La segunda jornada de Pulpop Festival arrancaba con la sesión aperitivo, que se realizó en el espigón del Puerto de Roquetas de Mar, contando con los conciertos de Harakiri Beach y Los Mejillones Tigre, así como la sesión a cargo de Don Gonzalo. Nosotros lamentablemente nos perdimos esto pues teníamos cita familiar para comer en la capital, y el teletransporte y la ubicuidad no son dones que se nos hayan concedido.
Así pues, acudimos al final de la tarde de nuevo al coso roquetero para encontrarnos con Pájara Rey, formación murciana ganadora del Concurso de Jóvenes Valores el año anterior. Durante su tiempo de actuación defendieron su propuesta, mezcla de punk, garaje y algo de powerpop, con temas como «Paquita Natillas», «Venganza» o «Viva la Virgen de Almatosa». Además de temas propios, interpretaron una versión de «Juana de Arco», tema de Marcelo Criminal. Para ser sincero, para quien escribe estas líneas, su propuesta «it’s not my cup of tea», pues a pesar de una buena actitud y algunas letras originales, instrumentalmente sonaba bastante ruidoso y vocalmente a veces ni se entendía lo que cantaba. Eso sí, tenemos que decir que gran parte del público se mostró muy entregado con ellas, muestra clara de que, para gustos los colores.
Tras Pájara Rey llegó el turno de otra
propuesta que, sinceramente, para mi ganaría puntos si se quedase en instrumental. Hay voces que no me terminan de encajar, e incluso me chirrían, y el caso de Guadalupe Plata es uno de ellos. Entre mi grupo de amigos hay muchos cuya principal motivación del día era reencontrarse con los de Úbeda y que, al igual que la mayoría del público, disfrutaron entregándose completamente a sus ritmos pantanosos, con temas como «Tengo el diablo en el cuerpo», «Tormenta» o «Rata». Que su propuesta es diferente al resto está claro y que la defienden con maestría también, pero hay cosas que no se pueden forzar, y si la voz no me convence, no lo puedo evitar ni voy a mentir.
Antes de la actuación de Nixon, Alex y Juanmi, cantante y bajista respectivamente, dieron una rueda de prensa, cómo antiguamente hacían todos los grupos que acudían al festival, algo que sinceramente estresaba bastante a quiénes lo cubríamos (los horarios a veces eran muy ajustados y era complicado llegar a todo) y que incluso incomodaba a algunos artistas. Sin embargo, en esta ocasión al tratarse de sólo una y realizarse con buena disposición por parte del grupo, fue todo un placer charlar con ellos para descubrir lo felices que se encuentran con la reedición en vinilo por parte de Desorden Sonoro, el trabajo que ha supuesto el videoclip rodado bajo el agua por Jorge Guash, así como el balance que hacen del éxito que les acompaña en las distintas ciudades en las que tocan.
Terminada la rueda de prensa, se fueron a prepararlo todo para subirse al escenario. Ante una plaza de toros casi llena, Nixon salió a demostrar porqué su propuesta está alcanzando cada vez a más gente. El buen rollo y los ritmos pegadizos son el punto fuerte de este grupo, al que llevamos años siguiendo, y de cuyo éxito sinceramente nos alegramos, porque aunque a veces hayamos sido críticos con ellos e incluso discrepemos en algunos asuntos, una cosa no quita la otra. Abrieron con «La fiesta» y en eso precisamente se convirtió su actuación, una fiesta en la que el público bailó y cantó con temas como «Gravitacional», «El pasajero» o su más reciente lanzamiento, «Cadáver exquisito». Cerraron por todo lo alto con «Tribal», dejando un gran sabor de boca en el público y una nube de polvo levantada por tanto baile en el coso.
Tomaron el relevo los arancetanos
Rufus T. Firefly. Su propuesta, psicodélica y preciosista, resultó algo demasiado intimista para algún sector del público. Sin embargo, otros muchos disfrutamos mucho contemplando el cosmos que nos enseñaban «Drugan y Sagan» o viajando a la velocidad de la luz a bordo de «El Halcón Milenario». Si el tema del sonido estaba siendo mejorable, igual que pasó el día anterior, a Rufus T. Firefly parece que le pasó peor factura e incluso tuvieron que hacer un alto antes de «Final Fantasy» para tratar de solucionar algunos problemas técnicos.
A pesar de los problemas, la formación liderada por Victor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro, consiguió sobreponerse y continuó haciendo las delicias de muchos de los presentes con temas como «Nebulosa jade» o «Río Wolf», con el que pusieron el broche a su actuación.
Roosvelt, nombre bajo el que se presenta el artista Marius Lauber, fue el encargado de cerrar la noche en el coso roquetero. Acompañado de dos bateristas y un bajista, Roosvelt presentó su propuesta al público de Pulpop Festival, convirtiéndose en el gran descubrimiento de la edición para muchos de los presentes.
Con temas como «Yr. Love», «Shadows» o «Getaway», en los que la electrónica, el pop y las melodías empastan a la perfección con la embriagadora voz del cantante, el público disfrutó hasta que cerca de las 3 de la madrugada Roosevelt abandonó el escenario y se encendieron las luces de la plaza, dando paso a la sesión de Chuch DJ en un pub cercano. Nosotros sin embargo optamos por poner rumbo a casa, felices de haber disfrutado de otra edición de Pulpop Festival y deseando que el próximo año se mejore algo el sonido y esperando que el público responda acudiendo más temprano, no sólo para los cabezas de cartel.