Después de un sueño reparador, una ducha refrescante y reponer energías en el buffet libre del hotel, estábamos preparados para poner rumbo al recinto del San San Festival con el ánimo renovado. Dado que Papá Topo y Elyella DJ’s no pudieron dar sus respectivas actuaciones el jueves por los problemas de sonido, se rehicieron los horarios del viernes para incluirlos en el programa.
Con tiempo de antelación bajamos a la parada del autobús oficial. Tras esperar bastante, llegamos al recinto justo a la hora a la que se suponen tenían que empezar a tocar los chicos de Papá Topo, pero, para nuestra decepción, se retrasaba su actuación hasta las 17:30; volvía a haber problemas de sonido. Como dice la famosa frase de Ian Fleming “Una vez es casualidad, dos es coincidencia y tres es la acción del enemigo”. Empezábamos a temernos que la jornada del viernes correría la misma suerte o peor que la del jueves.
Con Papa Topo fuera de juego, pusimos rumbo al escenario piscina, donde con un cambio de horario avisado media hora antes actuaba Carlos Sadness -a las 16:00 anunciaron que tocaba a las 16:30 en vez de 17:30-. Para ser sinceros habíamos escuchado su nombre y lo habíamos visto por las redes sociales, pero nunca habíamos escuchado su música. Abrió su actuación con “Sputnik” y nos pareció una propuesta fresca y diferente. Si bien al principio sonaba regular, fue mejorando tras “El día que hizo más viento que nunca”. Además de gustarnos lo que escuchamos, nos pareció muy desenvuelto sobre el escenario entre tema y tema. Terminó de llegarnos a la patata cuando pidió “Cantad esta canción, pero hacedlo bien sobre todo por amor a Zahara” e interpretó -junto con todo el público del escenario piscina- “Mátame ya”. Cerró su actuación con “Monteperdido”, con un público entregado y pidiendo más. Sin embargo, bastante gente acababa de llegar -no se habían enterado del cambio de horario- y las quejas empezaron a sonar (tanto que finalmente volvió a actuar esa misma noche).
Como eran casi las 17:30, pusimos rumbo al escenario principal y vimos que los miembros de Papá Topo ya habían tomado posiciones. Para nuestra desilusión, cuando llegamos los problemas de sonido impedían la realización normal del concierto -los teclados casi no se escuchaban, faltaba una voz y el bajo y la batería sonaban demasiado fuerte- pero ellos lo intentaban. Tras varios temas, consiguieron empezar a sonar de una forma medio aceptable, así que repitieron “Acomodador”. Pero los problemas volvieron y fue algo decepcionante comprobar como los refrescantes temas pop de la formación -entre los que se encuentran “Lo que me gusta del verano”, “Siesta” o “Sanguijuela”- quedaban cuasi-destruidos por el mal sonido. También destacar que cuando al grupo le avisaron de que le quedaba un tema se lanzaron con “La chica vampira”, por lo que al terminar la gente obviamente pidió “Oso panda”. La banda tanteo el terreno para intentarlo pero se quedaron sin tocar el hit que les dio la fama.
Terminado el accidentado concierto de Papá Topo, le llegó el turno a Flaco Favor. Con evidente retraso respecto al nuevo horario, los valencianos salieron al escenario principal para darlo todo presentando -entre otros- los temas de su disco Ciencias de la Tierra. Temas como “Gran final” o “Tu reino animal” nos parecieron normalitos, pero cuando llegó el cierre nos sorprendieron con “Volcano”, una canción que va in crescendo hasta llegar a un estribillo arrollador y que logra mantener la intensidad hasta el final. Esto nos hizo cuestionarnos si durante el resto del concierto nuestra preocupación por el desarrollo del festival nos podría haber distraído de atender correctamente al resto de la actuación. Esperamos poder tener pronto otra ocasión de comprobar cómo se las gastan los valencianos sobre el escenario.
Pasando las ocho de la tarde, hora a la que supuestamente tenían que estar Varry Brava, acababan de salir The Right Ons al escenario. Desde que los vimos en el Pulpop de 2009 nos quedamos enganchados a su sonido y a su directo. Por eso nos pareció fatal que su actuación quedase reducida a poco más de media hora. En el poco tiempo que tuvieron, nos ofrecieron un buen puñado de hits como “Pequeño volcán” o “Quiere bailar” que hicieron bailar a todos los que estábamos presenciando su concierto en el escenario principal.
Cuando The Right Ons salieron del escenario y empezaron a montar los siguientes instrumentos, vimos sacar un piano y un taburete que nos hizo sospechar que no iba a salir Varry Brava como rezaba en el horario. Entonces, consultando la cuenta de twitter del festival, comprobamos que a las 21:15 habían publicado unos “horarios definitivos” en los que rezaba que Iván Ferreiro actuaba a las 21:00. Mientras, Varry Brava se aplazaba a las dos de la madrugada, supuestamente “por petición popular”. A muchos de los que vimos estos tweets nos parecieron irrisorios y de mal gusto.
Con 50 minutos de retraso sobre “el horario definitivo”, el esperado Iván Ferreiro y sus músicos hacían su aparición. Dado el nivel de indignación del público, nos pareció que iniciar su actuación con “Turnedo” fue una gran elección, sin embargo el resultado no fue el esperado, porque la voz de Iván apenas se escuchaba y una guitarra estaba muda, al contrario que la batería que nos impactaba fuertemente en el pecho. Las quejas del público tras “Abrázame” hicieron que Iván optase por disculparse y marcharse a ver si lograban solucionarlo. Volvieron a entrar y se lanzaron con “El Bosón de Higgs”. Quien me conoce sabe que Iván Ferreiro no es mi artista de cabecera, pero -de todas las veces que lo he visto en festivales- he de reconocer que ésta ha sido la vez que más entregado ha estado, moviéndose por el escenario, bailando,… hasta confesó estar hablando menos para que entrasen más temas. Tras “El viaje de Chihiro” parecía que se despedían con “El dormilón” pero, para regocijo de sus seguidores, la organización le concedió dos temas más.
Tras el gallego llegó el turno de los maños, que en su salida mantenían los 50 minutos de retraso respecto a “el horario definitivo”. Después de haber visto a Amaral en multitud de fueros en España y en el extranjero, me apenó profundamente que llegase el día en el que ya no puedo decir “Amaral siempre suenan de lujo”. Y es que lo que vivimos en el San San Festival estuvo a años luz de lo que Eva y Juan nos tienen acostumbrados. Comenzaron con “Kamikaze”, pero la voz de Eva se escuchaba muy baja -sí, la voz de Eva sonando bajo, aunque parezca increíble-y no había ni rastro de la batería -todo lo contrario que en anteriores conciertos-. El público se quejaba y Eva se dirigió a Miguel Tapia para pedir ayuda: “Miguel, a ver si puedes hacer algo; que dicen que no se oye”. Eva, Juan, Jaime, Tony y Chris se entregaron en cuerpo y alma, como suele ser habitual y la gente disfrutó, pero no se puede decir que fuese un concierto ni de lejos al nivel del grupo. En lo que respecta al setlist, además de presentar 3 temas nuevos -“Cazador”, “Ratonera” y otra todavía sin título-, sonaron grandes éxitos de la banda como “El universo sobre mí”, “Moriría por vos” o “Antártida”, además de otros revisitados como “No sé qué hacer con mi vida”. Para cerrar su actuación eligieron el apoteósico “Revolución” combinado con “Héroes”, versión del tema de Bowie con letra en castellano de Parálisis Permanente que grabaron para su último recopilatorio con EMI. Salieron del escenario entre aplausos y vítores, con el el público pidiendo más. Sorprendentemente -en los festivales esto no suele pasar- volvieron a escena e interpretaron “Cuando suba la marea”, terminando a la una de la madrugada, hora a la que supuestamente Miss Caffeina tenía que hacer su aparición.
Tres cuartos de hora después de la salida de Amaral, los chicos de Miss Caffeina comenzaron su concierto con “Mi rutina preferida”. Para el que escribe estas palabras era la primera vez que volvía a ver a la banda desde la polémica salida de Román Méndez. La elección de Coki Jiménez como nuevo baterista de la banda, aunque me chocó en su momento porque pensaba que seguía siendo baterista de M-Clan, no me pareció nada descabellado, porque la solvencia de este músico es indiscutible y pudimos comprobarlo el viernes pasado. Alberto pidió disculpas -como hicieran el resto de grupos- y toda la banda se desvivió por ofrecer un gran concierto en el que sonaron temas propios de la banda como “Gigante” o “Tormento” y una versión de “Buen soldado” de Francisca Valenzuela. La banda derrochó buen rollo, con Toni muy sonriente y Sergio marcándose un baile y todo. Cerraron su participación con “Hielo T” dejando un gran sabor de boca.
Eran ya las 2:45 y, a pesar de que teníamos muchas ganas de escuchar a Varry Brava, el cansancio nos pudo y pusimos rumbo al hotel algo cabreados por el “choteo” de los horarios y el deficiente sonido. No nos pareció de recibo que todos los grupos tuvieran que pedir disculpas y que nadie de la organización, ni si quiera a través de las redes sociales, pidiera disculpas o diera explicaciones. No sabemos las razones de este mutismo, pero desde luego no beneficia nada a la opinión que nos creamos de la organización los asistentes al festival.
Madre mía, qué descontrol… espero que la cosa mejore si hay una siguiente edición :S
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Yo también lo espero, pero el año que viene no creo que vaya a comprobarlo en mis carnes, en todo caso más adelante 😉
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