Ella también tiene treinta y tantos y esta noche ha acabado en Joy casi por casualidad, por una mezcla de ganas de pasar un rato con nosotros y porque ella, como muchos, ve en la música en directo una vía de escape, una forma perfecta de dejar un rato fuera, con el frío, todo lo demás. Escuchar y dejarse llevar. Poco sabe de la cordobesa, protagonista de la noche, y de sus lobos y su madriguera y de todo lo que vino antes. Ha conseguido una entrada in extremis, casi sobre la bocina, porque a alguien su acompañante le ha dejado plantado. Pero cuando al filo de las once de la noche se ponga su abrigo para volver al gélido invierno madrileño confesará, medio sorprendida, que le ha gustado. Mucho.
El único pero, quedarse con ganas de decírselo también a ella. A Mercedes, que en Joy Eslava, casi año y medio después de presentárnoslos, se despide de sus lobos. Pero lo hace a lo grande. Volviendo a colgar el cartel de entradas agotadas en la sala madrileña y volviendo a rodearse de su gente, la que ha decidido acompañarla ahora, en sus nuevos pasos, y toda la que lleva arropándola desde que tuvo claro que éste era su camino.
Esta noche, además, se ha dado un capricho, y lo confiesa rápido cuando unos minutos después de las ocho y media sale a presentarles a ellos. «Es una de mis bandas favoritas y para mí es todo un lujo que hayan aceptado estar aquí esta noche». Son Eladio y los Seres Queridos, que, aunque para muchos en Joy son unos desconocidos, llegan a Madrid con su tercer largo -Orden invisible- bajo el brazo. Apenas tienen veinte minutos y van a hacer lo posible por meter al público ya en la fiesta, pidiendo palmas y ánimo desde el primer acorde de «Niño salvaje». Son cuatro canciones que saben a poco, aunque nos sirven para recordar lo mucho que nos gustan los gallegos y, sobre todo, para dejarnos con ganas de mucho más. «Los dinosaurios», «Bella durmiente» -«Vega dice que esta es su favorita»- y la única concesión a trabajos anteriores, “Con el corazón en la mano” y casi tan rápido como llegaron se están marchando ya.
Se anunciaban horarios rigurosos y era una auténtica declaración de intenciones. Los tiempos en Joy son estrictos y Vega quiere aprovechar al máximo los minutos. Salen primero los chicos y toman posiciones: Arturo, al bajo, protegiendo el flanco izquierdo; Kike y su baile de guitarras, en el derecho, y en la retaguardia, una noche más, César a la batería. Ella se hace esperar unos pocos segundos más mientras las voces y los gritos del respetable van subiendo de volumen. Aparece al fin, con un vestido negro y un sombrero que no aguantará en su sitio todo el concierto y enseguida se enfunda la acústica para que “Febrero” abra la noche.
Wolverines acapara un comienzo en el que, casi sin tregua, suenan “El alud”, “Treinta y tantos” –“¿Cuántos tenéis?”-, “Que no te pese” – en la que por unos minutos cambia la acústica por el ukelele- y una “La conjura de los necios” que hace que veamos a la cordobesa, por primera vez en la noche, muy emocionada.
“¿Recuperamos una vieja gloria?” pregunta justo después. En realidad, es vieja a medias, porque “El más feliz” es uno de los cortes de La cuenta atrás, su anterior largo; pero tampoco va a hacer esta noche concesiones al pasado más lejano –ni rastro habrá de India y Circular-.
En un momento de la noche, Mercedes confiesa que viene con un repertorio a su gusto –“Si tenéis alguna reclamación ya sabéis dónde hacerla”-. Así que no es de extrañar que en muchos casos se refiera a las canciones que van sonando como “una de mis favoritas”. Sucede, justo después, con “Me compadezco de ti”. “Es puñetera… Como yo”. Sacan, además, sus mejores momentos, esos en los que su voz suena más desnuda, más quebrada y –si cabe- más sincera. Ella se emociona y eso, inevitablemente, se transmite a muchos de los que corrieron a agotar el papel para la cita. Y no sólo se emocionan; cantan, desde el principio, cada palabra; a veces con ella, otras, por ella.
«Lolita» cambia el ritmo y el tono y bailamos mientras ella se la dedica al cine español en su noche. En una noche llena de dedicatorias y agradecimientos, los mejores, los más especiales van a ser para su gente. En sentido amplio. “Os lo digo en confianza ahora que estamos poquitos aquí.” Risas. “Necesito parar.” Y empieza a hablar de La Madriguera, del reto que ha sido para esas cuatro personas hacer un disco y conseguir que llegase a cada rincón del país y de cómo saben que necesitan aprender de los errores para hacerlo un poquito mejor en el que vendrá. Por eso, y seguramente por un millón de cosas más, “Wolverines” se la dedica a ellos: a Azahara, Ángela y Chema, las otras tres caras detrás de esta aventura. Y lo hace casi llorando. Y la acaba llegando al último acorde, ya sí, del todo emocionada.
“Cuánta decepción” mantiene el tono y es el preludio de uno de los grandes momentos. Porque, dice, no podía no hacer algo con ellos habiendo conseguido que estuviesen con ella en Joy, invita a Eladio Santos al escenario. “Yo le dije: Oye, ¿te parece muy friki si cantamos esto?” Y entonces el gallego confiesa que se pasó una gira entera de Eladio y los Seres Queridos insistiendo a la banda para hacerla. Y cantan a dúo “Yolanda” de Pablo Milanés, la primera de las dos versiones de la noche. Para la segunda también habría un invitado especial, pero eso vendrá un rato después.
Tras “Réquiem” llega el penúltimo agradecimiento. No es nuevo; no hay noche de concierto en que no se cuele entre el repertorio. Porque si algo ha hecho siempre Vega es quitarse el sombrero –a veces, como hoy, también en sentido literal- ante su público. Ese que no se cansa de repetir que es fiel hasta decir basta; el que defiende que la ha hecho llegar a sitios en los que no se atrevía a imaginarse. Ella, que dice ser “demasiado rara para el mainstream. Y para el indie…”, y que deja claro que las etiquetas no valen para nada; que sobran cuando alguien consigue hacer de la honestidad y la autenticidad su seña de identidad. Así que es a ellos, a los que siempre están, y a Son Estrella Galicia, que también la ha acompañado en esta aventura–“es mi último concierto con ellos”-, a quienes les dedica otra de las especiales, “A tientas”.
El segundo invitado llega después de “Mejor mañana” y es otro de los lujos que se ha permitido la cordobesa. Mientras ella presenta la canción, Xosé Manuel Budiño empieza a hacer sonar su gaita y ella no es capaz de hacer otra cosa que mirarle embobada. Y “Martes” suena esta noche aún mejor que en el disco. Y, aunque Budiño se escapa al terminar, pronto vuelve a reclamarle Vega. “Budi, tócate ésta con nosotros también”. Nos cuesta reconocerla al principio, pero lo que suena es una “Como yo te amo”, habitual en su repertorio, pero que esta noche suena muy guitarrera.
Quedan pocos cartuchos, pero como “vamos bien de hora” hay tiempo para un regalo. “Esto no estaba preparado,” dice Vega de “Nueva York”, justo después de presentar, uno a uno, a los miembros de su equipo. Mira de reojo el reloj y nosotros con ella; apenas quedan un par más. Sentada al piano, escucha como Joy canta con ella “Héroes antagónicos” para después regalarnos un final inesperado. “Gracias por haber comprado una entrada. Por creer que merece la pena”. Y a ritmo de rock&roll pone punto final a la noche con “Let’s open the door”.
Llegan los saludos y un telón que se cierra. Y de repente son casi las once y ella confiesa, sorprendida, que le ha gustado mucho y que se queda con ganas de decírselo. Y nos ponemos los abrigos y volvemos al frío. Y cenamos, reímos y arreglamos el mundo. Y cuando un par de horas después alargamos la despedida en el corazón de Madrid, entonces, justo entonces, aparece ella por la calle. Sin sombrero, sin guitarra y sin sus lobos, pero ella. Y nuestra amiga se acerca. Y tal vez le cuenta cómo llegó por casualidad a una despedida que, para ella, en realidad ha sido un hola. O lo que sea, porque eso, al fin y al cabo, queda entre ellas.
Álbum de fotos
Eladio y los Seres Queridos & Vega (Madrid, Joy Eslava – 07.02.2015)
Eladio y los Seres Queridos
- Niño salvaje
- Los dinosaurios
- La bella durmiente
- Con el corazón en la mano
Vega
- Febrero
- El alud
- Treinta y tantos
- Que no te pese
- La conjura de los necios
- El más feliz (Finis Terrae)
- Me compadezco de ti
- Lolita
- Wolverines
- Cuánta decepción
- Yolanda (con Eladio Santos)
- Réquiem
- A tientas
- Mejor mañana
- Martes (con Xosé Manuel Budiño)
- Como yo te amo (con Xosé Manuel Budiño)
- Nueva York
- Héroes antagónicos
- Let’s open the door
Pingback: Una vuelta de todo menos vacía: Vega presenta “Città vuota”. | El Erizo Albino
Pingback: Vega: derroche de emoción y ganas en el arranque de gira más esperado (Madrid, OchoyMedio – 26.04.2018) | El Erizo Albino