Sobre las tablas de La Pontona: Amaral arriba al Monkey Week (30.10.2011)

Domingo, 20:00h. 30 de Octubre 2011. El Puerto de Santa María. Comienza a levantarse una ligera brisa en esta pequeña ciudad de la costa gaditana, que obliga a los presentes, divididos en dos colas a uno y otro lado de un largo pasillo que da entrada a la Pontona, a cerrar sus chaquetas hasta el cuello y echar mano de sus pañuelos para protegerse del frío.

En estos días se celebra en El Puerto el cada vez más conocido Monkey Week, un festival de música que, además de innumerables conciertos, reúne a grupos, discográficas y público, englobando un sinfín de actividades paralelas: showcases, conferencias, «batallas» musicales, ect., que hacen que la pequeña ciudad reciba la visita de un tipo diferente de turistas a los que acostumbra, y que le da un aire distinto que sin duda le favorece. Este Monkey Week 2011 ha contado con muchísimas bandas que durante 4 días han inundado de música cada rincón de la ciudad, desde Cosmonauta, Maryland o No way José, pasando por Eladio y los seres queridos, Sidonie o Cyan. Pero lo que ahora nos ocupa es un dúo zaragozano que, en su gira «Hacia lo Salvaje», decidió hacer una parada para regalar a los asistentes al festival (y a todo aquel que quisiera pasarse por allí hasta completar aforo) un acústico en el que presentaron su último trabajo.

Desde bien temprano la puerta de la Pontona se llena de numerosas personas divididas en dos filas, aquellos con acreditación o invitación al evento, y aquellos que, aunque no son asistentes del Monkey Week, no han dudado en acercarse a ver a Amaral. Y es que los Amarales, allá donde van, mueven multitudes.

Aunque con un poco de retraso respecto al horario establecido, finalmente las puertas se abren y poco a poco el local se va llenando, quizá demasiado, porque frente al aforo de 200 personas que se tenía pensado en un principio, en La Pontona llegan a concentrarse cerca de 500. Poco tiempo después, entre vítores y aplausos, hacen su aparición en la pequeña tarima habilitada como escenario Juan y Eva, Eva y Juan: Amaral. Tras un “¡Buenas noches Monkey Week!”, Eva explica que van a tocar las canciones en el orden en el que aparecen en el disco y después “Ya se verá”. Y acto seguido echan mano de sus respectivas acústicas y comienzan a desgranar “Hacia lo Salvaje”, arrancando con la canción que da nombre al disco.

“Hacia lo Salvaje” da paso a “Antártida” y después, con algunos problemas de sonido, llega “Si las calles pudieran hablar”. Somos demasiados los allí presentes para la capacidad del recinto y para lo que se tenía pensado como un concierto acústico de carácter más bien íntimo. Sin embargo, Amaral no es un grupo que se rinda fácilmente, y así “Esperando un resplandor” llega entre bromas, presentación y merecido aplauso a Miguel Tapia – el técnico de sonido que los acompaña -, y el comentario de Juan mientras levanta su guitarra al grito de “Dale caña a ésta…”. Aguirre muestra una vez más esa forma tan personal e intensa que tiene de tocar y, para cuando empiezan a sonar los primeros acordes de “Robin Hood”, el concierto ya rueda solo. “Robin Hood” es una de esas canciones que merecen ser escuchadas con tranquilidad y calma, para poder apreciar una letra emotiva y a la vez áspera. Pequeña pausa en la que Eva cuenta que la siguiente canción la trajo Juan de La Coruña, y bromea diciendo que, puesto que en este disco está “Riazor”, en el próximo habrá una llamada “El Puerto de Santa María”, comentario que arranca del público risas, aplausos y gritos de “¡Guapa!” “¡Te como esa cara!”, a lo que la maña responde riendo que el “sex simbol” del grupo es Juan y que ya le podemos estar diciendo guapo a él. Y así, con un ambiente cargado de buen rollo, empieza “Riazor”, una canción impregnada de una mezcla de aflicción y dulce melancolía, ya patente en otros temas del dúo, y que es sencillamente maravillosa. Del tipo de composiciones que te hacen vibrar por dentro, de los pies a la cabeza, ya sea tanto por la música, como por la letra.

Llegamos al ecuador del concierto con una enérgica “Montaña Rusa” que deja paso a “Olvido”, canción que Eva dedica a su madre y en la cual reflexiona sobre la pérdida, el paso del tiempo y lo efímero de la memoria. Comienzan a sonar los primeros acordes de “Cuando suba la marea”, y alguien del público tararea la melodía de “Sin ti no soy nada”, a lo que una resuelta Eva, contesta “¡No! He dicho que esto es Cuando suba la marea”, y el público se sume en silencio para dejarse mecer sobre las aguas del río Guadalete, por este tema. “Como un martillo en la pared” tiene un toque reivindicativo que esta noche suena potente en las guitarras acústicas de Eva y Juan y en los coros del público, y que para cuando finaliza, deja a Juan con dos púas rotas. Amablemente Aguirre pregunta si alguno de los allí presente le deja una, y enseguida aparece un joven que no duda en tenderle su púa a la otra mitad de Amaral.

“Hoy es el principio del final” nos deja ver, por si no había quedado claro con anterioridad, la voz de Eva, que adquiere tesituras nuevas y tramos de gravedad, y que se quiebra en “Si pudiéramos ser algo más, que polvo y energía” para acto seguido, romper el ritmo de la canción otorgándole un giro inesperado Es, quizás, la canción que mas cañera suena esta noche, con Eva subida a los amplificadores, Juan fundido en uno con su guitarra y el público vibrando ante tal derroche de energía. Finalmente le toca el turno a “Van como locos”. Eva se dispone a explicar que necesita ayuda con los coros cuando es sorprendida por un público que ya canta “oh, oh, oh, uh oh oh…” y ella, risueña y asombrada comenta “¡Muy bien! ¡Habéis venido con el disco aprendido de casa!”. Y de esta manera comienza “Van como locos”, con un público que corea, al unísono junto a Amaral, la canción que cierra el último trabajo de los maños.

Tras una “falsa” despedida en la que el grupo se ausenta por unos minutos del escenario, Juan y Eva regresan para culminar el acústico con “Revolución”, el último tema que nos regalarán los maños en esta noche de finales de octubre, y que deja a todos los allí presentes con las pilas recargadas para seguir disfrutando del festival.

Una vez más, Amaral demostró que son unos músicos excepcionales que han sabido mantenerse fieles a sí mismos sin dejar de evolucionar, con una música sin artificios y unas letras que, aunque parezcan contar lo mismo de siempre, son innovadoras y están cargadas de poesía.

Amaral (El Puerto de Santa María, Monkey Week – 30.10.2011)

01. Hacia lo salvaje
02. Antártida
03. Si las calles pudieran hablar
04. Esperando un resplandor
05. Robin Hood
06. Riazor
07. Montaña rusa
08. Olvido
09. Cuando suba la marea
10. Como un martillo en la pared
11. Hoy es el principio del final
12. Van como locos
Bises
13. Revolución

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3 comentarios en “Sobre las tablas de La Pontona: Amaral arriba al Monkey Week (30.10.2011)

  1. Estupendo articuló sobre la actuación de Amaral en el MonkeyWeek. La verdad es que tienen un estilo propio que te impregna nada mas oirlos. Yo pude disfrutar el dia antes en el concierto que dieron en Malaga y estoy deseando volverlos a ver. Son auténticos y unicos. Un saludo

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  2. He leído casi todo vuestro blog y la verdad me gusta.solo aquí tengo una objeción y es xq habláis de Amaral.cuando el monkey estuvo plagado de buenos grupos y me atrevería decir mejores?

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    • Tienes razón, Lucas. Tenía un cartelazo el MW y nuestra intención era haber hecho una cobertura completa, pero al final sólo pudimos ver alguna cosa suelta y nos quedamos con esto por aquello de que fue la ‘sorpresa’ de última hora.

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