Había pasado un mundo. O al menos así se sentía sobre las tablas y entre buena parte del público. Quizá fuese por la cantidad de cosas que, en lo personal y en lo profesional, han pasado entre tanto, o por la incertidumbre que rodeaba aquellos días.
«Han pasado 5 años,» diría Vega, antes de pararse a pensar y prometer entre risas que sabía sumar. Porque, en realidad, fue hace apenas hace tres años cuando Vega se despidió de sus lobos en Joy Eslava -en lo que por suerte terminó por ser sólo un punto y seguido- y hace poco más de uno cuando nos hablaba en el corazón de Madrid de su amor por los grandes clasicos italianos.
Si nos paramos a pensarlo, casi, casi ni se ha llegado a ir. Pero no era ésa la sensación que tenía ella y tampoco parecía ser la de su público, y eso hizo que la cita del OchoyMedio -convertida en inicio de gira tras el aplazamiento del concierto de Alicante- fuese mucho mas que un simple inicio de gira. Porque era el reencuentro. El de ella, Vega, con el escenario; con una banda que la lleva acompañando ya más de una década y, por encima de todo eso, con SU público. Con ése que dice compartir gustosa con otros artistas y que es, sin lugar a dudas, de los más fieles que hay.
Ese público, además de fiel, respondía mayoritariamente a la petición de respeto de Vega y llegaba puntual a la sala, con tiempo de sobra para dedicarle su atención a Cintia Lud, que a falta de diez minutos para las nueve de la noche aparecía en el escenario. No iba a importar que su propuesta, a ratos algo psicodélica, otros un poco más bailable, se alejase bastante del sonido de la cordobesa. Tampoco esa cierta ansia que flotaba en el ambiente. El público escuchó respetuoso mientras Cintia, acompañada de guitarra y batería, mostraba algunos de los temas de su New York Anthem o se lanzaba incluso con alguna primicia. Los hubo que hasta se atrevieron con tímidas palmas y algún que otro baile.
El comienzo de Vega estaba anunciado a las 21:30 y no hubo margen para inquietarse; apenas cuatro minutos después de la hora señalda se abría el telón, descubriendo a los cuatro músicos ya en sus puestos, mientras Vega irrumpía por la puerta del escenario.
Como en el disco, los primeros en llegar eran los acordes de «Sombras» y ya con la primera frase quedó claro que una mayoría del público venía con los deberes hechos. Que tras eso las baquetas de César Uña marcasen el camino para «Después de ti», uno de los adelantos del disco, no hizo sino confirmar las sensaciones. Cantaba con garra Vega, respondía enérgico un público que le tenía muchas ganas.
«Gracias por estar aquí,» decía visiblemente emocionada la cordobesa al terminar el tema. Agradecía también el respeto -«Siempre digo que tengo un público que es la leche» -y confesaba lo que su gesto hacía evidente. «De toda esta banda, que ya lleva 10 años junta, la que más ganas tenía de volver a reunirnos sobre un escenario y, sobre todo, con vosotros, era yo».
Aunque con «Eterna juventud» parecía trazarse un recorrido fiel por el disco, corte a corte, a la cuarta llegó el momento de echar la vista atrás. Y si había alguien que aún no cantaba, con «El más feliz» el coro se hizo unánime. Junto con «Que no te pese», para la que Vega cambió guitarra por ukelele, sirvió además para constatar que nuevas y viejas conocidas funcionaban juntas a la perfección, rodeadas de un sonido mas guitarrero, más rock, al son que marcaba una banda que cada vez suena mejor y cuya sintonía es incontestable.
Con «Puedes ser» -de la que Vega anunció que nos esperaba un videclip muy desenfadado- y «Buitres» -con la que presentó a la «nueva Reina Pez» de la banda, Laura Gómez- seguía el repaso a La Reina Pez, aunque fue una breve parada antes de seguir poniendo a prueba nuestra memoria. Y, aunque había algún despiste, el respetable seguía demostrando venir bien aprendido de casa y sin miedo a que el viernes le pillase justo de voz. Y lo demostró con creces en «Réquiem».
Especialmente potente sonó, justo después, «El alud», tras la que Vega aprovechó para agradecer el impulso que ha llevado a La Reina Pez al número dos de la lista de los discos más vendidos en España -como ya sucediese con Wolverines-, aunque terminaría restándole valor. «Todos los que nos dedicamos a la música lo hacemos por pasión, del número 1 al 450. Gracias por hacerlo posible.» Y cantaba justo entonces «Wolverines» con una mezcla de rabia y emoción que la dejaba al borde de las lágrimas.
Llegaba el concierto a su ecuador y la sucesión casi sin tregua de las canciones dejaba tras de sí un encaje sonoro casi perefcto, dibujando un setlist muy bien elegido.
«Haneke» y «Peces» sonaban en directo casi más potentes que en el disco, mientras Vega arengaba -innecesariamente- al público madrileño para que cantase con ella. Pocos se resistían a ese «He matado mi opción de odiarte» y eran muchos los brazos que imitaban el gesto desafiante de la cordobesa acompañando su «comprenderás quién soy… Yo» .
El piano de «Héroes antagónicos» bajaba un poco el ritmo, aunque no la intensidad, mientras que la cara de orgullosa tía y la dedicatoria a su sobrina y su hermana con que la presentaba Vega, convertían «When Mary comes» en el momento más entrañable de la noche.
Un breve sondeo entre el público y un «a los de veintitantos os odio un poco» daban paso a «Treinta y tantos», que mudaba ligeramente su frase final para convertirla, parapetada en la sonrisa entre traviesa y resignada de su autora, en «treinta y tantos y el valor de ser un músico».
Empezaba a amenazar el final, pero antes aún tenía que llegar el único invitado de la noche, un Budiño que va camino de ser -sino lo es ya- otra de esas piezas irremediablemente encajadas en la trayectoria de Vega. Su flauta acompañaba «Santa Cristina», una de las claras favoritas del público y probablemente una de las mejores melodías de la cordobesa hasta la fecha.
«Dónde estabas tú», una de las favoritas de Vega -confesaremos que también nuestra-, y «Sally» cerraban la parte principal del concierto y daban pie a la habitual despedida en falso.
Pero en la enésima muestra de que la gran protagonista de la noche eran las ganas, duró apenas segundos, y no hubo ocasión de impacientarse antes de que Vega volviese anunciando que lo que seguía era poco habitual en ella. Un guiño que, contaba, necesitaba para quitarse la espinita que le dejó la cancelación de la gira prevista para «Non ho l’etá».
Y si el guiño de «Dio come ti amo» servía para abrir los bises, el penúltimo cartucho de la noche iba a dejar uno de los momentos más divertidos. Esa memoria colectiva que la cordobesa había amenazado con poner a prueba en los primeros compases del concierto era entonces la que le recordaba la letra de «La Conjura de los necios» cuando ella se atascaba. «Muy reina pero la neurona de vez en cuando falla,» decía entre risas. «Pero no pasa nada cuando hay un público como vosotros que me la recuerda».
Ya si que estaba llegando la noche al final y las ultimas brazadas las íbamos a dar de la única forma posible, con Budiño y su gaita de nuevo sobre el escenario , mientras Vega y la banda echaban el resto en hacer de «La Reina Pez» -«un himno para todo aquel que encuentra obstáculos»- el mejor broche posible a una noche que estuvo a la altura de todas las expectativas. No hacia falta casi ni mirar las caras de felicidad en cada rincón de la sala, sobre las tablas y en la pista, ni escuchar los salves o esperar a los aplausos que acompañarían la reverencia final.
100 minutos que sirvieron para confirmar que, aunque se hiciese largo, ni Vega se fue, ni su público dejó de esperarla. Eso y que lo que ofrecieron Kike (guitarra), César (batería), Laura (teclado, coros), Arturo (bajo, contrabajo) y Mercedes fue sin duda el preludio de una gira que se va a ganar por derecho propio un hueco entre las mejores del panorama patrio en este 2018.
Álbum de fotos
Vega (Madrid, OchoyMedio – 26.04.2018)
01. Sombras
02. Después de ti
03. Eterna juventud
04. El más feliz (Finis terrae)
05. Que no te pese
06. Puede ser
07. Buitres
08. Réquiem
09. El alud
10. Wolverines
11. Haneke
12. Peces
13. Heroes antagónicos
14. When Mary comes
15. Treinta y tantos
16. Santa Cristina
17. Dónde estabas tú
18. Sally
19. Dio comme ti amo
20. La conjura de los necios
21. La reina pez