron las fechas de la gira de presentación del nuevo trabajo de Supersubmarina y vimos que Almería no estaba incluida en ellas nos dio un poco de pena. Pero, poco tiempo después, el Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería anunció que los de Baeza vendrían a la capital durante las fiestas navideñas y nos dio mucha alegría.
Supersubmarina venía por tercera vez al Auditorio Maestro Padilla y esta vez lo hacía con nuevo álbum bajo el brazo: “Viento de cara” (Sony Music-Octubre, 2014), que aunque ha alcanzado una loable segunda posición en la lista de ventas, ha tenido una permanencia en la misma justo la mitad que su predecesor.
Con un auditorio casi lleno hasta la bandera, los baezanos salieron al escenario 15 minutos después de la hora programada entre vítores y aplausos. Abrieron fuego con su nuevo material, siendo “Samurai” la canción elegida, siguiendo prácticamente sin pausa con “De doce a doce y cuarto”. El comienzo fue algo accidentado, porque la guitarra de José “Chino” no sonaba, pero el personal tardó poco en salir al rescate. A pesar de tratarse de temas nuevos, consiguieron poner en pie al público, que ya permaneció así hasta el final. Tras saludar y desear una feliz Navidad a los asistentes, retomaron el concierto con la primera mirada atrás, sonando así “Tecnicolor”. Dos nuevas más y otra de Santacruz (Sony Music-Octubre, 2012), en este caso “Hogueras”. Iban ya seis temas de concierto y, a pesar de sonar mucho mejor que en otras ocasiones, parecía que faltaba energía en el ambiente; no sabría decir si por parte del público, de la banda o de ambos, pero la vez anterior en el mismo sitio la temperatura de la sala subió mucho más rápido.
Con “Inestable” el ambiente seguía tibio. José Chino volvió a dirigirse al público para preguntar por la calidad del sonido y para dejar constancia de la alegría que les daba que el último concierto del año fuese en Almería. Tras un tema mucho más melódico como “Extrema debilidad”, precioso pero que no ayudaba a levantar el ambiente, los de Baeza se lanzaron con “Kevin Mc Alister”, haciendo bailar y cantar a los presentes y mostrando la fuerza a la que estamos acostumbrados. Continuaron con “Hermética” y “Ola de calor”, que mantuvieron el nivel para disfrute del público. Y no es porque fueran temas antiguos, porque con “Arena y sal” y “Enemigo yo” la energía siguió siendo la misma y el público estaba totalmente entregado.
Parecía entonces que el concierto había sido pensado para ir de menos a más, pero “De las dudas infinitas”, “El encuentro” y “Niebla”, estas dos últimas además revisitadas con un ritmo más pausado, hicieron que volviese a bajar la intensidad del concierto. Se iba acercando el momento de la primera despedida y para esa primera recta final escogieron “Puta vida” y “Supersubmarina”, que volvieron a caldear algo el ambiente, con vuelta a la calma de la mano de “Extrema debilidad” seguida de una despedida y la respectiva salida del escenario.
Pocos minutos después y entre gritos de “Otra, otra”, Supersubmarina volvía a escena abriendo los bises con el tema que abre y da nombre al disco, “Viento de cara”. Después “Algo que sirva como luz” volvió a hacer bailar a todo el auditorio, y comenzando un ascenso en el ritmo que continuó con “En mis venas” y tuvo como colofón “Cientocero”.
El balance del concierto fue agridulce; una sensación rara. Ana Aldea la describió bien empleando una metáfora con otro grupo: “cuando dejas los cereales demasiado en el tazón de leche, siguen sabiendo bien, pero ya no están crujientes, la textura no es la misma”. Pues algo parecido. Por un lado, es la vez que mejor han sonado en el Auditorio Maestro Padilla, pero, por otro, la elección de temas y la revisión de algunos antiguos, hizo que resultase un concierto algo plano. Todos podemos tener un mal día, y entonces me surge la duda de si estarían cansados o será un giro de su estilo. Habrá que esperar a volver a verles para comprobar si siguen manteniendo la fuerza y la garra que nos hacía sudar la camiseta en sus conciertos o si por el contrario quedan ya lejos aquellos días.