El año pasado no pudimos acudir a la cita porque coincidió con el Pulpop Festival. Pero cuando desde El Chamán de Los Escullos anunciaron el regreso de Coque Malla este año, marcamos esa fecha como cita ineludible. La noche se presumía mágica, tanto por el marco incomparable como por el buen hacer del madrileño, que a nuestro parecer ha mejorado mucho -musicalmente hablando- con los años. Lo único que nos daba un poco de miedo era que la entrada era libre, y eso que viene tan bien al bolsillo, a veces transforma algo que debía ser maravilloso en una pesadilla. El propio Coque pedía desde su cuenta de Facebook que la gente que acudiese lo hiciera con respeto y guardase silencio.

Por fin llegó la fecha y después de una semana de mucho trabajo, el sábado acudimos a nuestra cita musical en El Chamán. Al llegar a la sala no había demasiada gente –era temprano- pero nos asaltó el primer miedo: casi al mismo nivel del local, se escucha otra música que poco o nada tenía que ver con el estilo del sitio; al parecer era de una nueva terraza ubicada al lado. Poco a poco fue llegando gente y sin apenas darnos cuenta la terraza de El Chamán se había llenado hasta los topes.

Con un poco de retraso, Coque Malla subió al escenario con la única compañía de una guitarra acústica y, tras dar las buenas noches, entre aplausos se lanzó a interpretar “La carta”. Tras el tema se dirigió al público para lamentar jocosamente la ausencia de Chico Ocaña (el año anterior actúo Coque en sustitución del gaditano) y haciendo alusión a la música que sonaba al lado dijo “Iba a pedir silencio, pero es inútil teniendo un vecino maquinero”. Dicho eso, volvió a la carga con “Siempre junto a ti”.

La noche seguía avanzando y la voz y la sensibilidad de Coque inundaban el local; haciendo un pequeño esfuerzo hasta dejabas de escuchar “al vecino maquinero”. Después de “Berlín”, el que fuera cabeza de Los Ronaldos, indicó que en ese momento era el momento mágico en el que suele invitar a una alguna señorita a cantar, pero que en esta ocasión no iba a subir nadie, así que “Imaginad que la mismísima Ángela Molina sube a cantar “Lo intenta””. Y después volvió a pedirnos que echásemos mano de imaginación “¿Y os imagináis que estuviera aquí Jeanette?” e interpretó “Una moneda”.

Coque seguía desgranando composiciones de su carrera en solitario e interpretándolas magistralmente, destacando la total comunión con el público en “No puedo vivir sin ti” y el final fuera de micro de “Hace tiempo” (algo meritorio enfrentándose al “musicón” del vecino). Terminado dicho tema, comenzó la despedida. “Este año que estáis callados vosotros, está el bacalao del vecino; el año que viene lo conseguimos. Ha sido un placer estar aquí” y entonces se lanzó con “Hasta el final” y “She’s my baby” antes de abandonar el escenario. Había sido un gran concierto, pero la gente quería más y esperaba a los bises con aplausos y gritos. Así que pocos minutos después Coque volvía a aparecer sobre las tablas para deleitarnos con dos temas más, “El barco” y “Despierto” junto con una promesa que esperamos cumpla. “Volveremos a vernos el año que viene. Seguro”.

Álbum de fotos

Coque Malla – El Chamán de Los Escullos (13.07.2013)

1. La carta
2. Siempre junto a ti
3. Puede ser
4. Berlín
5. Lo intenta
6. Una moneda
7. Déjate llevar
8. No puedo vivir sin ti
9. Hace tiempo
10. Hasta el final
11. She’s my baby
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12. El barco
13. Despierto