El cansancio de la jornada anterior hizo que el resfriado veraniego resurgiera con fuerza, tanto que incluso dudamos de acudir la mañana del viernes a nuestra amada Plaza del Trigo. Sin embargo, la opción de quedarse en el hotel con lo que nos gustan los conciertos allí era una tortura. Así que, tras tomar un cóctel (analgésico + antiinflamatorio + protector gástrico), pusimos rumbo al Escenario Aranda de Duero. Lamentablemente, cuando llegamos tanto la plaza como las calles que en ella desembocan estaban a rebosar y tuvimos que conformarnos con quedamos en la retaguardia, donde el sonido, a pesar de los altavoces instalados fuera de la plaza, no era aceptable ni de lejos. Remarcar que a pesar de la calidad del sonido, el público enloqueció cuando, por sorpresa tras Jack Nife, salieron Supersubmarina a tocar algunos temas propios amén de algunas versiones de Mando Diao, Franz Ferdinand o Los Piratas. Fue sin duda uno de los momentos de gloria del festival por la fiesta que se originó.
Después de un descanso reparador, nos plantamos en el recinto temprano para asistir al concierto de Cyan. A pesar del sol bastante gente se acercó a disfrutar con su directo y de temas como “Philippe Petit” de su último disco Delapso, aunque también hubo hueco para algunas de sus anteriores trabajos (tampoco mucho porque sólo disponían de 40 minutos).
Una de las cosas que nos gustan del Sonorama es que las actuaciones de los escenarios no se solapan, pero como no todo puede ser perfecto, las actuaciones de la carpa sí que lo hacen. Así que como a Cyan los habíamos visto hacía poco y a The Chinese Birdwatchers no habíamos tenido ocasión de verles nunca, pusimos rumbo a la carpa antes de que terminasen los primeros. La propuesta de esta banda fue la que más gratamente nos sorprendió de todo el festival, con un estilo propio que campa a sus anchas entre el folk, el blues y el rock, hicieron que al terminar su concierto fuésemos directos al puesto de merchan a hacernos con su primer disco (esperamos el primero de muchos). Si no les conocéis, buscadlos, escuchadlos y sobre todo, id a sus conciertos.
Terminada la participación de The Chinese Birdwatchers, permanecimos en la carpa para ver a Alis. Si mucha gente se revolucionó con que Supersubmarina apareciera encabezando el cartel con Lori Meyers por encima de Travis o Belle & Sebastian, a nosotros nos pareció por lo menos paradójico que se colocase a un grupo con la trayectoria de Alis (5 discos editados y uno digital) en el Escenario “Future Stars”. Sin embargo a los de Pachi García pareció no importarles ese desagravio y salieron a escena con ganas de mostrar cómo se las gastan en directo. Sonando razonablemente bien considerando las condiciones técnicas de la carpa, arrancaron su actuación con “Cantos de ocasión” y fueron desgranando temas de todo su repertorio. En este concierto vivimos una de esas “injusticias festivaleras” (a unos se les deja pasarse de tiempo y a otros no), un miembro de la organización vino a preguntar cuánto les quedaba, respondieron que 4 temas y les dijo literalmente “4 minutos”. Así que interpretaron uno de sus temas más conocidos y que nos hizo cantar a pleno pulmón “Sigo aquí”, convirtiéndose en el broche de oro de una brevísima actuación.
De vuelta en el escenario principal comprobamos como Jero Romero había aglutinado bastante público, por lo que tuvimos que conformarnos con verlo de lejos. Sonaba bien, pero después de haberlo visto en primera fila en la Plaza del Trigo el año anterior, claro, nos sabía a poco. Aún así disfrutamos mucho mientras desgranaba los temas de “Cabeza de león” en uno de los últimos conciertos que daba después de haberlo presentado por casi toda la geografía española.
Finalizado Jero, les llegaba el turno a los canadienses The Corner. Aunque su propuesta nos llamaba mucho la atención, el hambre pudo más y nos decidimos a hacer un pequeño receso para comer y coger fuerzas, ya que la noche se presumía larga.
Cuando todavía faltaba un rato para el comienzo de Travis, ya se había congregado mucho público para ver a los escoceses, tanto que el sitio más cercano era al lado de la torre de sonido. La banda salió a escena demostrando que no ha perdido un ápice de frescura en los 5 años que han estado ausentes (viendo crecer a sus hijos, como confesó Francis Healy). Aunque la banda presentó temas nuevos con muy buena acogida, estaba claro lo que el público quería escuchar y los momentos más álgidos se vivieron con temas como “Sing” o “Flowers in the window”.
Antes de que terminase Travis, abandonamos nuestras posiciones para tratar de pillar un buen sitio en el siguiente concierto, a cargo de Delafé y las Flores Azules, pero no fuimos los únicos que pensamos así y ya había gente esperando. El estilo de la banda catalana podrá gustar o no, pero lo que nadie puede negar es que ofrecieron uno de los mejores espectáculos del festival. Con un set list que alternaba temas de su último disco con los ya conocidos de la formación como “Espíritu Santo” o “La primavera” hicieron bailar a los presentes. Óscar y Helena estuvieron entregados al baile sin descontrolar la voz en ningún momento (que aprendan “las Rihannas” del mundo) y jaleaban al público para que bailasen y cantasen.
Después de sudar de lo lindo con Delafé y las Flores Azules, volvimos al escenario principal para ver como sonaba Impronta de Lori Meyers en directo. Si bien hoy día su último trabajo tiene muchos detractores, sólo hay que echar la vista atrás para recordar que pasó lo mismo con “Cuando el destino nos alcance”, así que tiempo al tiempo. En la actuación de los de Loja nos pareció que la voz de Noni estaba algo tocada, pero la experiencia es un grado y a pesar de ello nos ofrecieron un gran concierto, en el que los temas más coreados fueron los viejos conocidos “Luces de neón”, “Mi realidad” o lo que ya puede considerarse como un himno “Alta fidelidad”.
Cuando los granadinos abandonaron las tablas corrimos raudos al Escenario “Castilla y León es vida” para presenciar la puesta de largo en el festival de “De polvo y flores”, el último álbum de Miss Caffeina. La banda saltó a escena con potencia y haciendo cantar y bailar al público desde la primera canción, elaborando un set list con sus temas más movidos, propicios para la hora a la que habían sido programados. Aunque lo habitual es que los temas nuevos tengan un recibimiento algo menos entusiasta, en este caso se rompió esa tónica general, comprobando como el público cantaba temas como “Disfraces”, “Gigante” (en palabras de Alberto “su forma de ver la copla”) o “Hielo T”. Claro que no por ello fueron peor recibidos temas de los anteriores discos de la formación como “Imposibilidad del fenómeno” o “Ley de Gravitación Universal”.
Pasaban ya las dos y media de la madrugada, el cuerpo pedía descanso y como íbamos a tener oportunidad de ver a Dorian en menos de una semana (en el Maldito Sol Festival), decidimos replegarnos a nuestro centro de operaciones para cargar bien las pilas, ya que aún quedaba la traca final del sábado.