No es fácil lograr una carrera de largo recorrido. En un entorno en el que la cultura a menudo no recibe el mimo que merece y con una industria que a veces plantea más escollos que soluciones, al final, sólo sobreviven unos pocos. Los más afortunados, los más inquietos, los más currantes. Y, a veces, ni eso. Poder echar la vista atrás y contar los años por décadas no está al alcance de todos. Hacerlo, además, pudiendo enorgullecerse del trabajo bien hecho y de un camino forjado con coherencia y paso firme es el privilegio de unos pocos. Y el mejor motivo de celebración.
Han pasado ya más de dos décadas desde que Niños Mutantes diese sus primeros pasos musicales, tiempo que le ha servido para grabar su nombre junto al de otras bandas ya míticas de la escena granadina. Dos décadas que Juan Alberto, Nani, Miguel y Andrés decidieron celebrar recordando, precisamente, los comienzos. Inmersos en la gira de presentación de su último disco de estudio El Futuro, en enero anunciaban un pequeño paréntesis: llegaba El Pasado. Tan sólo dos fechas, que acabaron convertidas en cuatro; llegada la primavera harían parada en dos de las salas que les vieron dar sus primeros pasos musicales: de su Granada, Planta Baja, y de la capital, una de las míticas, quizá a sus 35 años, incluso la sala por excelencia: El Sol.
Tardamos minutos en apuntarnos a una cita que se planteaba muy especial, con un repertorio centrado exclusivamente en los tres primeros discos de estudio de la banda: Mano, Parque, Paseo (Astro, 1998), Otoño en Agosto (Astro, 2000) y El Sol de Invierno (Astro, 2002). Y no fuimos los únicos.
Tres meses después y tras dos llenazos en Granada, por fin el viernes 24 de Abril llegaba El Pasado a Madrid y arrancaba cuando, a eso de las diez y media, los cuatro mutantes se subían a las tablas de El Sol a ritmo de “Vodka-7”. Sonido contundente, muy guitarrero, y la intuición de que el orden cronológico iba a marcar un repertorio de casi treinta temas. “Segesta”, también de Mano, Parque Paseo- y “El sonido de mi corazón” –incluida en el single Veneno-Polen- iban a ser las siguientes elegidas antes de que Juan Alberto se dirigiese por primera vez al público madrileño. “Gracias por estar aquí. Gracias por llevar 20 años acompañándonos, haciendo que estas canciones tengan vida. Probablemente la primera canción que hicimos y tuvo relevancia es la que viene ahora”. Sonaba entonces “Katherine” y era tan solo el ecuador de un primer bloque centrado en Mano, Parque, Paseo en el que entre “Globo” y “Serpiente” sonaba una de nuestras favoritas, “Isabelita”, y que terminaba, en palabras de Juan Alberto con “la canción más friki que tenemos; es una debilidad mía: se llama “Anillo””.
En la transición hacia Otoño en Agosto volvían a hacer parada en un single y contaban de “La ardilla roja” que fue la primera canción que hicieron en formato semiacústico y que surgió a partir de los diálogos de una película de Julio Medem que les flipaba. Ya metidos en el segundo largo, el repaso empezaba por “Todo puede ir mejor” y según iban sonando canciones como “Florecer”, “Nadie diferente”, “Esclavo” o “Elévame” la noche seguía marcada por la fuerza de las guitarras y contundentes estribillos. Igual que con el debut, no se conformaron sólo con los cortes oficiales y también hubo hueco para un par de caras B: “Perro II” y “Si me voy” –“Esta canción hasta la semana pasada no la habíamos tocado nunca”-.
Habíamos cruzado ya el ecuador de la noche y nos tocaba viajar hasta 2002 para recordar al tercer protagonista de la noche, “El sol de invierno”. Algo más pausados, optaban por empezar con “El corazón es un cazador solitario” e “Ítaca”, antes de por fin detenerse en una de esas a las que nosotros le teníamos muchas muchas ganas, “En la tierra”.
Casi una veintena de canciones y ni un amago de despedida. Aún sonarían cuatro temas más antes de que los cuatro mutantes amenazasen despedida con “La última vez”.
Empezaba a intuirse el final, pero muchos echaban en falta aún alguna canción de esas que no podían faltar. Cuando reaparecieron, Nani tomó la voz cantante; aprovechó para hablar de bandas como Soni Youth o Surfin Bichos y lo mucho que les han marcado y también para hablar de El Pasado. “Hemos currado mucho porque había canciones que hacía doce años que no tocábamos,” decía antes de señalar a Andrés. “Pero sobre todo este tipo ha currado mucho porque llegó en 2005 y ha tenido que aprenderse todas las canciones. Lo queremos como a un hermano”. Y tras pedir un aplauso abrieron los bises con uno de los mejores momentos de la noche. Si había dudas, se confirmó que “Manual de autoayuda” es una de las favoritas de muchos y cuando llegó aquello de “Y me das calor. Y me das la vida” a Juan Alberto no le quedó más remedio que pararse a escuchar y dejar que la gente les cantase la canción.
Con un “ésta estaba en una maqueta del año ‘95” presentaban una de esas que les ha seguido acompañando con el paso de los años, “Veneno-Polen”, y quemaban uno de los últimos cartuchos. Porque ya sólo quedaban dos para el final, una “No quiero bailar” que hizo que hasta los más reticentes fuesen incapaces de no moverse y “Ayer”, que sirvió para poner una gran broche final.
Sin darnos casi cuenta habían pasado dos horas y casi 30 canciones, muchas recuperadas exclusivamente para la ocasión. Imposible no salir del Sol pensando que lo que acababa de pasar había sido especial. Imposible dudar que la de Niños Mutantes es una trayectoria forjada a base de mucho trabajo. Imposible no desear que sigamos viendo las décadas mutantes pasar. Así, sobre un escenario.
Álbum de Fotos
Niños Mutantes – El Pasado (Madrid, Sala El Sol -. 24.04.2015)
- Vodka-7
- Segesta
- El sonido de mi corazón
- Katherine
- Globo
- Isabelita
- Serpiente
- Anillo
- La ardilla roja
- Todo puede ir mejor
- Florecer
- Nadie diferente
- Esclavo
- Perro II
- Elévame
- Si me voy
- El corazón es un cazador solitario
- Ítaca
- En la tierra
- Somos libres (canción italiana)
- Algún sitio, algún lugar
- Gente normal
- La última vez
Bises
- Manual de autoayuda
- Veneno-Polen
- No quiero bailar
- Ayer (canción alemana)
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